Perro Lobo Herreño: Salud, Alimentación, Higiene y Todo sobre la raza

Su aspecto lobuno es el que hace que le llamen lobito herreño. La denominación de herreño le viene por la zona de la que esta raza canina es original, es decir, las Islas Canarias y en concreto la Isla de El Hierro.

El que también se conoce como perro pastor herreño o simplemente lobo herreño, ha sido objeto de gran cantidad de estudios en los últimos años con el objetivo de comprobar cuál es el origen exacto de esta raza.

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Todo lo que deberías saber sobre el Perro Lobo Herreño

El perro de pastor herreño no es un can que a día de hoy esté reconocido de forma oficial por los clubs caninos internacionales. Eso sí, se le considera un grupo étnico canino por parte de la Real Sociedad Canina Española.

La que traemos entre manos es sin duda una de las razas de perros que menos se conocen en el mundo e, indiscutiblemente, una de las más bonitas. Por otra parte y como ya habrás imaginado, por mucho que la terminología pueda inducir a error, nos estamos refiriendo a una auténtica raza canina que, aparte de su parecido físico, poco tiene que ver con el majestuoso lobo.

Origen

Tradicionalmente este animal ha venido dedicándose al pastoreo de cabras y ovejas, por lo que se ha ganado por méritos propios un lugar en los corazones de los pastores de la isla canaria, a los que les habría sido mucho más difícil desarrollar sus labores sin él.

Estos pastores, como los de tantos otros lugares, habían probado a realizar sus faenas con otros perros, realizando cruces que en ningún momento les llegaron a convencer, dado que los animales resultantes tenían demasiada envergadura o un carácter tal que les hacía ser muy impetuosos con el ganado.

Por su parte, el lobito herreño, ha sido criado por los pastores de la isla, siendo difícil determinar su origen exacto, igual que sucede con otras antiguas razas caninas del ámbito rural.

Mientras que algunos piensan que llegaron en el siglo XV acompañando a los conquistadores de estas islas, otros afirman que por aquel entonces ya existían en ellas unos perros similares a lobos, a los que los aborígenes llamaban “cancha”. Esta raza, cuya presencia en la isla se remonta como mínimo a dos siglos atrás, es similar al lobo árabe.

Ejemplares de lobito herreño pueden también encontrarse en las islas de La Palma, Gran Canaria y Tenerife. No obstante, el lobo herreño ha estado al borde de la extinción, dado el notorio descenso que la actividad ganadera ha experimentado en las islas en los últimos años.

Si nos ceñimos a los estándares que se establecieron en 2009 para este grupo étnico canino, es probable que no queden más de 40 ejemplares de perro lobo herreño en todas las islas. En el caso de que incluyamos a ciertos perros con aspecto lobuno con independencia de su tamaño o de la largura de su pelo, estaríamos hablando de algunos más.

Características y rasgos físicos

El hecho de que su apariencia física sea casi idéntica a la de un lobo común es determinante para que a este animal se le suela acabar llamando lobo herreño. Su aspecto es muy llamativo pues se trata de perros lobos con una constitución robusta y fuerte, cuya altura a la cruz se cifra en 55 centímetros y con un peso que ronda entre los 18 y los 22 kilos, por lo que estamos hablando de un perro mediano.

La similitud con el lobo va más allá de la que podamos encontrar en el cuerpo o en los colores de su pelo, extendiéndose también a la forma de moverse. Ya hemos aludido a que el lobito herreño recuerda mucho también a un perro árabe pero con un tamaño más pequeño.

Su cabeza es triangular y musculada. Vista desde arriba o de lado, su forma es de cuña truncada. Sus mejillas son concisas y no sobresalen demasiado. Sus ojos son almendrados, de color castaño y pequeños. Su trufa suele ser negra. Sus orejas son triangulares y las lleva erguidas, pero puede doblarlas hacia atrás ante ciertas situaciones, por ejemplo cuando está preocupado.

Su hocico es alargado y estrecho. Sus labios se muestran apretados, contiguos a las mejillas, con la comisura cerrada y con el borde en color negro. Sus maxilares son simétricos y fuertes. Cuenta con 42 bien dientes notablemente desarrollados, entre los que sobresalen sus colmillos. La mordida es de tijera. Su cola es ancha desde la misma base del nacimiento. En ella se observa una mancha oscura en su mitad y destaca el negro de su punta. Su cuerpo está bien proporcionado y es de tipo atlético, musculoso.

