Muchos se preguntan si el Akita Americano y el Akita Inu pertenecen a la misma raza de perros. Aunque sus similitudes son evidentes, el Akita Americano es una variedad de Akita Inu.
La cepa americana se conoce sencillamente como “Akita” y, a diferencia del Akita japonés, muestra todo tipo de colores. Si vives en una zona gélida, te interesa saber que esta raza tolera muy bien el frío.
Todo lo que deberías saber sobre el Akita Americano
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El Akita Americano se conoce también como el “Gran Perro Japonés”, un bellísimo animal del que llama poderosamente la atención su extrema limpieza, ya que incluso llega a enterrar sus heces como si se tratara de un gato.
Esta raza, preparada como está para el frío, presenta también cierto parecido con los perros Pomerania, sobre todo en lo que se refiere a su pelaje especialmente tupido. Su característica cola también los recuerda.
Origen del Akita
El Akita Americano procede del Akita Inu de Japón, un perro que se desarrolló debido a la popularidad que alcanzaron las peleas de perros durante los siglos XVIII y XIX, en los que la nobleza guerrera japonesa se desvivía por asistir a esos eventos.
Tal afición llevó a los nobles a querer cruzar sus Akitas tradicionales (cuyos ancestros eran los “Matagi Akitas”, perros cazadores que se usaron para las peleas), con otras razas de perros más grandes y con mayor musculatura, como el mastín inglés.
El Akita se consideraba el perro predilecto de los nobles del país nipón, al punto que se creía que un samurái que muriera sin honor podría reencarnarse en un perro de esta raza en su próxima vida, lo que le redimiría en parte, si era capaz de morir mostrando lealtad y honor hacia su dueño.
Durante la II Guerra Mundial, la falta de alimentos hizo que en Japón se prohibiera el tener perros. Solo se les permitía a los japoneses poseer pastores alemanes, por lo que muchos de ellos optaron por cruzar a su Akita con un ejemplar de esta raza, para así poder intentar mantener con ellos a sus descendientes.
Muchos fueron los soldados que optaron por llevarse de vuelta a estos perros cruzados a Estados Unidos. En ese país, y gracias a la cría selectiva, se le dio la forma definitiva a la raza, por lo que el Akita Americano fue el resultado de distintos cruces de perros, entre los que también destacó el Tosa Inu.
Características y rasgos físicos del Akita
Con una altura a la cruz de entre 66 y 71 centímetros y un peso que oscila entre los 42 y los 59 kilos, este perro es grande y sólido. Su cuerpo es ligeramente más largo que alto y, en comparación con el Akita Inu, es más grueso e imponente, teniendo también algo de mayor altura y de peso. Se trata de un perro bien equilibrado, con los huesos pesados y mucha sustancia…
Temperamento del perro Akita
Este perro tiene un fuerte carácter y además es muy territorial y dominante. También es conocido por su gran inteligencia, por su extrema energía y por su terquedad. Pese a ello, en el caso de que se le eduque adecuadamente, se convertirá en un animal amistoso, obediente, protector y muy leal. Reservado y poco ladrador, es todo un ejemplo de equilibrio canino.
Su carácter es muy parecido al del Akita Inu, siendo los ejemplares de ambas razas tranquilos, seguros de sí mismos, fieles y devotos de sus dueños. Baste con recordar que “Hachiko” fue un Akita que alcanzó popularidad mundial cuando su conmovedora historia se dio a conocer al mundo al ser llevada al cine, siendo su protagonista humano Richard Gere, bajo el título “Hachiko, siempre a tu lado”.
Tan extraordinario perro llegó al corazón del mundo entero tras saberse que durante diez largos años acudió cada día a la estación de trenes a la que hasta ese momento llegaba su ya fallecido dueño.
Con los desconocidos suele mostrarse reservado, como corresponde a un perro orientado a la defensa. El Akita es un estupendo perro guardián, algo cabezota e independiente. La antítesis perfecta de un perrito faldero. No se considera apto para dueños sin experiencia previa en el cuidado y adiestramiento de canes.
Un animal de trabajo de estas características no está pensado para pasarse la vida en el salón de casa, a los pies de su dueño. Este perro requiere de ejercicio físico diario que le ayude a canalizar la energía acumulada, así como de un educador calmado y que sepa imponer disciplina, para conseguir el ansiado equilibrio físico y emocional que impida que se convierta en un perro dominante y agresivo.
Un aspecto que debes tener en cuenta a la hora de valorar la posibilidad de adoptar o no un Akita Americano es que este perro necesitará que tengas tiempo para jugar con él. No creas que este grandullón, por muy independiente que sea, puede prescindir de tu tiempo ni de tus muestras de cariño, pues nada más lejos de la realidad. Además, mientras sea un cachorro es vital que cuente con los suficientes juguetes con los que poder entretenerse en aquellos ratos en los que tengas que dejarlo solo.
