Perro de San Huberto: Alimentación, Cuidados, Higiene, Salud y más sobre esta raza

El Perro de San Huberto se conoce también como Bloodhound, Chien d`Saint-Hubert o Sabueso de San Huberto, ya que pertenece a este grupo de canes. La raza es originaria de Bélgica y, concretamente, de la zona de las Ardenas.

Su agudeza olfativa es absolutamente extraordinaria, siendo su causa los pliegues internos de sus fosas nasales. Ha llegado a documentarse su capacidad de seguir un rastro con hasta quince días, por lo que es un magnífico perro policía que destaca en labores de rastreo.

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Todo lo que deberías saber sobre el Perro de San Huberto

Su prodigiosa nariz le hace perfecto para personas a las que les gusten los desafíos. Al mismo tiempo su noble expresión lo dice todo. Si sabes ganártelo, tendrás a tu lado al compañero más fiel y afectuoso del mundo.

Una peculiaridad del Sabueso de San Huberto es que va a disfrutar, más que complaciendo directamente con su actitud a su dueño, como hacen muchos de sus congéneres, desafiándolos como forma de entrenamiento. Y es que cuando este perro encuentra un rastro, lo más probable es que nadie ni nada pueda apartarlo de él, ni siquiera las órdenes más precisas que le des.

Origen

El remoto origen de estos perros estaría ligado a una orden monástica establecida en la zona de las Ardenas, en Bélgica, formada por los llamados monjes de San Huberto. Estos monjes se dedicaron a la cría del mencionado perro sabueso que por aquel entonces era el predilecto para la caza del fundador de la orden, un noble merovingio, que con posterioridad se convirtió en el monje y también obispo Huerto de Lieja.

Tras su muerte, se canonizó a Huberto, quien se convirtió en el patrón de los cazadores, así como de los ópticos y de los matemáticos. Después, Guillermo el Conquistador, quedó gratamente sorprendido por la extrema habilidad para el rastreo de estos canes y los llevó a Inglaterra.

Una vez allí, se les dio el nombre de Bloodhound, lo que se traduce por perros de sangre, debido a la pureza de la procedencia de este linaje antiguo de perros sabuesos. Habría una segunda teoría, bastante menos aceptada, que afirma que tal denominación se refiere a la capacidad de este animal para seguir los rastros de sangre.

De siempre, el Sabueso de San Huberto ha preferido buscar que matar. Para él la diversión ha sido rastrear, por lo que no acorralaba ni mataba a las presas. Su cometido era ir por delante y seguir los rastros de animales grandes, como ciervos y jabalíes.

Por desgracia, en la época de la esclavitud en Estados Unidos, se empleaba este perro para seguir el rastro y dar con los esclavos fugitivos que conseguían escapar de los campos de algodón.

A día de hoy, lejos queda tan inhumana labor, y el rastreo de personas por parte de este can se centra en las desaparecidas o secuestradas, por lo que es un estupendo colaborador en rescates, dado su imbatible sentido del olfato.

Características y rasgos físicos

Con una altura a la cruz de 67 centímetros y un peso que oscila entre los 41 y los 50 kilos, el Chien de Saint-Hubert es el perro de rastreo que cuenta con un mayor tamaño, pues su talla es voluminosa y grande…

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Son canes cuya fortaleza y tamaño impactan, pero sobresalen por su agilidad. Su porte es cuadrado, con unas patas robustas y rectas. Su cuerpo es más largo que alto, macizo y fuerte. Su andar es majestuoso y pausado. Sus pasos pueden definirse como elásticos, balanceados y libres, con firmes pisadas.

En esta raza la cabeza es muy característica, siendo estrecha si se tiene en cuenta su longitud y larga en proporción con su cuerpo. Desde la frente hasta la punta del hocico va adelgazando ligeramente.

Algunos de sus rasgos más peculiares los constituyen las arrugas de la cabeza y su desarrollada papada, a lo que hay que unir la longitud de sus colgantes orejas. La expresión triste y melancólica de su cara es legendaria, lo que se debe en parte a los pliegues faciales, delgados y muy sueltos.

Sus ojos tienen un color castaño oscuro y están profundamente hundidos en sus órbitas. Sus párpados inferiores están tan caídos, que muestran la mucosa ocular. Su nariz cuenta con unas fosas nasales grandes y bien abiertas, de color negro.

