Pastor Alemán: Salud, Higiene, Temperamento, Alimentación y Todo sobre la raza

Para muchos el pastor alemán es la raza canina por excelencia. Su aspecto desprende nobleza y lealtad. Un can versátil capaz de desempeñar una enorme variedad de actividades y que además se caracteriza por ser un estupendo perro de compañía.

Su obediencia innata y lo fácil que es de adiestrar, junto con la predisposición a la compañía de los seres humanos y a la vida en familia en general, son algunos de los puntos a su favor, a lo que hay que sumar que es formidable con los niños.

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Todo lo que deberías saber sobre el Pastor Alemán

Los amantes del mundo canino suelen estar de acuerdo en que esta increíble raza de perro es sin duda una de las más inteligentes y valientes que se conocen. También verás que se refieren a este animal como Ovejero Alemán o Pastor Alsaciano.

Desde cachorros son muy observadores y tienden a aprender con constancia sobre todo aquello que les rodea. En torno a los dos o tres meses estarán en disposición de memorizar las primeras órdenes básicas, disfrutando mientras aprenden.

Origen

La que probablemente es la raza de perros más famosa del mundo ya estaba en la mente de Max Emil Frederick von Stephanitz, un capitán de caballería del ejército alemán que allá por 1890 tenía una visión clara en relación a una raza canina alemana de trabajo.

Para el militar, tales perros habrían de presentar un aspecto noble y ser confiables, al mismo tiempo que rápidos, protectores y cien por cien dedicados a complacer a sus dueños.

Este era el mismo tipo de perro con el que soñaba Artur Meyer, el ayudante de von Stephanitz en la generación del que hoy conocemos como el pastor alemán. El prototipo de perro que sirvió para el desarrollo de este raza fue descubierto en 1899 por von Stephanitz en un animal que le dejó estupefacto y al que no resistió la tentación de comprar.

Tal perro respondía al nombre de Hektor Linkrshein y medía unos 63 centímetros a la cruz. El resto de su apariencia se correspondía igualmente con lo que el militar pensaba que debía ser un perro de trabajo.

Este animal se convirtió en el padre del moderno pastor alemán. Un par de semanas después de la compra de este magnífico ejemplar, ambos hombres fundaron el que fue el primer club de esta insigne raza, hoy considerado la institución matriz que agrupa a los muchos clubes de pastores alemanes dispersos por todo el mundo. Su nombre fue el Verein für Deutsche Schäferhunde (SV).

Un club que a día de hoy sigue siendo referente mundial en lo que al pastor alemán se refiere y que, como no podría ser de otra manera, contó con Hektor como primer can registrado en el mismo, si bien el nuevo nombre que se le impuso fue el de Horand von grafath.

Características y rasgos físicos

Con una altura a la cruz de hasta 60 centímetros y un peso que ronda entre los 30 y los 40 kilos, es por tanto un perro de talla media-grande. Su cuerpo es fuerte, muy musculado, ágil y rebosante de vida. Con un contorno de curvas suaves, su corpulencia es profunda…

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Su cabeza tiene forma de cuña y no debe estar desproporcionada o tener un peso excesivo. Tampoco ha de parecer alargada ni tosca. Más bien ha de parecer seca y ligeramente ancha en medio de las orejas. Si se la ve por delante y por los lados, la frente está moderadamente arqueada y puede presentar o no un surco mediano poco marcado. La proporción existente entre la región facial y la craneal ha de ser de 50% a 50 %, siendo prácticamente el mismo el ancho de la región craneal que el largo.

Si se la ve desde arriba, su región craneal va disminuyendo gradualmente desde las orejas y hasta la nariz, de modo que su stop o depresión fronto-nasal es poco notorio y se inclina en su hocico, el cual tiene forma de cuña y debe ser muy potente. Su caña nasal es recta, siendo indeseable cualquier hundimiento o abultamiento. Su trufa debe ser negra. Sus labios son de color oscuro, bien adheridos y firmes.

Su dentadura ha de ser sana, fuerte y completa, lo que incluye los 42 dientes que corresponden a la fórmula de dientes. Cuenta con una mordida en forma de tijera, de modo que los incisivos superiores rozan con los inferiores al mismo tiempo que los caninos superiores cierran estos incisivos, haciendo que el agarre sea mayor.