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Color y pelaje

Su pelaje es liso, más corto en verano que en invierno. Esa doble variedad de pelo se da para que en el invierno estén más protegidos del frío, al crecerles el pelo. El color predominante es el gris, en toda su variedad cromática, del plata al amarillento, si bien también algunos ejemplares son rojizos. La parte inferior del cuerpo y las extremidades son más claros.

Su boca es circundada por una máscara de color blanco (típica del lobo) y tiene una antifaz claro que rodea sus ojos. También pueden encontrarse perros pastores herreños crema claro e incluso algunos totalmente blancos.

Temperamento

Su temperamento es inquieto y se trata de un can rápido y resistente. Con un fuerte carácter, ello se contrarresta fácilmente dada su total disposición a ser educado y entrenado, pues la disciplina no le supone ningún problema.

Es un perro muy inteligente que como casi todas las razas de perros antiguos se muestran desconfiados con los extraños, siendo la prudencia una de sus máximas. En general no son canes agresivos pero sí territoriales en algunos casos, tendencia que se da en los machos y hacia otros machos.

Dentro de su círculo de confianza su carácter es formidable, siendo un perro fiel hasta la extenuación, todo cariño y lealtad hacia los suyos. De temperamento equilibrado, como muchos perros pastores, siempre tienen que estar ocupados, pues son animales muy activos, por lo que están dispuestos a aprender y procuran hacerlo en poco tiempo.

Respetuoso con su dueño, si le dedicas algo de tiempo y eres cariñoso con él, tendrás a cambio un animal que te acompañara gustoso, derrochando afecto y lealtad por doquier.Si te estás preguntando si este es el perro que necesitas, pues cada vez son más las familias que lo adoptan como mascota de compañía, tienes que saber que no es precisamente un perro faldero o un animal que valga para cualquier persona y estilo de vida.

Al adoptar un lobo herreño, tienes que ser consciente de su nivel de energía es medio-alto y que va a tener la necesidad de hacer ejercicio todos los días, pues si no cuenta con esta oportunidad, lo más probable es que acabe frustrándose y teniendo comportamientos inapropiados.

Como el perro pastor que es, el lobo herreño disfruta muchísimo corriendo y jugando. Para que se adapte a vivir en un piso, deberás compensarle con largos paseos y tiempo para el esparcimiento, evitando así que llegue a desarrollar conductas destructivas.

Dócil y tranquilo precisa, como cualquier otra raza, de una temprana socialización. Una manera ideal de conseguirlo, al mismo tiempo que canalizas parte de su energía, es practicando Agility, de modo que le dejes que ponga a prueba su destreza y velocidad. De lo dicho habrás concluido que es un perro ideal para deportistas.

Al haber sido durante siglos un cánido pastor y ganadero, ha tenido que hacer alarde de un duro carácter, que para nada significa   un carácter agresivo. Puedes estar tranquilo de que este no es un perro que ataque salvo que la ocasión lo requiera, momento en el que no dudará a la hora de defenderse a sí mismo y a su entorno.

El perro lobo herreño ha sido criado en su hábitat natural, lo que ha ayudado a que se convierta en el espectacular animal que hoy es. Gracias a su zona de origen, su costumbre es la de habitar en lugares cálidos, por lo que si quieres trasladarlo a zonas más frías, requerirá de un período de adaptación a las condiciones meteorológicas adversas.

Como curiosidad te diremos que el aullido es una de las costumbres del lobo que comparte el perro pastor herreño, que a veces también tiende a hacerlo.

Relación con otras mascotas

El lobito herreño está acostumbrado a la compañía en los montes, por lo que, convenientemente socializado, podrá convivir satisfactoriamente con otras mascotas. La socialización le es necesaria para, entre otros factores, controlar el carácter territorial que desarrolla hacia otros machos.

Relación con los niños

La convivencia del lobito herreño y los más pequeños de la casa es buena. Cuando vengan niños ajenos de visita, deberás realizar una previa presentación para que se desarrolle un clima óptimo de armonía.