Su hocico no es prolongado y sí ancho, con la piel suelta, que cuelga hacia los lados. Esto tiene como consecuencia que este perro babee. Es preferible la mordida en forma de tijera, es decir, que cuando el animal cierre la boca, los dientes de abajo descansen en la parte interior de los de arriba, pero también se permite la mordida a nivel, que consiste en que los dientes de la mandíbula inferior caen a la perfección bajo los dientes de la mandíbula superior.

Sus orejas son bastante largas, con una suave piel, muy agradable al tacto. De inserción baja, caen a ambos lados de la cabeza. Su cuello es largo y más bien musculoso, con una estructura que permite al sabueso seguir la pista con la nariz cercana al suelo, sin necesidad de disminuir la velocidad de la carrera.

Su tórax es profundo y amplio, con las costillas bien arqueadas. Su pecho va descendiendo entre los miembros anteriores en forma de quilla profunda y ancha. Su espalda es fuerte, ancha y recta. Su vientre está ligeramente retraído. Sus pies son redondeados. Su cola, de inserción media-alta, se afila en la punta y la suele llevar erguida.

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Color y pelaje

Su pelo es suave, tupido y corto, con la piel suelta. Su color puede ser el negro y leonado, el castaño rojizo oscuro, que se conoce como color hígado y negro, el leonado y el castaño rojizo. Ciertas federaciones admiten algunas pintas blancas tanto en el pecho, como en las patas y en la cola.

Temperamento

El Perro de San Huberto, al que también apodan “el rey de los sabuesos”, por las razones ya expuestas, es tenaz, tranquilo, decidido y perseverante. Se trata de un animal paciente y amable, muy extrovertido, que gusta de las relaciones sociales.

Muy sensible en la relación con su dueño, le será fiel y cariñoso hasta decir basta, siempre que sea tratado bien. No es un perro demasiado rápido a la hora de pensar, pero sí es profundo.

De su carácter hemos de destacar también su dulzura, su equilibrio y la timidez de la que hace gala en ocasiones. Algunas personas lo tachan de algo rencoroso con otros perros.

Dotado de un cierto aire de solemnidad, sin embargo es un can muy cercano, bondadoso y amigable. Encantador y simpático, suele empatizar con todo su entorno. Es todo lo contrario a un animal feroz y su ladrido es melodioso, aullando a veces, aunque en su contra hay que decir que ronca.

Con la debida paciencia, le adiestrarás con facilidad, sobre todo si le das órdenes verbales cortas. Un poco obstinado, requiere un entrenamiento firme y constante, pero gentil. Es cierto eso que se dice de que aprende lento, por lo que habrás de dedicarle bastante tiempo a la cuestión.

Al aire libre es muy vigoroso, pero has de tomar precauciones. No puedes sacarle de casa sin correa porque será suficiente con que encuentre un rastro para que deje de prestar atención al resto de cosas que suceden a su alrededor, lo que incluye la llamada de su dueño.

Piensa que estás ante un sabueso sin par al que, una vez que se le despierten sus instintos, comenzará a perseguir a su presa sin que tengas posibilidad de alcanzarle o detenerle, lo que podría ocasionar su pérdida o un eventual accidente.

Este perro tiene unas elevadas necesidades de ejercicio, por lo que si tienes poco tiempo para dedicarle, o lo que buscas es un perrito faldero que te acompañe en el salón de casa mientras ves televisión, el Bloodhound no está hecho para ti. Este es un perro indicado para familias dinámicas, que salgan habitualmente a hacer actividades al exterior.

Durante los dos o tres paseos diarios que este animal requiere, será fundamental que le hayas educado desde cachorro con la correa, porque de lo contrario es posible que tire tanto de ella, que te sea imposible controlarlo, convirtiendo los paseos en un verdadero suplicio.

Va a dar igual la edad que tenga tu Sabueso de San Huberto, pues la necesidad de pasar tiempo contigo no va a descender en ningún momento. Este animal siempre va a querer gozar de tu compañía y no puede evitar el odiar quedarse solo, por lo que la posibilidad de acompañarle bastantes horas todos los días ha de ser tenida en cuenta antes de decidirte definitivamente a adoptar un ejemplar de esta raza.

También has de conocer dos dificultades que encontrarás en la convivencia con este noble amigo canino, que, sin duda, serán compensadas con creces por su afecto sin par y su multitud de virtudes. Estas son que hay que enseñarles desde cachorros a no morder, pues de no hacerlo, destrozarán a mordiscos cuanto esté a su alcance y el tener presente que babean mucho, por lo que deberás armarte de paciencia para quitar manchas de babas en el hogar.

