Yorkshire Terrier: cuidados, alimentación, salud, higiene y consejos para adiestrar

Cruzarse con un yorkshire terrier es algo muy común. Estos simpatiquísimos perritos de pelo largo, inteligentes y activos, están considerados unas mascotas de compañía ideales, más aún para aquellas personas que no disponen de demasiado espacio en sus casas.

Este adorable perrito de tamaño reducido, es cariñoso hasta la extenuación con sus dueños y algo desconfiado con los extraños. Quizás hayas escuchado decir que son un poco testarudos y bastante nerviosos, lo cual sin embargo te facilitará las cosas a la hora de adiestrarlos.

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Todo lo que deberías sobre el Yorkshire Terrier

El hecho de que esta raza, que también se denomina yorkie, sea pequeña no quiere decir que no sea un animal especial, que no tiene ni una pizca de aburrido, al ser un verdadero terrier en miniatura.

Pocas razas han alcanzado la popularidad de la del yorkshire, un perro observador que es capaz de hacer un preciso registro de todo aquello que ocurre a su alrededor. Afectuoso, amable y cariñoso, la del yorkshire no es ninguna moda sino una preferencia que se mantiene en el tiempo.

Origen

La raza canina de perros pequeños del yorkshire terrier es el fruto de la combinación de terrier ingleses y escoceses, originada cuando parte de la población de Escocia hubo de desplazarse, con motivo de la Revolución Industrial, para asentarse en Inglaterra.

Su nombre se debe a que se originó en Yorkshire así como en la contigua Lancashire, donde llegaron obreros escoceses a mediados del siglo XIX buscando trabajo y llevando con ellos distintas variedades de pequeños perros terrier.

Empleados en las minas de carbón, fábricas de lana o algodón y molinos, estos trabajadores llevaban consigo a sus pequeños perros para que cazaran a los roedores que merodeaban por estos lugares.

Como curiosidad hay que apuntar que el hecho de que los trabajadores de la industria textil acariciaran a estos perros con las manos impregnadas en lanolina, hizo que su pelo creciera más rápidamente y con mayor suavidad y brillo.

De entre los únicos pocos datos que se saben a ciencia cierta destaca el hecho de que la raza surgió de tres perros diferentes, un macho y dos hembras, figurando también entre los animales que la originaron el paisley terrier, incluso puede que también el maltés.

En 1865 se definieron los estándares de la raza y su nombre oficial fue adoptado en 1870. Durante la Era Victoriana subió enormemente su popularidad como mascota y como perro de exposición en Inglaterra. De este modo, la del yorkshire terrier fue una más de las costumbres victorianas que los estadounidenses tomaron para sí.

Sin embargo, hacia 1940 la popularidad de esta raza comenzó a decaer en América ante la alarmante disminución de registros que alcanzaron en ese momento las razas pequeñas, no llegando a un 18% del total de las mismas.

Años más tarde, hubo un repunte de este tipo de razas, llegando a ostentar en 2002 el yorkshire terrier la condición de raza más popular en Estados Unidos.

Características y rasgos físicos

Estos pequeños perritos teacup alcanzan una altura de entre 20 y 30 centímetros…

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En cuanto a su peso ronda de 1 a 3 kilos.

Con obvias diferencias, el que muchas consideran la reducción del skype terrier, del que habría tomado su tupido pelo, abundante y largo, da en conjunto la impresión de tratarse de un perro muy bien proporcionado, con un rápido andar muy característico con pasos pequeños, cuya hermosa capa se extiende al viento.

Su cabeza es algo plana, el cráneo no redondo ni prominente en exceso. Su hocico no es demasiado largo. Su trufa es negra. Cuenta con pelos largos, de tonalidad negra-dorada, más intenso bajo las orejas, en las mejillas y en el hocico.

Sus ojos no son prominentes y sí bastante oscuros, con un borde palpebral igualmente oscuro. Sus orejas son pequeñitas, formando una “v” y cubiertas de pelo corto. No están excesivamente distanciadas entre sí y las lleva semierguidas o erguidas.

Su cuerpo es compacto, con dorso recto y fuertes riñones. Sus extremidades son rectas, con manchas de color fuego intenso y cubiertas de pelo. Sus pies son casi redondos. Sus uñas son negras. Su cola viene a cortarse sobre la mitad de su longitud, algo por encima del dorso y cubierta de un pelaje más oscuro que el que presenta en el dorso.

