Perro de agua portugués: las características de higiene, alimentación, salud o temperamento de esta raza

Un fabuloso pescador. Eso es lo que fue siempre el perro de agua portugués o Cão de água portugués como se le conoce en el país vecino. Utilizado para tirar de las redes en el mar o para portar mensajes de barco a barco, este can no tiene parangón en lo que a las labores marineras se refiere.

Esta raza es fuerte y leal, estando compuesta por ejemplares de naturaleza un tanto desconfiada, que en tierra también han venido sirviendo como extraordinarios cazadores de conejos. Muy inteligentes y siempre con ganas de trabajar, estos valientes canes, primos cercanos del perro de agua español, comparten con él muchas de sus características físicas.

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Todo lo que deberías saber sobre el perro de agua portugués

El hecho de ser un magnífico nadador y de disfrutar de esta condición, le ha servido para ganarse con honor el título de perro salvavidas de playa, siendo a su vez un formidable acompañante en las embarcaciones.

Como no podría ser de otra manera, este perro es un auténtico amante del agua y entre sus cualidades se encuentran el que siempre está dispuesto para el trabajo. Si sabes comunicarte con un perro, el adiestramiento de uno de los de esta raza no te será nada difícil, ya que ni que decir tiene que este antiguo marinero puede ser también tu más fiel mascota de compañía.

Origen

Su nombre es el indicativo perfecto de que esta variedad de perro de agua pertenece a una raza portuguesa que procede de la provincia costera del Algarve. Los pescadores de la zona le tenían un gran aprecio, utilizándolo como ayudante en la pesca y también como guardián de sus barcos y de los bienes que en ellos se encontraban.

Mientras su dueño pescaba, este perro seguía la presa con la mirada para que, en el caso de que escapara, poder atraparla lanzándose al mar e incluso zambulléndose cada vez que era necesario.

Por si todo esto fuera poco, la agudeza de su vista le permitía divisar los barcos cuando la niebla dificultaba en extremo la visión en el mar. En muchos casos advirtió con sus ladridos y evitó innumerables colisiones.

Como en muchas otras profesiones, la llegada de la tecnología supuso una auténtica revolución en la pesca y el antaño valorado perro de aguas portugués quedó relegado al olvido, al punto que en 1960 la raza estuvo al borde de la extinción, pues no eran más de 50 los ejemplares que podían contarse en el mundo.

A pesar de esta penosa situación, la raza, que estaba registrado en la cinofilia desde 1939 y poseía estándar propio, fue salvada por unos cuantos entusiastas que continuaban cautivados por su hermosura.

En Estados Unidos alcanzó gran éxito a partir de que a finales de los setenta cruzara el Atlántico, convirtiéndose en perro de exposición y compañía. En 1984 le llegó el reconocimiento por parte del American Kennel Club.

Hace unos años su imagen dio la vuelta al mundo gracias a que Bo y Sunny Obama, los perros del presidente de los Estados Unidos pertenecían a esta raza, llegando a vivir con el mandatario y su familia como ilustres huéspedes de la Casa Blanca.

Hoy el perro de aguas portugués es utilizado como perro de guardia y como mascota de las familias, lo que no es óbice para que, si tienes la suerte de contar con uno en casa, le permitas disfrutar de las actividades acuáticas que tanto le gustan, pues es algo que lleva en los genes.

Características y rasgos físicos

Con una altura a la cruz de 43 a 47 centímetros y un peso que oscila entre los 16 y los 27 kilogramos, el perro de agua portugués es un can musculoso de tamaño mediano

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Su línea superior está nivelada y es recta. Su cabeza es abovedada, ancha y algo más larga que el morro, bien proporcionada. Sus ojos son de forma redonda, medianos y de color oscuro. Su stop está bien definido. Su hocico se estrecha cerca de la trufa y es más ancho en la base. Su nariz es amplia, grande y normalmente negra, si bien depende del color del pelaje.

Sus orejas son delgadas, bastante pegadas a la cabeza, e implantadas por encima de la línea de los ojos. Sus patas son rectas y sus pies palmeados para que pueda nadar mejor. Su cola, bastante más gruesa en la base y que va estrechándose hacia la punta, no se encuentra pegada al cuerpo para facilitarle la natación. Es habitual quitarle los espolones.