Puestos a desvelar todos sus posibles inconvenientes, también son algo cabezotas y tercos. Los numerosos pliegues de su piel propician igualmente la acumulación de suciedad, por lo que tienden a oler mal, así que habrás de extremar las medidas higiénicas para evitarlo.

En la otra cara de la moneda, tendrás un compañero adorable, fiel, cariñoso y al que le encantará jugar, si bien no es el perro que correrá raudo a devolverte la pelota cuando se la tires.

Su gran tamaño hace que su hogar ideal sea una casa con jardín, en el que podrá pasar largas horas mientras esté vallado. Es lógico que sus dimensiones hagan que un piso se le quede pequeño. En el caso de que no tengas más remedio que compartir con él uno de estos reducidos espacios, deberás compensarle sacándolo más al exterior a pasear, combinándolo con algo de ejercicio moderado pero regular.

Su aptitud para la guardia no es una de sus características distintivas, dado que en el ladrido de alerta y en la defensa territorial, presenta valores muy bajos.

Relación con otras mascotas

Sus características hacen que no sea un animal que suela causar disturbios ni fuera ni dentro del hogar, por lo que con una temprana socialización, podrá relacionarse sin problemas con otros animales con los que conviva. Sin este proceso, tendería a ser muy dominante con el resto de las mascotas.

Relación con los niños

El Sabueso de San Huberto tiene fama de ser increíblemente bueno, amable y paciente con los niños, si bien dado su gran tamaño, debes supervisar de cerca sus juegos. Educa a tus hijos para que le consideren un ser vivo merecedor de respeto, con lo que evitarás que se sientan tentados de tirar de los pliegues de su piel cuando estén jugando con él.

Cuidados básicos

Si estás pensando en adoptar un perro, tienes que meditar sobre una cuestión que seguramente va a cambiar tu vida para bien, pero que no está exenta de una gran cantidad de responsabilidades que van a acompañarte durante toda la vida del animal, que en el caso del Bloodhound, suele cifrarse entre los diez y los doce años.

Además, no todas las mascotas requieren los mismos cuidados. El que traemos entre manos es un perro que precisa un cierto mantenimiento diario, pues pierde gran cantidad de pelo, babea y aprende con lentitud, como ya hemos indicado, por lo que no está indicado para personas impacientes o extremadamente escrupulosas.

Alimentación

La alimentación es un factor que desempeña un papel determinante en el estado de salud así como en la bonita apariencia física de tu perro. Es innegable que un can de estas características come bastante, lo que supone un desembolso económico importante, algo que deberás estar dispuesto a asumir desde el comienzo, pues no puedes escatimar en ello.

Elige para tu sabueso, que es un animal carnívoro, un pienso de alta gama que no contenga cereales ni subproductos. Recuerda que los cereales como el trigo, la soja, el maíz, el arroz o las harinas son productos susceptibles de causarle alergias alimentarias.

Una alimentación equilibrada hará que tu perro alcance, e incluso sobrepase, con la mejor calidad, su promedio de vida. Todo un éxito que está en tu mano y que contribuirá enormemente a la felicidad de tu noble amigo.

Higiene

El de la higiene es un factor primordial tanto para la salud del perro, que correrá menos riesgo de padecer enfermedades de origen infeccioso, como para facilitar su convivencia en familia.

En cierto tipo de razas, como la del Bloodhound, en la que los pliegues de su piel tienden a acumular suciedad, hay que extremar las medidas de limpieza, por lo que, aparte de los baños que reciba el animal con cierta asiduidad, se aconseja asearlo regularmente con un guante para perros de caza.

Por otra parte, los ojos y las orejas son sus “puntos flacos”, por lo que no debes olvidar su limpieza diaria con colirios específicos que podrá recomendarte el veterinario.

Higiene dental

Acostumbra a tu perro a cepillados dentales periódicos desde cachorro y tendrás mucho camino recorrido en el terreno de su salud, ya que con este sencillo gesto estarás evitando desde la enfermedad periodontal hasta dolencias hepáticas, renales y cardíacas.

En el mercado encontrarás gran cantidad de artículos que te facilitarán una labor que en principio no gustará a tu peludo amigo, pero a la que terminará por acostumbrarse con ayuda de tu paciencia y perseverancia.