Son faltas tanto una mordida en pinza, así como un prognatismo superior o inferior, lo mismo que si tiene grandes espacios o lagunas entre los dientes. Tampoco pueden tener todos los incisivos alineados en recto.

Sus ojos son de color oscuro, de tamaño medio, de forma almendrada y no deben ser sobresalientes. Sus orejas son de inserción alta, triangulares y erectas, puntiagudas y con el pabellón auditivo dirigido hacia el frente.

Su cuello deber ser bien musculado, fuerte y no tener papada. Su tronco es alargado. Su espalda, inclinada ligeramente hacia la grupa, bien musculada y fuerte. Su tórax, bien desarrollado, lo que le sirve de garantía cuando realiza esfuerzos prolongados. Su cola debe tener pelo denso y ser de buena longitud. En reposo, le cuelga con una ligera curva. En movimiento o en atención, la lleva más alta, sin llegar a sobrepasar la línea horizontal.

Los ángulos de las partes anteriores y posteriores han de ser bien marcados, con los hombros oblicuos. Sus muslos deben ser musculosos y anchos. Dicha constitución, con los ángulos notoriamente cerrados, va a permitir que el perro, al desplazarse, cubra mucho espacio, o lo que es lo mismo, tenga gran impulso en la parte posterior y gran avance en la anterior.

Cuando se esté desplazando, jamás la línea superior debe parecer débil ni, lo que sería todavía peor, caída, sino que ha de formar una unidad entre la cabeza y la cola, llevando la primera hacia adelante y manteniendo la segunda muy alta, en posición casi horizontal.

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Color y pelaje

El pastor alemán tiene una doble capa de pelo. Mientras que su pelaje interno es más suave que el externo y además grueso, su pelaje externo es denso, liso, también grueso y muy cercano al cuerpo. En la zona del cuello el pelaje es más largo y grueso que en el resto del cuerpo.

Algunos ejemplares de pastores alemanas lucen un pelo ligeramente ondulado y que cuenta en el exterior con una textura nervuda. Piensa que esta raza fue criada para el pastoreo, además de para ser un perro de servicio, por lo que su denso pelaje le permite afrontar las largas y frías noches de trabajo.

El color clástico del ovejero alemán es negro y fuego con el manto negro. Se les considera negros cuando tal color se extiende hacia sus codos. Son bicolores cuando un mismo color les cubre todo el pelo, exceptuando las patas y, a veces, la cara. Existen otras combinaciones que incluyen el azul y fuego o el hígado y el bronceado. El sable está considerado como una mezcla de colores.

 

Temperamento

El pastor alemán es un perro muy equilibrado, seguro de sí mismo y resistente en situaciones que pondrían nervioso a cualquiera. Un animal conocido en todos los rincones del planeta por ser leal, confiable, perseverante y poseer un gran coraje.

Este perro va a estar siempre dispuesto al trabajo y es muy inteligente, por lo que será válido para la mayoría de las funciones que le asignes. No en vano, el que traemos entre manos es un extraordinario perro de servicio al que su gran olfato ha convertido en miembro imprescindible de los puestos de aduanas y en un excelente perro policía. Su obediencia y su valentía son dignas de admiración.

Como perro de compañía para las familias tampoco tiene precio, siendo leal, protector y atento con todos los miembros de la misma. Con los extraños no será excesivamente cercano, manteniéndose neutral, pero vigilante.

Su buen carácter, su instinto protector, su apego a su dueño y su atención constante les hace ser fáciles de guiar. Requieren, como cualquier otra raza, de una pronta socialización, lo que les hará desarrollar una exquisita empatía con su entorno a la que hay que unir su natural paciencia y lo amoroso que es este perro. Todo ello hace de él un animal muy bondadoso.

El pastor alsaciano parece no hacerse mayor nunca, pues a pesar de que su enérgico carácter tiende a atemperarse con los años, conserva durante toda su vida su carácter juguetón y es feliz mientras guarda el patio y la casa.

Este magnífico perro de trabajo, ha de estar bien educado y convenientemente ocupado, lo que implica estimulación física y mental, de manera que pueda ser también un gran perro de familia.

