Cane Corso: Alimentación, Higiene, Salud, Temperamento y todos los Cuidados

La denominación cane corso es una de las más populares que recibe el perro corso italiano, que también se conoce como mastín italiano. Una raza de perro moloso tipo dogo que resulta muy impactante, lo mismo que sucede con el mastín napolitano.

Se sostienen dos teorías en torno al nombre del italian corso dog. Una hace referencia a que el término corso procede de la palabra griega kórtos, que se traduce como corral, cercado o recinto. La segunda afirma que deriva del latín cohors, cuyo significado es guardián. Ambas tienen lógica porque este perro se utilizó durante muchos años para la guardia de corrales.

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Todo lo que deberías saber sobre el Cane Corso

La raza de perros cane corso se caracteriza por contar con unos ejemplares muy equilibrados de perros rústicos, con un fuerte temperamento, siempre vigilantes y con la capacidad de adaptarse a todo tipo de condiciones ambientales y de asimilar cualquier experiencia.

La clave para que el mastín italiano se convierta en un excelente compañero para el ser humano se halla en que cuente con un dueño responsable, que se ocupe de su pronta socialización y que sepa enseñarle la correcta jerarquía familiar.

Origen

El antepasado directo del cane corso es el molosoide romano o molossiano romano, que se conoce como canis pugnax, un enorme moloso que era utilizado como perro de guerra debido a su fuerza, a su resistencia y a lo disuasorio que resultaba. Único en el campo de batalla, en él trabajaba codo a codo con los combatientes, siendo un extraordinario perro guardián.

Por desgracia, también se demandaba mucho su presencia en la arena, donde este valeroso can debía luchar contra leones, osos y otros animales salvajes que eran importados a Europa.

Más tarde el corso italiano se convirtió en uno de los perros más populares en Italia entre la clase trabajadora, aunque llegó un momento en que su población se vio reducida de forma significativa, quedando tan solo unos pocos ejemplares en la provincia de Apulia.

Entre sus empleos destacaron, aparte del de la vigilancia, el ser un estupendo perro para conducir el rebaño y su utilización en las labores de la caza mayor, como la caza de jabalíes. Por fin, en 1970, se retomó la cría sistemática de tan valiente raza.

Características y rasgos físicos

Con una altura a la cruz de entre 64 y 68 centímetros y un peso que oscila entre los 45 y los 50 kilos, se trata de un perro grande, robusto, fuerte, musculoso y con unas potentes extremidades…

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Su cabeza es ancha, plana y algo convexa en su parte anterior. Su stop o depresión naso-frontal está bien marcado y el surco medio-frontal es igualmente evidente. Sus ojos son ovoides, medianos, de color oscuro y sobresalen ligeramente. Su nariz es negra y voluminosa, con las ventanas abiertas y grandes.

Su hocico es notablemente más corto que el cráneo. Cuadrado y fuerte, es tan largo como ancho. Sus labios cuelgan moderadamente, cubriendo la mandíbula, de manera que el perfil inferior del hocico lo forman los labios. Sus mandíbulas son gruesas, muy anchas y curvadas. Presenta un ligero prognatismo inferior. Se tolerara la articulación en pinza, pero no es deseable.

Sus orejas son triangulares, de inserción alta y colgantes. Tradicionalmente se le han venido cortando en forma de triángulo equilátero, pero afortunadamente esta cruel práctica está tendiendo a desaparecer y en muchos países está directamente prohibida.

Su cola es de implantación alta, bastante gruesa en la raíz. En los lugares en los que se permite, se amputa a la cuarta vértebra. Cuando está en acción se levanta, pero no erguida ni enroscada.

Su cuello es musculoso, fuerte y tiene el mismo largo de su cabeza. Su cuerpo es algo más largo que la altura a la cruz. Su constitución es fuerte, pero en absoluto rechoncha. Su cruz es pronunciada, llegando a sobrepasar el nivel de la grupa. Su espalda, musculosa y tiesa, es rectilínea. Su lomo es sólido y corto. Su grupa, moderadamente inclinada, es ancha y larga. Su pecho cuenta con un tórax bastante bien desarrollado en las tres dimensiones y que va descendiendo hasta el codo.

Sus extremidades son fuertes y potentes y, mientras sus pies delanteros son “de gato”, los traseros son menos compactos. Se mueve con trote alargado y paso largo, siendo el trote el movimiento preferido.