Baño y secado

Te advertimos desde ahora que bañar a un perro de estas dimensiones a veces se convierte en toda una odisea. En verano va a resultarte más sencillo, pues en el jardín y con una manguera, el ritual parece simplificarse bastante.

En invierno deberás hacerlo en una bañera con agua templada. Es crucial que seques bien a tu Sabueso de San Huberto una vez le hayas sacado del baño, con un secador eléctrico a temperatura moderada. Incide en la eliminación del agua que pueda quedar en sus pliegues para evitar la proliferación de hongos.

Cepillado

Un cepillado de pelo varias veces por semana va a servir para mantener limpio el manto de tu mascota, al librarlo de los pelos muertos y de las partículas de suciedad. Aprovecha también estos momentos para estrechar el vínculo afectivo con ella, creando un clima relajado al efecto.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

Observar rigurosamente el calendario de vacunaciones que el veterinario establezca para tu perro es vital para su salud. Con la administración de las dosis de vacunas estarás reforzando su sistema inmunitario o defensivo frente a gran cantidad de ataques infecciosos, haciendo que no le afecten, o al menos reduciendo sus efectos nocivos.

Los parásitos son también grandes enemigos de estos perros, en especial las garrapatas que anidan en sus orejas, por lo que resulta esencial la colocación de las pipetas y collares antiparasitarios que encontrarás en las tiendas especializadas, para mantener a raya a esta peligrosa amenaza.

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Enfermedades más comunes

Si bien cualquier raza de perro necesita una o dos visitas anuales al veterinario, en las que un chequeo a fondo pueda detectar precozmente determinadas enfermedades, el Perro de San Huberto lo requiere aún más, ya que el hecho de que constantemente esté oliendo el suelo le hace recoger muchas bacterias.

Sus largas orejas también han de ser regularmente objeto de examen, ya que una grave enfermedad a la que están expuestos estos canes es la conocida como piroplasmosis, una complicada afección de la sangre causada por un germen que se transmite por los parásitos que se cobijan en las orejas.

También sufren de entropión, una dolencia ocular que consiste en que los párpados se dan la vuelta hacia adentro, haciendo que las pestañas lastimen el ojo.

La torsión gástrica es una patología propia de los perros grandes a la que tampoco es ajeno este sabueso. Para evitarla, deberás repartir sus comidas en varias dosis diarias pequeñas y nunca alimentarlo cuando venga de hacer ejercicio. Es fundamental que el veterinario te enseñe a reconocer sus síntomas, pues puede resultar mortal en pocas horas.

La displasia de cadera puede igualmente afectar a este perro, dado su gran tamaño. Esta enfermedad osteoarticular es la más frecuente en los perros grandes y medianos. Se desarrolla con el crecimiento del cachorro y es degenerativa.

Adiestramiento

Un Perro de San Huberto tarda bastante tiempo en comportarse como un adulto, por lo que no deja atrás la etapa de la adolescencia hasta aproximadamente los tres años. Mientras se trate de un “sabueso adolescente” será bastante enérgico, pero como “sabueso adulto”, se volverá más tranquilo, echándose una diaria siesta. Un adecuado adiestramiento para neutralizar esta actitud en el futuro también ayuda bastante.

Esta raza es tozuda e independiente y tiende a mostrar su carácter dominante. Un buen trabajo de socialización será el que haga que estos perros, si se han encauzado adecuadamente, se conviertan en animales apacibles y nobles. Aunque pueden ladrar a los extraños, sería muy raro que llegara a atacarlos.

Sé paciente y perseverante en su educación. Muéstrate amable, pero firme y autoritario, lo que implicará liderazgo. Recuerda que este can no aprende con rapidez y es muy propenso a distraerse con gran facilidad, en cuanto un olor llama su atención. Escoge un lugar adecuado para su adiestramiento, lejos de distracciones.

Hay que incidir en el aspecto de la obediencia con esta raza, pues no tiende a responder espontáneamente como lo hacen otras. Adiestra a este perro en sesiones cortas pero frecuentes, por lo que debes repetirlas varias veces en el día, con el objetivo de que no se aburra ni se distraiga demasiado.

La manera más efectiva de adiestrar a tu Perro de San Huberto es mediante el refuerzo positivo. Los elogios y las palmaditas en la espalda y en la cabeza de tu mascota le reconfortarán mucho, a lo que puedes sumar un sistema de recompensas compuesto por ciertos snacks de su gusto, que en ningún caso debe suponer una excesiva ingesta calórica que haga engordar al perro.

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