Colores y pelaje

Puedes encontrar perros de agua portugueses en colores negro, blanco, negro y blanco, marrón y también marrón y blanco.

Todo su cuerpo está recubierto por una fuerte, densa y resistente capa de pelo. Existen dos variedades de esta raza: una con pelo largo y ondulado y otra con pelo corto y encrespado.

Es habitual que los dueños de estos perros les quieran cortar el pelo de la forma que en el mundo de la peluquería canina se conoce como “el corte león”, que deja crecer de modo natural el pelo en la parte delantera y corta muy bajo el cuarto trasero.

En la parte delantera, lo único que va a recortarse son las puntas y se perfilan hocico y orejas. Se deja un penacho final, al cortar muy bajo la cola.

Tal manera de cortarle el pelo se popularizó por parte de los pescadores portugueses, con el objetivo de liberar el cuarto trasero y las patas del perro, para que pudiera nadar sin necesidad de que el peso del pelo largo le supusiera un obstáculo. Sin embargo, la buena capa de pelo que mantenía en la parte delantera lo protegía del frío, particularmente en el área de los pulmones.

A día de hoy nadie piensa que su preciosa mascota vaya a lanzarse a las gélidas aguas del mar en busca de peces, pero se mantiene la tradición de pelar así a los ejemplares de esta raza en homenaje a aquellos tenaces animalitos que no dudaban en cumplir con su cometido en el mar.

 

Temperamento

Dócil, obediente, fiel y animado. Así es el perro de agua portugués, un can que hará tu vida más alegre y divertida. Los que tienen la dicha de compartir su hogar con una mascota de este tipo cuentan lo agradable que resulta la convivencia con los miembros de esta cariñosa raza que no quieren perderse un solo momento en familia.

Como todos los perros de agua el que traemos entre manos destaca por su extrema inteligencia. Una cuestión que debes tener en cuenta a la hora de adoptar uno de estos perritos es que son muy sensibles al tono de voz, por lo que los gritos no van en absoluto con ellos.

En esta línea, este equilibrado perro requiere un dueño calmado y coherente. Un error en el que no debes caer es el de que tu perro de aguas portugués se tome demasiadas libertades, pues podría llegar a creer que él goza de más autoridad que sus propios dueños, lo que resulta absolutamente desaconsejable. Sé constante, firme y muestra seguridad en ti mismo cuando le estés tratando, para que no llegue a tomar decisiones manteniéndote al margen.

Le encontrarás siempre dispuesto y con ganas de aprender cosas nuevas, pues es muy curioso. Además, ya hemos aludido al fino olfato de este increíble perro guardián que también destaca en las pruebas de Agility y en otros deportes caninos, igual que el perro de agua español.

Una característica de esta raza es que es muy mordedora pero, ¡que no cunda el pánico! Lo que a estos adorables perritos les encanta morder no son las personas sino los objetos, por lo que siempre debemos proporcionarle alguno para que pueda masticarlo.

En cuanto a sus niveles de dominancia, varían hasta dentro de la misma camada, respondiendo a la idea de que pueden darse patrones generales de conducta que engloban a los ejemplares de una misma especie, pero que luego cada individuo es único y cuenta con su propio temperamento.

Quizás también te sorprenda comprobar que nada tienen que ver los ladridos y el nivel de actividad de unos a otros cuando están en casa. La explicación es muy simple y va a variar en función del comportamiento que mantengan sus dueños y de la capacidad de los mismos para hacer de su perro una mascota equilibrada.

Si tus dudas a la hora de adoptar uno de estos adorables canes se centran en si necesita mucho sitio, podemos decirte que en un apartamento va a vivir perfectamente pues tiene la capacidad de adaptarse a todos los espacios, con la única condición de que si vive en uno reducido, deis juntos varias caminatas diarias.

Lo dicho no quiere decir que no sea moderadamente activo en el hogar por lo que, si dispones de un patio en el que pueda satisfacer sus necesidades de movimiento, mucho mejor aún. Si no dispones de él, tienes que ser consciente de que tendrás que sacarle a que realice actividades al aire libre más a menudo.