Color y pelaje

Mientras que su piel es un poco gruesa, algo pegada a los tejidos subcutáneos, su pelo es corto, muy apretado, brillante, denso y con una capa interior de pelos delgada.

En cuanto al color, existen canes corso negros, gris plomo, gris claro, gris pizarra, leonado oscuro, leonado claro, rojo cervato y atigrado (con rayas sobre un fondo gris o leonado, cuyos matices pueden ser varios).

Los corsos italianos tanto negros como atigrados cuentan en el hocico con una máscara negra o gris que en ningún caso ha de sobrepasar la línea de los ojos. Se admite que presente una mancha blanca y pequeña en el pecho, sobre la caña nasal y en la punta de los pies.

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Temperamento

Tenaz, intrépido, amoroso, fiel, protector e independiente. Así es el cane corso. Un perro cuyos criadores se han afanado en la búsqueda de un carácter concreto que les sirviera para ser unos competentes guardianes así como para proteger a la familia, a la propiedad y al ganado. Que sirvan para la caza mayor y para el resto de labores de ganadería también estaba entre sus propósitos.

Este perro es muy territorial y protector. El vínculo que crea con sus familiares de adopción, especialmente con aquellos que percibe más vulnerables, como ancianos y niños, es muy estrecho, dedicándose a cuidarlos y protegerlos.

El perro corso italiano, como buen trabajador que ha sido siempre, no es para nada un perrito faldero que pueda pasar muchas horas en el salón de casa. Su energía y su tamaño, sugieren que este atlético perro tiene unas elevadas necesidades de ejercicio que deberás valorar a la hora de decidir sobre su adopción.

El entorno ideal para este enérgico perro es una casa con un espacioso jardín en el que pueda expandirse a sus anchas. Pese a ello, como dueño, debes saber que tendrás que sacarlo dos o tres veces al día a dar paseos de unos treinta minutos cada uno, que lo conserve equilibrado y saludable a nivel físico y mental. Si es posible acompañarlos con algo de ejercicio físico, tu perro te lo agradecerá.

Una buena idea es la de combinar las salidas al exterior con todas aquellas actividades que estén relacionadas con el olfato y que van a promover que el animal se relaje, encontrando en ellas el bienestar.

Al cane corso le cuesta hacerse a un pequeño apartamento y, si no tienes más remedio que convivir con él en ese reducido espacio, deberás compensarle con más salidas al aire libre donde se sienta libre y pueda correr sin peligro.

No pierdas de vista que el entorno ideal para este perro es el rural, en los que le sea muy simple ejercitarse y hacer alarde de su conducta natural. Pese a ello, este animal no está hecho para vivir en el exterior, sino en el interior de la casa, pues su manto es demasiado fino y además, muy sensible a las callosidades. Una cama mullida es la más idónea para su descanso.

El carácter del mastín italiano no solo es fuerte sino autoritario, por lo que el dueño deberá mostrarse firme desde el comienzo, para que aprenda la jerarquía y a diferenciar lo que puede hacer de lo que no.

Con los desconocidos se muestra distante, haciendo gala en todo momento de la gran seguridad en sí mismo típica de este can. Su actuación casi siempre es proporcionada, si bien en este sentido resulta determinante la educación que el perro haya recibido.

La temprana socialización del cane corso es vital, igual que el hecho de que el animal reciba cariño a raudales. Aunque suelen mostrar un carácter controlado, conviene que se acostumbren cuanto antes a los estímulos exteriores y a la presencia de otros animales domésticos, para que no se vuelvan ni agresivos ni tímidos.

No debes olvidar que pese a la extrema ternura que desprende su cara, este perro ha venido siendo utilizado para la defensa y destaca por su impresionante habilidad en el ataque y por ser un aguerrido luchador cuando llega el momento. Ello ha hecho que hayan sido muchos los desaprensivos que los hayan utilizado como perros de peleas, por lo que la socialización ha de ser especialmente tenida en cuenta en esta raza.

Relación con otras mascotas

El perro corso italiano, con la correcta educación, podrá convivir sin problemas con otras mascotas que tengas en casa, por lo que no te dará problemas en el caso de que seas una de esas personas a las que les gusta vivir rodeado de distintos animales. De no estar bien adiestrado, será excepcionalmente territorial con el resto de mascotas.

