Bull Terrier Miniatura: cuidados, alimentación, higiene y consejos para adiestrar

A la hora de evaluar cuántas razas de perros hay, uno de los que no puede faltar es este. Se caracterizan por ser cien por cien protectores con su familia, así como corteses y amables con las visitas. Perro decidido y valiente, siempre que esté entrenado, sabrá diferenciar a las claras amigos de enemigos.

Una bonita mascota que presume de una actitud activa y dinámica hasta la extenuación. De ella se dice que es hasta algo parlanchina. Réplica en miniatura del bull terrier, se trata de un animal magnífico y muy adecuado para todos aquellos que vivan en pequeñas casas o apartamentos.

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Todo lo que deberías saber sobre el Bull Terrier

Estos perritos, a los que muchos califican de payasetes, vitales y amorosos, son ideales para convivir con personas a las que les encante realizar actividades al aire libre, como dar un largo paseo o hacer ejercicio diario en el exterior.

Los que también se denominan miniature bull terrier, bullys o gladiators son valientes y se considera que cuentan con una pizca de “fuego interno”, pero a la vez son cariñosos, sensibles y muy afectuosos. También es reconocida su amabilidad, rasgo que le ha valido a los ejemplares de esta raza el sobrenombre de “white cavalier”, es decir, caballero blanco.

Origen

Su historia es bastante reciente pues, la que traemos entre manos no es una de esas razas milenarias que todos conocemos, sino que es una raza moderna, siempre que bajo este calificativo aceptemos a aquellas que tienen sus orígenes en el siglo XIX.

Así, partimos de la base de que en la actualidad el bull terrier miniatura es una variante del estándar de bull terrier, lo que hace a ambas razas prácticamente idénticas, si dejamos a un lado su tamaño.

Los ancestros del bull terrier los encontramos en los cruces de terriers con distintos tipos de bull-dogs originales, perros de pelea que era común que fueran enfrentados a animales bastante más grandes como asnos, caballos y hasta osos o leones, además de entre sí.

Los bull terriers fueron utilizados también para cazar roedores. Te sorprenderá saber que en el siglo XIX en Inglaterra, existía una especie de distracción que consistía en meter en un pequeño cuadrilátero a un bull terrier con cien ratas y ver cuántas era capaz de matar. Un espectáculo bastante repugnante en el que estos perros eran buenos, si bien tampoco escapaban indemnes en muchas ocasiones. Estos eventos fueron prohibidos en la época de la reina Victoria.

Una vez el gobierno británico prohibió también las peleas de animales, en 1835, dejaron de ser útiles, al no ser razas bien vistas. Poco a poco los criadores los fueron seleccionando, definiendo nuevas razas que se fueron aceptando y estandarizando con el tiempo.

El rasgo físico más característico de esta raza es, sin duda, su cabeza ovalada, que se estandarizó por primera vez en 1850. Su club fue formado en 1887, pero como en ese momento no existían límites en su peso ni en su estándar, podían encontrarse ejemplares de bull terrier bastante más pequeños.

En torno a 1918 se empezaron a constatar diferencias entre el tamaño reducido y el tamaño estándar y el Kennel Club Británico tomó la iniciativa de prohibir que se registraran ejemplares miniatura.

En 1938 diversos criadores, entre los que destaca el Coronel Richard Glyn, fundaron el Club del Bull Terrier Miniatura, logrando finalmente el reconocimiento de la raza por parte de la FCI y de la UKC.

Hoy en día son mascotas de lo más populares en todos los países, en particular la versión miniatura, al tiempo que el bull terrier ha triunfado como perro policía, de trabajo e incluso en la caza mayor.

Características y rasgos físicos

El aspecto del bull terrier miniatura es único e inconfundible.Con un tamaño bastante inferior al del bull terrier, su altura no suele llegar a los 35 centímetros, frente a los 55 de su hermano mayor. Su peso oscila entre los 11 y los 15 kilos…

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Perro fuerte, de pelo corto y musculoso, su característica y ovalada cabeza, no es compartida por prácticamente ninguna otra raza ni tampoco por sus canes ancestros. Su frente es plana de oreja a oreja.

Su hocico tiene forma alargada y acaba en punta, estando coronado por una trufa grande y con fosas nasales bastante marcadas. Sus ojos y sus orejas tienen forma triangular.

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Colores

Los colores que se aceptan son el blanco (permitiéndose manchas únicamente en su cabeza, siendo penalizadas en exposiciones caninas las manchas en el resto del cuerpo). Los colores negro atigrado, leonado, rojo y tricolor se aceptan. No son tenidas en cuenta las marcas de pigmentación en la piel, siempre que no involucren pelo. En cuanto a los colores, el hígado y el azul no son deseables.

El estándar del Bull Terrier Club de Inglaterra plantea que el color más deseado es el atigrado, debido a la importancia que se dio al color a la hora de incluirse los primeros ejemplares, lo cual ayudó a la corrección de problemas de sordera y al refrescamiento del pool genético de la raza, recomendación que por ello se mantiene en el estándar de la misma.