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Colores y capa

El color de un yorkie constituye una cuestión aparte. El tono de los cachorros es un combo. Lo mejor es no tratar de seleccionar un cachorro de esta raza por su color debido a que casi todos van a nacer en tono negro con pinceladas de bronceado, denominadas “pointers” que suelen encontrarse bajo las orejas o en la cola y encima de los ojos.

Será a lo largo de los dos siguientes años cuando el yorkshire cambie o no la tonalidad de su pelo. Lo ideal es que el color negro vaya dando lugar a un azul-acero que es el tono que marca la norma, pero en muchos casos el color definitivo que el perro alcanzará en su edad adulta es prácticamente impredecible.

La transformación del pelo comienza gradualmente en torno a los 6 meses de edad del cachorro. Lo normal es que el manto comience a crecer y a suavizarse hasta que adquiera el aspecto de pelaje sedoso tan peculiar y valorado en esta raza.

Esta transformación gradual suele extenderse hasta los 2 años de edad del yorkie, tendiendo a estabilizarse en torno a los 3 años. Es posible que el color de un yorkie adulto varíe de un color oscuro hasta un azul plateado o un azul claro. El adulto tiende a tener un color más dorado y bronceado, con un pelaje bastante más claro que el que exhibió cuando era un cachorro.

 

Temperamento

Los simpáticos yorkshire son una de las razas más demandadas y lucidas por sus orgullosos dueños, que no suelen resistir la tentación de arreglarlos con todo tipo de complementos que el mercado pone a disposición de esta raza toy.

Tras su diminuta apariencia, a menudo encierra un carácter fuerte y tenaz junto a una valentía inusual para su tamaño, que hace que no en pocas ocasiones comience a ladrar a otros perros de un tamaño mucho mayor. Este perspicaz y fiel compañero, que constituye toda una monada y un verdadero exponente de ternura, resulta tan atractivo por sus atributos físicos como por su pronunciado carácter.

Muchos son quienes dicen que un yorkie “habla con la mirada”, consultando cuanto está al alcance de sus ojos. Cada ejemplar de esta raza hace alarde de su propio y particular lenguaje que le permite una fluida comunicación con su dueño y que tiene su base en gemidos, ladridos y gruñidos.

Un yorkshire busca igualmente la forma de comunicar cuáles son sus intenciones y sentimientos. Si algo le encanta a un perrito de esta raza es que su familia le prodigue constantes mimos y cariños, presumiendo de ser el centro de atención de la casa. A partir del momento que uno de estos cachorros llega a un hogar, se convierte con total facilidad en un miembro más de la familia, lo que le hace extremadamente feliz.

Entre sus capacidades se cuenta la de intuir el estado de ánimo de su dueño. Audaz, valiente, independiente y confiado con los suyos, es capaz de “captar al vuelo” los momentos buenos y malos por los que atraviesen, actuando ellos igualmente con alegría o preocupación, dependiendo de las circunstancias.

Se comenta que dentro de un pequeño yorkie habita una gran personalidad y que en ellos se aúna lo mejor de la inteligencia y de la rapidez que caracteriza a los terrier con un afecto, dulzura y lealtad extrema hacia su familia, lo que convierte a los ejemplares de esta raza en una maravillosa mascota de compañía.

Así, no dudará un momento en demostrar tal afecto a cuanto les rodean, para lo que aprovechará, entre otros momentos, aquellos en los que le tomen en brazos, gesto que agradecerá sobremanera, pues si algo le gusta a un yorkie es instalarse cómodamente en el regazo de sus dueños.

Una de las cuestiones que debes tener en cuenta antes de adoptar a un yorkshire es la de si tu estilo de vida se podrá adaptar a sus demandas, tanto de atenciones como de compañía, pues estas mascotas detestan pasar mucho tiempo solas.

Esta raza es idónea para aquellas personas que no dispongan de demasiado espacio en su vivienda. Su pequeño tamaño le lleva a adaptarse perfectamente a la vida en un pequeño apartamento, lo que no quiere decir que no necesite ejercicio, pues igual que cualquier otra raza precisa de actividad física y de un buen paseo diario durante los que pueda jugar, distraerse y socializarse.

También se trata de una estupenda raza para todas aquellas personas que disfrutan llevando con ellas su mascota a todas partes, ya se trate de viajes cortos o largos y en cualquier tipo de medio. La clave está en educarlos correctamente desde cachorros para que su compañía resulte deliciosa y no dé pie a ningún tipo de inconveniente.