Relación con los niños

El mastín italiano tiene una virtud para con los niños que no comparte con otros perros de similares características y es la de ser muy cuidadoso y paciente con ellos, por lo que vigila en todo momento que sus movimientos no sean bruscos para no dañar a los más pequeños de la casa.

Este perro sensible y muy inteligente va a ser una formidable mascota para tus hijos siempre que sepas encauzar su carácter y te sorprenderá ver como a este grandullón le encanta recibir caricias.

Cuidados básicos

Afortunadamente, cada día son más las personas que toman conciencia de que adoptar una mascota no es una decisión que deba ser tomada a la ligera, fruto de un arrebato o de una ilusión pasajera. Por el contrario, ha de ser una decisión muy meditada, pues lleva aparejada una responsabilidad que te acompañará tantos años como viva el animal.

En el caso del cane corso, su promedio de vida se sitúa entre los diez y los doce años. De ti depende en gran medida que llegue a alcanzar esa cifra, e incluso a superarla, con una buena calidad de vida.

Los cuidados del mastín italiano, que no es precisamente un perro delicado a nivel físico, son sencillos por lo que no tendrás que dedicar demasiadas horas a su mantenimiento. De todas maneras, es importante que conozcas algunos aspectos sobre el cuidado de esta raza que todavía no está demasiado difundida en España, ya que aquí se está dando a conocer y a desarrollar de un tiempo a esta parte.

Alimentación

La nutrición es esencial tanto para el estado de salud como para la bonita apariencia física de un can. Siempre ha de enfocarse a la raza de perro, a sus posibles carencias nutricionales y al tipo de actividad que el mismo desarrolle a diario.

Los alimentos industriales que les demos han de ser de alta gama, ricos en nutrientes y bajos en grasas, con el adecuado equilibrio entre alimentos energéticos y proteicos, de modo que no den lugar a insuficiencias energéticas que obliguen al cuerpo a gastar sus proteínas, en lugar de reservarlas para las funciones plástica y de reparación de los tejidos.

Higiene

La higiene de un perro está orientada tanto a mantenerlo limpio y saludable, a salvo de infecciones, como a facilitar la convivencia en familia, que se vería indudablemente afectada si el animal empezara a oler desagradablemente.

Los ojos y orejas del cane corso son zonas sensibles que deben ser objeto de una limpieza diaria por parte de sus dueños. Las uñas también han de ser revisadas periódicamente.

Higiene dental

Acostumbrar a tu perro desde cachorro al cepillado periódico de dientes es uno de los mejores regalos que puedes hacerle en aras a favorecer su buen estado de salud. Puedes valerte para ello de los múltiples artículos para la limpieza bucal de perros que el mercado pone a tu disposición.

Está demostrado que el estado higiénico de la boca de un can está estrechamente relacionado con la posibilidad de desarrollar o no la enfermedad periodontal, que puede ocasionarle pérdidas de piezas dentales, así como otras graves patologías cardíacas, renales y hepáticas, por lo que podemos afirmar que un perro sano, tiene siempre una boca limpia.

Baño y secado

Bañar a un perro de las dimensiones del mastín italiano no es una tarea simple. En verano, te será más sencillo pues puedes hacerlo en el jardín, ayudándote con una manguera. En invierno, las frías temperaturas hacen que debas introducirlo en una bañera con agua tibia. La frecuencia ideal del baño se sitúa en uno cada seis u ocho semanas.

No olvides utilizar un champú canino específico para el pelo de la raza en cuestión y aclarar abundantemente con agua, para que no queden restos químicos en su piel que le causen reacciones alérgicas.

Una vez fuera del baño, deberás asegurarte de que queda bien seco, para lo que un potente secador eléctrico que utilizarás a temperatura moderada, se convertirá en tu mejor aliado.

Cepillado

El pelo del perro corso italiano no requiere corte y su mantenimiento es mínimo. Bastará con un cepillado semanal con el que eliminarás el pelo muerto y las partículas de suciedad. Lo efectuarás con un cepillo de púas suaves y cortas que no dañen su dermis. Aprovecha estos momentos íntimos para estrechar los rasgos de afectividad con tu mascota, mimándola y creando un clima que propicie que este hábito se convierta en un placer para ella.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

Tan pronto como adoptes tu cane corso, debes acudir a la consulta del veterinario con el objetivo de que le coloquen el chip, le efectúen una revisión a fondo y, finalmente, este profesional establezca para tu perro el obligado calendario de vacunaciones que refuerce su sistema inmunitario y defensivo.