El Akita Americano es un gran deportista que únicamente puede adaptarse a vivir en el reducido espacio de un piso si tiene la posibilidad diaria de descargar su energía en el exterior. Por lo demás, si cuentas con una casa con jardín, en el que este gran perro pueda correr, saltar y hacer de las suyas, no dudes que será dichoso.
Relación con otras mascotas
Como el animal dominante que es, no suele llevarse demasiado bien con otros perros que compartan esta característica, aunque con el resto de canes que no sean dominantes se relaciona con total normalidad, sobre todo si ha sido sometido a un temprano proceso de socialización.
Pese a ello, el Akita no suele empezar una pelea, aunque no dudará en seguirla si se siente desafiado. Sin embargo, en situaciones que otros canes considerarían como irritantes, se mantiene impasible en muchas ocasiones. La convivencia con otras mascotas será más sencilla cuando antes comiencen a compartir espacio todos juntos.
Relación con los niños
El Akita Americano suele portarse bastante bien con los niños, siendo muy paciente, aunque es sabido que las hembras tienden a tolerar mejor las travesuras de los más pequeños de la casa, mientras que los machos se enfadan con más facilidad.
De todas formas, y para que la relación fluya con total normalidad, resulta también esencial que eduques a tus hijos en el respeto a las mascotas, como los seres vivos merecedores de derechos que son.
Si sabes educar así a tus hijos, no dudes que el Akita es el perro que andabas buscando para tu familia, ya que tiene la ventaja de que jamás haría daño a ninguno de sus miembros.
Si tienes niños pequeños, el hecho de que se trate de un perro muy poco ladrador es una ventaja añadida, pues de todos es sabido el silencio y la tranquilidad que precisan los bebés.
Cuidados básicos del Akita Americano
La adopción de un perro es una decisión que lleva aparejada una serie de responsabilidades que te acompañarán durante toda la vida del mismo, que en el caso del Akita Americano se sitúa en unos diez u once años.
Por tanto, nuestro consejo es que antes de decidirte a adoptar, valores todos los pros y los contras de una decisión que, a buen seguro te cambiará la vida, y que, no por estar plagada de satisfacciones, va a quedar exenta de obligaciones.
Alimentación del Akita Americano
Un perro bien alimentado, gozará de una mejor salud y de un más bonito aspecto que otro que no lo esté. Nadie niega que alimentar correctamente a un perro de este tamaño supone un desembolso económico considerable, si bien este es un extremo que ya deberías haber valorado con anterioridad.
Ve experimentando hasta dar con un pienso de alta gama que siente bien a tu Akita y escoge, comenzando por uno de la gama junior para continuar con otro de la gama adult. En sus primeros meses de vida, estos cachorros han de ser alimentados con una dieta baja en calorías que impida que crezcan demasiado rápido.
Higiene del Akita
El Akita Americano es un perro tan extremadamente limpio que se va a acicalar a sí mismo regularmente una vez haya concluido la comida, su rato de juegos, etc. Aun así, es importante que te ocupes de su aseo periódico, no solo como forma de mantenerlo en perfecto estado y alejado de posibles enfermedades, sino también como una sencilla manera de facilitar enormemente la convivencia en el hogar.
Si en cualquier perro es importante la higiene, cuanto mayor sea su tamaño, más habrás de cuidar la limpieza del animal, al objeto de que el conocido como “olor a perro” no comience a molestarte hasta hacerte sentir incómodo en tu propia casa.
Higiene dental del perro Akita
La correcta limpieza bucal de tu Akita Americano va a tener como resultado la reducción de las posibilidades de padecer diversas patologías, entre las que destacan la peligrosa enfermedad periodontal, pero también otras dolencias cardíacas, renales o hepáticas.
Evita que se deposite el sarro en la superficie de los dientes de tu perro con un periódico cepillado dental desde cachorro, al que podrás acompañar con el establecimiento de un sistema de recompensas que incluya snacks antisarro.
Baño y secado
Tu Akita Americano disfrutará y se relajará en el baño si utilizas agua templada con la que crees un ambiente agradable en relación a un momento que para muchos perros es indeseado.
Baña al tuyo una vez al mes o cuando comiences a notar que está sucio. No lo hagas con mayor frecuencia para no eliminar la capa de protección natural de la que está provista su piel. Mientras lo estés bañando, utiliza el cepillo para que el champú penetre en el manto de pelo del perro.
Una vez fuera del baño, tendrás que enfrentarte al largo secado de tu Akita Americano, para el que deberás valerte del secador eléctrico a temperatura moderada, logrando así que el pelo no quede mojado, lo que podría dar lugar a la aparición de hongos.
Cepillado
El Akita Americano cuenta con una gran cantidad de pelo que sugiere un cepillado diario con el que proceder a la eliminación del pelo muerto y mantener el manto libre de partículas de suciedad.