Destaca en él la característica de ser un guardián sin par en cualquier situación, dando igual que se halle desarrollando labores policiales o protegiendo su casa frente a la presencia de intrusos. Se trata de un can muy territorial que pronto es capaz de familiarizarse con los límites de su zona. Es por ello que suele patrullar con independencia su territorio, alertando de la presencia de extraños.

En el momento que un pastor alemán detecta algo que no le convence va a ladrar sin parar, actuación que sirve tanto para alertar a los humanos de que algo no va bien como para disuadir al elemento perturbador de que ha de marcharse sin dilación, si no quiere vérselas con este grandullón.

En la otra cara de la moneda, ya hemos indicado que este animal precisa una temprana socialización para conseguir de él un comportamiento adecuado con el resto de personas y animales con las que entra en contacto por primera vez.

Relación con otras mascotas

Una pronta socialización te permitirá tener en casa más animales aparte de tu pastor alemán, por lo que si eres una de esas personas que disfrutan con la compañía de varias mascotas a la vez, este perro te pondrá las cosas fáciles, siempre que sepas mantenerte como el líder alfa de la manada.

Relación con los niños

La buena naturaleza del pastor alemán le lleva a portarse fenomenalmente con los niños, si bien es importante que como, con cualquier otra raza de perros, tus hijos sean educados en el respeto a este noble animal y en los límites que no deben transgredirse para que la relación fluya idealmente. En cuanto al perro, es conveniente que le eduques para que su gran energía no le haga lastimar sin pretenderlo a los niños más pequeños.

Recuerda que la situación idónea es aquella en la que el perro te vea a ti, como dueño, liderando la manada, a él en la parte inferior de la misma y a tus niños en el medio de la jerarquía.

Cuidados básicos

Adoptar un perro supone asumir un gran compromiso con este animal, que durará tantos años como el mismo llegue a cumplir, lo que en el caso del pastor alsaciano se cifra entre los diez y los trece años. Ello motiva que tal decisión esté lo suficientemente meditada y no obedezca a un impulso del que puedas arrepentirte con posterioridad.

Aunque el pastor alemán está dotado de una gran capacidad de adaptación, un apartamento no es el espacio ideal para que viva, dado el tamaño de este perro. Lo indicado es que su existencia se desarrolle en una casa con jardín en el que pueda canalizar parte de su energía acumulada.

En cualquier caso este can es un apasionado del deporte y diariamente tendrás que sacarle a pasear, a correr, a jugar y, en definitiva a que se mantenga en forma. Si finalmente tenéis que vivir en un espacio reducido, esta necesidad se agudiza aún más.

Los ejercicios de obediencia y agilidad son otro de sus puntos fuertes, así como acompañar a su dueño siempre que vaya a realizar cualquier tipo de ejercicio físico. Ello implica que si eres una persona con hábitos sedentarios, que hace mucha vida en el interior de la casa y a quien los deportes o la vida al aire libre no llaman la atención, este perro no es la mejor elección para ti.

Alimentación

El ovejero alemán es un animal muy ágil y dinámico, que en principio no tiende a acumular sobrepeso, por lo que con una sencilla dieta equilibrada estarás contribuyendo a su bienestar, debido a que no requiere grandes cuidados en este sentido.

Elige para tu mascota un pienso seco de alta gama que te permita cubrir sus necesidades nutricionales, pues compartir tu propia comida con tu perro está absolutamente desaconsejado. Los piensos que el mercado pone a tu disposición están clasificados por edades del perro y por específicas razas.

Higiene

Mantener convenientemente aseado a un perro es una obligación de todos los dueños, que además repercute positivamente en el resto de miembros de la familia, que ven así facilitada la convivencia.

Higiene dental

Un aspecto al que como propietario deberás prestar especial importancia es el de la higiene bucal de tu perro, pues es posible que ya tengas conocimiento de la cantidad de enfermedades que a día de hoy se asocian con una deficiente higiene buco-dental.

Un hábito tan simple como el cepillado dental regular permitirá a tu perro gozar de un mejor estado de salud y tendrá como ventaja adicional que el resto de la familia no sufra las consecuencias de la desagradable halitosis o mal aliento canino.