Los parásitos del tipo de las pulgas, las garrapatas y los gusanos intestinales también es necesario combatirlos, mediante la colocación de pipetas y collares antiparasitarios que encontrarás en establecimientos especializados.

Enfermedades más comunes

El mastín italiano es un perro sano por naturaleza pero que, como cualquier otro, ha de ser revisado regularmente por el veterinario. Para ello, debes llevarlo a su consulta cada seis meses a poder ser. Una completa analítica descartará problemas de salud incipientes en tu can, cuya detección precoz puede ser crucial para el mismo.

No escatimes en este tipo de gasto y recuerda que entre las enfermedades que es propenso a padecer este perro se encuentran la displasia de codo y de cadera, característica de los perros grandes, la hiperplasia vaginal, la torsión gástrica, el golpe de calor, los problemas respiratorios, el entropión y el ectropión, la hipertrofia glandular y los brotes de sarna demodex cuando nacen.

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Adiestramiento

Contar con un dueño que desde el mismo momento que el perro corso italiano llegue a la casa sepa asumir el liderazgo de la situación es fundamental para este perro. Acostumbrando a vivir en manada, es un can que necesita un líder que sepa ser coherente, firme y constante, pues una persona dubitativa no sería su líder ideal y el animal tendería a asumir el liderazgo, dada la falta de consistencia en la actitud del humano.

Aquellas personas a las que les suponga un especial conflicto el ejercicio de la autoridad no son aptas para ser dueños de este perro pero, si por cualquier circunstancia se ven abocadas al cuidado de uno de estos ejemplares, la elección de una hembra les pondrá las cosas más fáciles, mientras que los machos están más indicados para quienes tengan la guardia como prioridad.

Es importante que empieces con la educación del mastín italiano en torno a las tres semanas de vida y hasta las doce semanas, mientras se encuentre en pleno período de socialización. Has de enseñarle a inhibir la mordida y a socializarse con animales, personas y con el que va a ser su entorno en general.

Iníciale en obediencia básica. Órdenes sencillas como las de sentarse, tumbarse, quedarse quieto o acudir a tu llamada. Esto es esencial para su propia seguridad. Así, pronto conseguirás convertirle en un buen compañero que tolere la presencia de extraños, sean humanos o animales.

Un perro con el carácter del mastín italiano que no esté socializado, se volvería extremadamente territorial y la agresividad que probablemente desarrolle le convertiría en un peligro para las personas y para otros perros, por lo que este es un aspecto primordial que incide en el futuro comportamiento del animal. De todos modos, insistimos en la idea de que este no es un can para dueños novatos.

Un dueño experimentado no encontrará demasiadas dificultades cuando aborde el adiestramiento de un ejemplar de cane corso. Solo debe hacerlo correctamente, utilizando un proceso sin fisuras ni dudas en el que el refuerzo positivo sea el protagonista.

Es lógico que este método, que premia las conductas deseables, obviando las indeseables, arroje muchos mejores resultados que los estrictos métodos tradicionales de adiestramiento, que a día de hoy están considerados como contraproducentes para adiestrar a cualquier raza. De hecho, lo habitual es que no generen más que miedo y conductas contrarias a lo que se espera del animal.

Una de las ventajas que vas a encontrar en el adiestramiento de tu perro corso italiano es que este can es una especie de “esponja”, ávida de aprendizaje. Te sorprenderá lo ansioso que está por absorber todo aquello que le quieras enseñar. El aprendizaje de trucos es uno de sus fuertes y todo lo nuevo llamará poderosamente su atención.

Si sabes acompañar convenientemente a tu mastín italiano, mostrándole que él y tú (y el resto de la familia si la hubiera) conformáis ahora una manada en la que él es un miembro merecedor de respeto, halagos y mimos como cualquier otro, ya llevarás una parte del camino de su educación recorrida.

La disciplina, la rutina y el ejercicio son los siguientes pasos a seguir. Que tu cane corso tenga una marcada jerarquía, que coma, pasee y descanse siempre a las mimas horas y que este animal, que en estado salvaje es cazador y gregario, pueda gastar energía, va en favor de su adecuada relajación.

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