Un perro de agua portugués será más feliz cuantas más cosas tenga que hacer. Este nadador nato, también disfruta sobremanera con esos sencillos juegos en los que les lanzas una pelota o un palo y él va a buscarlos, pues les encanta correr.

Son unos perros enérgicos y el dueño que colme su dicha será aquel que los ejercite tanto a nivel físico como a través de una buena estimulación mental, lo que debe ser complementado por un férreo liderazgo ejercido por parte de toda la familia. Siguiendo todas estas indicaciones, vas a poder presumir de una mascota excelente y de un perro de trabajo sin igual. En caso contrario, es probable que los problemas de conducta no tarden en hacer acto de aparición.

Este extrovertido e impetuoso atleta es también un perrito afable que pronto se sentirá como lo que quiere ser, un miembro más de la familia. Muchas son las personas que consideran que es la elección perfecta para aquellos que quieren integrar en su hogar una mascota sensible y tierna que a su vez congenie a la perfección con mayores y pequeños.

En cuanto a las condiciones climatológicas que puede llegar a soportar, esta raza es muy resistente tanto al frío como al calor. No en vano, su pelo lanoso y rizado va a ser su particular “abrigo” y además cuenta con la ventaja de que no suelta pelo, por lo que no tendrás que ir todo el día tras él con el aspirador.

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Relación con otras mascotas

Si eres de las personas a las que les gusta tener más de una mascota, con el perro de agua portugués estarás de suerte porque por lo general se llevan bastante bien con el resto de perros y mascotas que tengas en tu hogar. En el caso de los gastos sí precisará tener algo más de confianza hasta llegar a sentirse a gusto con ellos.

Relación con los niños

El perro de agua portugués va a convertirse en el mejor amigo de tus niños. Te resultará deliciosa la estampa en la que tu mascota y tus pequeños compiten, saltando y haciendo piruetas, mientras juegan felices. Sin duda este animalito va a protagonizar muchas de las mejores anécdotas de su infancia, que permanecerán en su recuerdo de por vida.

Cuidados básicos

Ofrecer a una mascota los más básicos cuidados es una obligación elemental de cualquier dueño. Cuanto mejor atendido esté un perro, más años vivirá y con la mejor calidad posible. En el caso del perro de agua portugués, suele alcanzar entre doce y quince años. De ti depende que lo haga con mayor o menor satisfacción.

Alimentación

La nutrición es un factor esencial en el desarrollo de un perro, que incide tanto en su estado de salud como en su aspecto. En ella no debes mirar únicamente el ahorro de unos céntimos, dado que un pienso seco de calidad tiene un precio algo más elevado pero cubre suficientemente todas sus necesidades nutricionales. El que sea seco resulta primordial para lograr conservar un óptimo estado en su dentadura.

Higiene

Mantener aseado a tu perro de agua portugués es otra de las obligaciones que tienes como dueño, pues una mascota tiene derecho a unas condiciones de vida dignas, que incluyen las higiénicas.

Higiene dental

Una deficiente higiene bucondental puede acarrear a tu perro gran cantidad de enfermedades desde moderadas hasta muy graves, como la temida enfermedad periodontal que acarrear pérdida de piezas dentales y debilidad a nivel mandibular.

Has de procurar que tu mascota disfrute de un correcto mantenimiento de su boca que le va a permitir gozar de un mejor estado de salud y de muchos menos inconvenientes y molestias. Para ello, nada más sencillo que acostumbrarla desde cachorro al cepillado dental, una técnica que probablemente no sea de su agrado pero que sí es absolutamente necesaria para evitar la excesiva acumulación de sarro.

Baño y secado

La primera vez que viste un perro de agua portugués seguro que quedaste prendado de su enorme cantidad de pelo en forma de rastas o cordones. Si eso te hizo pensar que su mantenimiento estético es muy complicado, te equivocas, aunque sí hay que ser insistente con la limpieza de su pelo para que no se convierta en presa de los parásitos.

Un perro que vive en el interior de una casa ha de ser objeto de baños más frecuentes, una vez por mes, por lo que es recomendable utilizar un champú específico para perros indicado para su tipo de piel y que no le produzca desequilibrio alguno en la textura de la dermis ni del pelo.

Después del baño has de aplicarle hidratante, para que su piel no se seque. De este modo tu perro no tendrá tendencia a rascarse y no se provocará nudos de más.