Su carácter alegre demanda también la presencia de juguetes, pues se trata de un perrito muy divertido, lo que no es óbice para que se le considere igualmente un perro de alerta que no dudará en llamar la atención de sus dueños sobre los ruidos que considere peligrosos.

Serán necesarias las adecuadas técnicas de adiestramiento en positivo para controlar la tendencia a ladrar que muchos de estos perritos tienden a desarrollar dada esta condición de perros de alerta. Convenientemente adiestrados, ladrarán únicamente cuando deban alertar por ruidos extraños y no con frecuencia por nerviosismo.

Quienes tienen un yorkie, definen a los perritos de esta raza como muy familiares, siendo capaces de retener todos los horarios de los miembros del núcleo familiar. Con frecuencia sus dueños aluden a su increíble capacidad para entender cuanto se habla delante de ellos.

Junto a estar con su familia, lo siguiente que le gusta a un yorkshire es la diversión. Nada rencorosos, pese a lo serios que parecen ponerse cuando las cosas pintan feas, hacen del juego su modo de vida.

Su carácter extrovertido y su actitud juguetona lo convierten en un extraordinario compañero tanto para la gente mayor como para la joven, inundando de alegría la casa. Eso sí, que nadie se sorprenda de su tendencia a dar saltos de un mueble a otro o a perseguir imaginarios enemigos.

Relación con otras mascotas

El yorkshire se lleva bien con otras mascotas por naturaleza, debido a que no se trata de un animalito egoísta ni exclusivista. Ahora bien, dado su pequeño tamaño y su frágil anatomía, es importante que los dueños tengan en cuenta que la convivencia con otros perros de un tamaño mucho mayor puede poner en entredicho la seguridad del pequeño yorkie, más aún si se tiene en cuenta que su carácter valiente no le hará amilanarse ante ningún gran amigo.

Hay que partir de la base de que no es necesario que exista una rivalidad para que un perro de tamaño mayor haga daño a un yorkshire. Por muy bien que se lleven, es probable que el grande no controle su fuerza y que termine siendo nuestro peludo pequeño amiguito el que acabe llevando las de perder en los juegos entre ambos. Por esta razón, estos momentos han de ser, cuando menos, supervisados por los dueños.

Relación con los niños

Aunque los niños y los yorkies pueden llegar a convertirse en buenos camaradas, lo cierto es que esta raza está más recomendada para familias con niños mayorcitos, que hayan sido educados por sus padres en el respeto hacia sus mascotas.

En cuanto a los niños demasiado pequeños, los juegos entre ambos han de ser controlados por los adultos, pues su ligero peso hace que en muchas ocasiones tiendan a cogerles en brazos y, dada su corta edad, jugar con ellos de un modo demasiado rudo que comprometa la seguridad del pequeño yorkie, el cual puede terminar sufriendo lesiones del estilo de fracturas.

Pese a que no falta quien los tilda de poco pacientes con los niños, lo cierto es que un yorkshire tiene mucho que enseñarles a los pequeños de la casa en lo que concierne a la confianza, el afecto mutuo y el cariño. Por ello es que, si las dos partes han sido convenientemente educadas, pueden formar un binomio perfecto.

Cuidados básicos

Aunque el yorkie no precisa de cuidados especiales, la adopción de cualquier cachorro o perro adulto entraña una serie de responsabilidades que responden a unas pautas básicas de alimentación, higiene, aseo, adiestramiento, ejercicio, etc.

Alimentación

De todos es sabido que el tipo de alimentación que ofrezcas a tu mascota resultará determinante tanto en su aspecto, como en su calidad de vida. Si quieres que la tuya no pierda ni uno solo de los pelos de su precioso manto y además presuma de estar en la línea, no teniendo sobrepeso, habrás de controlar tú sus raciones de comida.

Elige un pienso seco de calidad, que podrá indicarte tu veterinario, quien también podrá orientarte sobre la cantidad de comida exacta que su pequeño cuerpo precisa.

Higiene

Si el concepto de una adecuada higiene es fundamental en un perro de cualquier tamaño, en un perrito faldero lo es aún más dado que normalmente suele terminar en brazos de todos los miembros de la familia y esta cercanía requiere de un óptimo estado higiénico.

Higiene dental

Los dientes del yorkie suelen comprimirse y abarrotarse en una estrecha mandíbula lo que propicia la acumulación de placa bacteriana, sarro, caries y enfermedades de las encías.