Cuidados básicos

Todos los animales domésticos precisan una serie de cuidados básicos que garanticen su salud y bienestar. Unos cuidados que se traducen en derechos de la mascota y en obligaciones para los dueños, por lo que la decisión de adoptar ha de estar adecuadamente meditada y no obedecer jamás a un impulso o a un capricho pasajero. En tus manos está que tu perro de pastor herreño llegue a cumplir su promedio de vida, que se sitúa entre los 12 y los 14 años, y que lo haga además con la mejor calidad posible.

Alimentación

Aunque la genética es un factor esencial a la hora de marcar los topes máximos que los perros puedan alcanzar en corpulencia, altura y estado de salud en general, la nutrición es otro aspecto en el que tendrás que hacer especial hincapié para que tu perro goce de una salud de hierro y de una apariencia que deje boquiabiertos a quienes te rodean.

En alimentación no debes escatimar por lo que desde que tu lobo herreño sea un cachorro has de suministrarle un pienso seco de calidad de la gama junior, que más tarde pasará a ser de la gama adult.

El agua fresca también debe estar a disposición de cualquier mascota y nunca faltarle, más aún si se trata de un animal activo y deportista como el pastor que nos ocupa, que puede beber varios litros al día.

Higiene

La higiene del animal, siempre que no sea extrema, es sinónimo de comodidad y salud para el mismo. Es probable que si vas con tu pastor herreño de excursión, a la vuelta sea todo un desastre, pero tan pronto te familiarices con los hábitos convencionales de limpieza no te va a ser nada difícil mantener a tu perro en unas buenas condiciones higiénicas.

Higiene dental

Un perro sano tiene una boca limpia. La razón es muy sencilla: una deficiente higiene bucodental acabará arrojando como resultado tanto la temida enfermedad periodontal como patologías renales, hepáticas y cardíacas.

No hagas correr a tu mascota este grave riesgo. Evitarlo pasa por acostumbrarla desde cachorro al cepillado dental periódico, un hábito que es probable que no le agrade demasiado pero que terminará tolerando.

A cambio presumirá de una boca sana en la que el sarro no se deposite en la superficie de sus dientes. Si a pesar de tus esfuerzos sí lo hiciera, bastará con que acudas a la consulta del veterinario para que le efectúen una limpieza más exhaustiva.

Baño y secado

No pienses que la cuestión del baño en el perro es parecida a nuestro propio aseo. Los perros no precisan baños frecuentes, es más, en las razas caninas está totalmente contraindicado porque les haría perder los aceites esenciales con los que cuentan de manera natural a modo de protección.

Exceptuando el caso de que sea indispensable, no bañes a tu lobo herreño más de una vez al mes y hazlo siempre con un champú específico para su tipo de pelo, que además cuente con un pH similar al suyo, o sea, un pH 7.

Una vez le hayas bañado, debes utilizar una toalla con la que elimines el exceso de agua. Sobre todo en las temporadas más frías, no permitas que tu lobo herreño salga mojado al exterior. Utiliza un secador eléctrico que aplicarás a temperatura moderada y su pelaje lucirá maravilloso una vez seco.

Cepillado

Para que el pelo del lobo herreño se halle espléndido en toda su magnitud, debes cepillarlo varias veces por semana, con el fin de que el pelo muerto se suelte y junto con él todas las impurezas y restos de suciedad que en el manto se acumulan.

Insiste aún más en primavera y en otoño porque es la época en la que esta bella especie muda su pelo, por lo que podrás ayudarle cepillándole, circunstancia que también podrás aprovechar para afianzar el círculo emocional con tu fiel compañero.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

Por muy fuerte que sea un perro, reforzar su sistema defensivo o inmunitario es una medida que no puedes dejar de tomar como prevención frente a posibles invasiones por microorganismos, como virus y bacterias, causantes de innumerables enfermedades.

El veterinario será el encargado de determinar el efectivo calendario de vacunaciones que acabe con este riesgo. Las primeras vacunas suelen ser administradas a los cachorros desde las 6 u 8 semanas, prolongándose hasta los 6 meses de edad para que la protección sea completa, una vez pierdan los beneficios a nivel de defensas que les proporciona la leche materna.