A la hora del secado, en época estival, el calor permitirá que le seques al aire libre siempre que les hayas retirado previamente el exceso de humedad para evitar que se produzcan pudriciones que estropeen el pelo. Si hace frío puedes secarlo lentamente, con la ayuda de un secador de mano a temperatura moderada.

Cepillado

Su rústico manto, que además no muda, está de toda moda. En contra de lo que a priori pudiera parecer, el perro de agua portugués no necesita cepillado, aunque sí deberás afanarte en evitar la formación de nudos.

Antes de bañarlo, trabájalo con una carda flexible o solamente con las manos, separando cuidadosamente los cordones y trayéndote al tirar la lanilla que crece junto a su piel.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

El calendario de vacunaciones que para tu mascota establezca el veterinario ha de ser cumplido rigurosamente, como medida preventiva tanto en cachorros como en adultos ante determinadas enfermedades infecciosas.

En cuanto a los parásitos, no permitas que pulgas y garrapatas aniden en el maravilloso pelaje de tu perro de aguas portugués. Lo cierto es que si en cualquier raza se hace imprescindible la colocación de pipetas y collares antiparasitarios, en esta todavía más, dada la frondosidad de su pelaje, que sería visto como el caldo de cultivo ideal por estos peligrosos seres.

Enfermedades más comunes

Esta raza se caracteriza por ser fuerte y sana pero, como cualquier otra, muestra una cierta propensión a padecer enfermedades caninas del estilo de la displasia de cadera, la cardiomiopatía juvenil, la atrofia progresiva de retina, la alopecia y la gangliosidosis GM1, que termina afectando a su sistema nervioso.

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Adiestramiento

Recuerda que el perro de agua portugués tiende a ser “líder de la manada”. Igual esto te suena un poco a chino porque piensas que el tuyo vive en familia. Precisamente es ese núcleo familiar el que él va a tender a liderar, algo que indiscutiblemente tú no puedes consentirle.

Sé consistente en tus actuaciones. Si te das cuenta de que ladra cada vez que quiere comunicarte algo, estará intentando establecerse como líder. Un buen dueño, por mucho que quiera a su perro, no debe jamás consentir que este se coloque por encima de él.

Un perro que se cree líder de la manada, se convertirá en un animal caprichoso que querrá hacer prevalecer sus caprichos por encima de todo y de todos. Actuaciones como que siempre vaya a tu lado o detrás de ti cuando estéis paseando son las que conseguirán que él por fin asuma que tú eres el que manda y pone las normas.

Un animal tan activo requiere un dueño que sepa canalizar su energía, combinando hábilmente agilidad, fuerza y resistencia. Empieza a educarle desde cachorro y procura que su adiestramiento consista en juego y trabajo, a partes iguales. Con ello lograrás que no se aburra y siga prestándote atención.

Debes socializarle desde temprana edad para que el codearse con humanos y perros desconocidos no le suponga ningún problema. Si no fuese así, podría volverse un perro tímido que únicamente buscará el apego en sus propios familiares.

No permitir que desarrolle estas indeseables conductas pasa por ir sacando al perro de forma progresiva a lugares cercanos a tu domicilio, por lo que en el trayecto no se encontrará con demasiados desconocidos.

Según vayas notando que comienza a relacionarse con normalidad, puedes ir llevándole a zonas más alejadas, que incluyan parques y áreas al área libre concurridas, donde pueda ser mimado por todos aquellos que se le acerquen y tenga también la posibilidad de comenzar a jugar con otros congéneres. A partir de ese momento, verás cómo su comportamiento comienza a ser el idóneo, algo de lo que se percatará todo tu entorno.

En su educación, muéstrate paciente. Esta raza no tolera bien los gritos ni los castigos, por lo que has de inteligente y apoyarte en el refuerzo positivo como tu principal aliado. Este perrito saltará de felicidad siempre que le premies con golosinas, mimos o alabanzas por haber hecho las cosas bien.

En cuanto a los comportamientos indeseados que lleve a cabo tu perro de agua portugués, deberás mostrar indiferencia, no llegando en ningún momento a perder los nervios, para que los buenos resultados lleguen más pronto que tarde.

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