El cepillado también te ayudará a que el perro no vaya desperdigando el pelo por toda la casa, lo que te obligará a ir tras él con la aspiradora día tras día, si quieres mantener tu hogar limpio de pelos de mascota.
Aprovecha también este momento para estrechar lazos con tu Akita Americano, pues este rato íntimo lo hará posible, al mismo tiempo que actúa como una forma de control contra la caída del pelo. Escoge un buen cepillo de entre los que el mercado pone a tu disposición, en función del grosor del pelaje de tu perro y de la cantidad de pelo que el mismo tenga.
Vacunas y tratamientos antiparasitarios
La salud de tu perro depende en gran medida de que le administres las dosis de vacunas correspondientes, sobre las que te orientará el veterinario. Observa cuidadosamente el calendario de vacunaciones y evita el contagio frente a ciertas enfermedades infecciosas.
Las pipetas o collares antiparasitarios también te resultarán muy útiles para mantener a raya las garrapatas, pulgas o gusanos intestinales que pueden provocarle también otras enfermedades, desde molestas hasta graves.
Enfermedades más comunes del Akita
Un Akita es un perro rústico, con una robusta estructura pero, pese a ello, como sucede con el resto de razas caninas, tiene una predisposición genética a padecer una serie de patologías entre las que destacan la displasia de cadera, que no permite que la articulación de la cadera se desarrolle adecuadamente durante el crecimiento.
Para que tu Akita Americano no la desarrolle tendrás que controlar que no haga movimientos ni ejercicios bruscos hasta que alcance el año de edad. En el caso de que llegue a desarrollarla, deberá ejercitarse para no incurrir en atrofia muscular.
Los eccemas y la torsión de estómago, son otras dos patologías que suelen afectar a este perro y que pueden ser tratadas con el consiguiente seguimiento veterinario.
Adiestramiento del Akita Americano
Vas a tener que educar a tu Akita desde cachorro ya que tan pronto como descubra la posibilidad de morder “a diestro y siniestro”, no querrá perder la oportunidad de hacerlo, lo que en definitiva para él marca el comienzo del dominio.
Muchas personas se muestran asombradas ante la calificación del Akita Americano como PPP, o sea, como perro potencialmente peligroso. Un animal “peligroso” que se caracteriza por integrarse a la perfección en el núcleo familiar y por dejarse tirar de las orejas por los niños de la casa, a los que protegerá frente a los desconocidos, por considerarlos la parte más vulnerable del “clan”.
Recuerda que el que un perro sea considerado como potencialmente peligroso obedece a menudo, por ejemplo, a su tipo de mordida y no a que sus índices de agresividad con los humanos sean altos. Una mordida en forma de tijera se traduce en una forma de morder muy potente y que no puede abrirse desde el exterior hasta que no sea el animal el que lo decida.
En el caso del Akita Americano es su poderosa constitución física, con una altura y un peso considerables, la que también hace que tenga tal consideración. Tampoco ayuda en este sentido el que sea un cazador innato, ya que se considera que, de no ser adecuadamente socializado, puede desencadenar situaciones de peligro.
Dicho esto y si bien es indudable que el ataque de un Akita Americano resultaría tremendamente feroz dada la envergadura del perro, hay que decir en su favor que los ejemplares de esta raza en absoluto son propensos a atacar a los humanos.
Si un Akita lleva a cabo una defensa con extraordinario coraje, comprometiendo su propia seguridad de considerarlo necesario, poco tiene que ver con que sea un perro peligroso o con instintos asesinos, sino con el ser un perro muy leal y valiente, que derrocha nobleza con los suyos.
Su instinto cazador y su comportamiento territorial pueden ser controlados mediante un adecuado proceso de temprana socialización. Este majestuoso perro, que en su región de origen es un símbolo de lealtad, fortaleza y prestigio, es también un amuleto de la buena suerte para los japoneses.
Como es lógico, un perro con todas estas características, no es un animal para cualquiera y es muy importante que cuando te plantees si tú podrías ser su dueño ideal, tengas claros aspectos tan sencillos como si tienes la suficiente fuerza física para poder controlar a un perro de tal envergadura, si sabrás adiestrarle y educarle correctamente, si tienes alma de líder para ser merecedor de la confianza de tan insigne animal y si tendrás el suficiente tiempo para brindarle el equilibrio físico y emocional que precisa para sentirse feliz, sacándole a pasear y jugar, así como proponiéndole constantes retos emocionales.
¿Tienes de verdad alma de líder? Tendrás que demostrárselo a tu Akita Americano pues él precisa un referente constante y seguro de sí mismo al que seguir. Si te ve titubear, este can verá en tu actitud un filón para empezar a desobedecerte y asumir él mismo el mando de la manada, o lo que es lo mismo, la dirección de su familia humana adoptiva.