Los parásitos suponen también una amenaza que ha de ser combatida, por lo que nada mejor que colocarle a tu mascota las pipetas o collares antiparasitarios que mantienen a raya a garrapatas y pulgas, que encuentran en el manto de los animales el acomodo perfecto para crecer y reproducirse.

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Enfermedades más comunes

Una característica común a los perros rústicos, es que son muy duros y sanos, probablemente porque estas razas no han sido manipuladas ni cruzadas para obtener ejemplares a gusto del hombre.

Aunque lo cierto es que enfermedades de perros hay muchas, no todas van a tener la misma incidencia, pues unas son más frecuentes y otras se dan en rara ocasión. En las mascotas, como en las personas, la clave a nivel de salud está en la prevención.

El mejor regalo que puedes ofrecer a tu perro lobo herreño en este sentido, es el estar particularmente atento a la sintomatología que puede indicar que algo no va bien en su organismo. Si observas que tu perro ha variado recientemente de hábitos sin una razón concreta que lo justifique, no dudes en acudir con él a la consulta del veterinario.

El que tú no sepas a qué obedece una determinada sintomatología, no quiere decir que el veterinario no vaya a poder orientarte de cuál es el mal que aqueja a tu noble amigo canino.

La precocidad con la que actúes puede llegar hasta a salvar la vida de tu lobo herreño si su salud está verdaderamente comprometida, por lo que siguiendo el dicho de que “más vale prevenir que curar”, busca un diagnóstico precoz que le sirva a tu perro para tener más posibilidades de curarse ante una eventual enfermedad.

Adiestramiento

Ya te hemos indicado que el perro de pastor herreño es un animal inteligente con el que te va a ser fácil trabajar. Si eres de los que disfrutas educando y amoldando un perro a tu estilo de vida, siempre desde el total respeto hacia las propias necesidades del animal, con este can la experiencia va a dejarte un grato sabor de boca.

Partimos de la base de si has decidido que tu compañero perruno sea un can de esta raza, es porque eres una persona deportista y activa a la que gusta disfrutar del aire libre y del entrenamiento cada vez que puede.

El lobo herreño es un animal fuerte y nada quejica que camina una media de entre 20 y 40 kilómetros al día cuando está realizando sus faenas, por lo que nada más lejos de poder tener encerrado a este animal entre las cuatro paredes de tu salón durante días.

Desde que el cachorro llega a casa, vas a tener que adjudicar un rato diario para jugar con él, retándolo también intelectualmente, para conseguir el equilibrio físico y emocional que propicia que una mascota haga gala de un comportamiento correcto y, además, sea tremendamente feliz.

Los lobos herreños que sirven de compañía a las familias, suelen vivir en casas rurales en las que “campan a sus anchas” por el jardín. Un animal atlético como este parece tener una energía inagotable y una buena manera de que se sienta pletórico es que él mismo se vaya ejercitando en el exterior, en aquellas horas en las que no puedas acompañarle.

El lobito herreño, a pesar de su docilidad, es un animal con carácter al que no le van a gustar las voces ni los castigos, como a muchas otras razas. Obtendrás unos resultados sin igual si utilizas en su entrenamiento el refuerzo positivo.

Lo primero que tienes que hacer como adiestrador es saber exactamente lo que pretendes de un específico entrenamiento. Desde afianzar el vínculo afectivo entre ambos, hasta que se comporte como debe en casa y con los extraños, pasando porque se controle a la hora de hacer sus necesidades, todo propósito es bueno para iniciar unas sesiones que deben ser constantes pero no excesivamente largas, pues los perros tienden a distraerse pasado un determinado período de concentración.

Si un dueño es nuevo en estos menesteres o lleva demasiado tiempo sin educar a un perro, lo normal es que ello termine por tener una repercusión emocional en el can. Los perros son capaces de “captar al vuelo” este tipo de circunstancias y utilizarlas para dejar de obedecer, por lo que habrás de disimular lo mejor que puedas.

Sé inflexible pues la meta es que no denotes inseguridad. Apóyate en la paciencia, en la consistencia y también en la mencionada constancia y busca los pequeños logros que puedas recompensar, no solo con golosinas, sino también con mimos y alabanzas, que hagan a tu lobo herreño sentirse querido y entender que su comportamiento es el ideal para llegar a sentirse un miembro del núcleo familiar.

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