Evitarlo pasa por un adecuado cepillado de dientes al que deberás acostumbrarle desde cachorro, habida cuenta de que es una actividad que no suele agradar a estas mascotas.

Otra forma de hacerlo es estableciendo un sistema de premios cuando haga las cosas bien, que consista en galletitas o huesos que el mercado pone a tu disposición para facilitarte esta labor. Es importante que controles que esto no desequilibre la ingesta calórica de tu pequeño amigo, la cual podría causarle sobrepeso.

Baño y secado

El baño de un yorkie puede efectuarse una vez al mes, con un champú especial para perros que tenga un pH similar al de su piel, esto es, en torno a un pH7.

Una vez le hayas sacado del baño, tendrás que secarle bien con una toalla, retirando así todo el exceso de agua. A continuación aplicarás secador eléctrico, a temperatura no demasiado alta y lo suficientemente separado del cuerpo para no quemarle. Procura que no salga a la calle hasta que no esté totalmente seco, sobre todo en invierno, ahorrándole así resfriados.

Cepillado

A que su pelo tenga una apariencia lisa y sedosa contribuye enormemente la grasa natural de su pelaje. Esta raza de pelo largo, requiere un correcto cepillado que acabe con todos los nudos y distribuya su grasa natural por todo el cuerpo, al mismo tiempo que elimine el pelo muerto.

Desde cachorro hay que acostumbrar al pequeño yorkie a un cepillado que se repetirá de 2 a 3 veces semanales y que llevarás a cabo aplicando acondicionador para perros con aerosol cuando su manto sea seco y aplicando únicamente un poco de agua esparcida con tu mano, cuando su manto sea graso.

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Vacunas y tratamientos antiparasitarios

Cuando adoptes a tu pequeño yorkshire procura que te den siempre su cartilla de vacunaciones, de forma que el veterinario pueda saber cuáles son las dosis que se le han administrado y cuáles le faltan.

De la misma manera debes seguir sus instrucciones de este profesional al respecto de la colocación de pipetas y collares antiparasitarios que acaben con el problema de las pulgas, garrapatas y gusanos intestinales.

Enfermedades más comunes

A pesar de que la esperanza de vida del yorkie se sitúa en torno a los 15 años de edad y que se trata de un perro que goza de buen estado de salud en general, como cualquier otra raza tiende a sufrir una serie de problemas de salud, que en su caso se concretan en los siguientes:

      • Dislocaciones de tibia y luxaciones de rótula. Estas pueden ser las consecuencias de los golpes a los que deben enfrentarse estos perritos de tan pequeño tamaño.
      • Disfunciones de columna vertebral. Su pequeña y frágil anatomía puede llevarles a sufrir patologías de este tipo como la hernia de disco.
      • Problemas digestivos. Esta raza cuenta con un sistema digestivo excesivamente sensible, por lo que han de seguir una alimentación regular que les evite vómitos y diarreas.
      • Problemas dentales. Su pequeña mandíbula, como ya hemos indicado, propicia la acumulación de placa, lo que origina enfermedades periodontales que pueden acarrear pérdida de dientes prematura.
      • Dificultades para la administración de anestesia. Debido a su pequeño tamaño la tolerancia a esta sustancia es bastante menor.

Adiestramiento

Piensa que el seductor carácter de tu pequeño amigo puede hacerte sucumbir a sus encantos. Por muy mimoso que se te antoje, no te rindas a ellos y mantente firme en su educación, pues de no ser así le estarías haciendo un flaco favor, ya que en las razas miniaturas es muy común “el síndrome del perro pequeño”, en el que el perrito cree haber tomado las riendas de la situación y su carácter se torna caprichoso y exigente.

Si no quieres que se convierta en un diminuto y maleducado tirano, procura que no aprenda tus puntos débiles, pues aprovecharía cualquier resquicio para intentar hacerse con el control de la situación.

Así las cosas, recurre al adiestramiento positivo, o lo que es lo mismo, a la recompensa, principalmente afectiva. Habrás de ser dulce y suave para que no se vuelva una mascota asustadiza, lo que no implica en ningún momento que no puedas imponer disciplina.

El mejor momento para comenzar su educación sería alrededor de los 3 meses de edad. Ármate de paciencia pues, pese a su inteligencia, en los inicios le cuesta un poco aceptar la higiene.

Rutinas como el control de los esfínteres, el que tu pequeño yorkshire terrier se siente o se tumbe y el que asimile bien su baño y cepillado serán algunos de tus principales cometidos.

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