Baño y secado

Para hacerte más simple la labor de baño y secado de un perro con esta envergadura, actividad que deberás llevar a cabo una vez al mes o cada dos meses, intenta crear un clima relajado y divertido que le haga a tu mascota más llevadero el que quizás suponga para ella un desagradable trance. La posterior ayuda de un secador eléctrico a temperatura no demasiada alta supondrá la culminación de su proceso de acicalado.

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Cepillado

La doble capa de pelo del pastor alemán precisa un cepillado diario para que luzca limpia y brillante, libre de pelos muertos. Esta raza tiende a soltar bastante cantidad de pelo, por lo que deberás armarte de paciencia a la hora de la limpieza, algo que todavía se intensifica más en la época de muda.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

No olvides observar rigurosamente el obligado calendario de vacunaciones que tu veterinario establecerá para tu ovejero alemán, que supondrá un refuerzo para su sistema inmunitario o defensivo.

Evitar el ataque de los parásitos tanto internos como externos es la siguiente batalla a librar, para lo que deberás colocarle a tu fiel amigo las pipetas o collares antiparasitarios que encontrarás en tiendas especializadas.

Enfermedades más comunes

La cría masiva de pastores alemanes por parte de criadores inexpertos ha tenido como consecuencia que muchos ejemplares de la raza adolezcan de la pureza y de la mejora selectiva, que deberían ser los propósitos de toda persona que se dedicara a garantizar la continuidad de esta bella especie.

  • La displasia de cadera y el glaucoma son las principales enfermedades que les afectan con origen genético.
  • La parvovirosis canina y el moquillo son algunas de las más conocidas afecciones de estos perros, con origen vírico.
  • La leptospirosis, la brucelosis canina, la mastitis y la piómetra, son otras de las dolencias más tratadas en la raza, con origen bacteriano.
  • La pododesmastitis, la sarna sarcópata y la sarna demodécica, son patologías muy comunes en estos animales, con origen parasitario.

Adiestramiento

La mejor edad para comenzar a entrenar a un cachorro de pastor alemán es en torno a las 8 semanas de edad, pues aún será un tierno cachorrito que te dará la oportunidad de amoldar su personalidad a la tuya mientras creáis un estrecho vínculo afectivo.

Al volverse un ser sociable, va a desarrollar un intenso sentido de protección sobre todos los miembros de tu familia, que ahora también será la suya. Para que el animal no vea al resto del entorno como una amenaza para su núcleo familiar, deberás trabajar desde el comienzo los vínculos con el mundo exterior, de forma que el perro se acostumbre a interactuar desde temprana edad con el resto de los perros y con los humanos que os rodean.

Comienza por las órdenes básicas. Enséñale a que se siente, a que se quede quieto y a que te siga cuando tú se lo pidas. Es importante también que le inculques que debe pasar una serie de horas solo en casa sin que eso implique un absoluto desastre. Pese a la inteligencia del pastor alsaciano debes tener paciencia, pues de pequeñitos llevan su propio ritmo de aprendizaje, que a veces no es tan rápido como tú desearías.

Establecer un sistema de recompensas es otra buena idea para hacerle saber qué es lo que está bien y lo que está mal y además le motivará para seguir realizando las órdenes que le estás dando. Esto está relacionado con el adiestramiento mediante el refuerzo positivo que tan buenos resultados arroja en todas las razas.

Nunca debes fomentar el miedo en tu pastor alemán. Cuando le estés enseñando cosas nuevas no debes gritarle. Aprende a detectar el momento en el que tu paciencia comienza a flaquear y detén entonces la sesión de entrenamiento, pero con total normalidad. No es en absoluto aconsejable que el ovejero alemán detecte la frustración en tu voz.

Reanuda el entrenamiento otro día en el que la tranquilidad reine en la sesión. No debes tratar de entrenarle durante más de veinte minutos seguidos sin que tenga descanso. Prueba con las sesiones cortas y es probable que te sorprenda su efectividad. Los perros no pueden estar atentos tanto tiempo como tú pretendes, ya que se cansan fácilmente.

Para que un entrenamiento llegue a dar los frutos deseados ha de realizarse en un entorno feliz y divertido, lo que provocará una rápida respuesta positiva. Es esencial que tu pastor alemán entienda que tu intención no es la de entrenarle siempre, sino que tú puedes ser muy divertido y tienes la capacidad de jugar con él mientras entrenas.

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