 

Temperamento

Aunque a simple vista pueda no parecerlo, se trata de un perro extremadamente amable, como ya hemos indicado. Muy cariñoso con su familia, le encantan los juegos y muestra grandes dotes de protección.

Su inteligencia está fuera de toda discusión, si bien a veces se muestra algo tozudo a la hora de aprender. Con los extraños puede ser muy temperamental, rasgo que puedes ayudar a corregir educándolo y socializándolo bien desde cachorro. Con la familia llega a ser tan apegado y fiel que a veces resulta sobreprotector.

Cuando quieren poner de manifiesto su lado de “chicos duros”, sacan el instinto de cazador de roedores que les viene de sus ancestros. Son territoriales y magníficos perros de alerta con los extraños.

Al carácter de estos pequeños no les sienta nada bien el aburrimiento ni la soledad, aunque a veces busquen también su espacio y su propia independencia. Su energía y actividad no parecen tener fin y precisan atención, pues de lo contrario podrían sacar el “diablillo” que llevan dentro y hacer agujeros en el jardín, mordisquear muebles, romper cosas, etc.

Si tienes que hacer un viaje largo, no te plantees dejarlo solo aunque alguien pudiera ocuparse de atender a diario sus necesidades básicas. Deberás encontrar a una persona que se haga cargo de él, pues de otro modo su sensación de soledad podría situarle al borde de la depresión. En la medida que se trata de una raza muy sociable, enseguida encontrará la amistad en su cuidador provisional.

La mejor manera de evitar que tiendan a sacar esta faceta un tanto destructiva es la de hacer deporte con ellos o, como mínimo, darles un paseo largo cada día. También debes plantearte jugar con ellos y dedicar unos minutos a prodigarles mimos.

Pese a su pequeño tamaño, el bull terrier miniatura presume de una fuerza y de un valor fuera de serie. De él se dice que está alerta hasta cuando duerme y que no hay sacrificio que no esté dispuesto a hacer para resultarle útil a su amo.

En contrapartida, necesitan grandes dosis de amor, siendo tan felices en una gran casa con patio como en un pequeño apartamento, con tal que reciban ese gran paseo diario en el que no puedes permitir en ningún momento que vaya sin correa, pues aunque se trate de un lugar tranquilo en el que no haya más personas, su inclinación a perseguir animales más pequeños pondría en entredicho su propia seguridad.

Muchos afirman que mirar directamente a un mini bull a la cara constituye toda una experiencia, pues te devolverá una mirada totalmente envuelta en amor a través de sus profundos y oscuros ojos.

Es tanto el cariño que demanda que no es raro que a menudo se sienten literalmente sobre sus dueños, y te garantizamos que no es fácil apartarlo en esos casos, una vez hayan encontrado la calidez y la comodidad del “asiento” que buscaban y es que su nombre bull procede de bullish en ingés, que significa obstinación. Para ellos se trata de un acto de intimidad y les reconfortará que también lo veas así.

Por otra parte, no hay que perder de vista que esa tozudez viene acompañada de una gran confianza en sí mismo. Es por ello que serán diarias sus comprobaciones de las normas y su puesta a prueba de tus límites, en su afán por descubrir si han cambiado o si puede encontrar un resquicio para esquivarlos. Por suerte, acepta bien las correcciones y como muestra, no parará de mover su cola.

Relación con otras mascotas

Igual que sucede con la mayoría de perros, el bull terrier mini está preparado para convivir con otras mascotas, siendo lo ideal que lleguen juntos al hogar y que no haya favoritismos en su cría. De todos modos puede que esta idea no sea demasiado recomendable, dado que podría utilizar sus fuertes mandíbulas para defenderse del otro animal en el momento que lo considere un oponente.

No hay que perder de vista que esta raza puede ser agresiva por naturaleza con el resto de animales, incluso considerar a aquellos que sean más pequeños como presas, dedicándose a cazarlos, lo que puede incluir no solo a roedores, pájaros y gatos, sino también a perros pequeños.

El mini bull puede ser también posesivo con el alimento, por lo que si hay otras mascotas en la casa, lo ideal es que se le ofrezca su propio recipiente con comida o bien su recompensa en lugares donde los demás animales no se acerquen.

Algunos dueños están dispuestos a llevar a cabo un considerable esfuerzo e invertir el suficiente tiempo para intentar que el bull terrier se lleve bien con el resto de animales de la casa, lo que en determinados casos llegan a conseguir.

No es aconsejable tener un bull mini en la misma casa que tengas hamsters o cobayas, dado que sus instintos cazadores podrían salir a flote.

Relación con los niños

Pese a que el bully es una mascota juguetona y encantadora, no tiene por qué ser el compañero ideal de juegos para un niño (al menos no sin el adecuado adiestramiento y supervisión).

En cualquier caso siempre será más fácil adoptar un mini bull en una casa en la que ya haya niños, que el hecho de que los hijos comiencen a llegar a un hogar en el que él ya se creía “el rey”.

A esta raza no le gustan demasiado las bromas, los empujones ni el estrés en general al que los niños en ocasiones someten a las mascotas a la hora de jugar. Lo cierto es que su primera reacción cuando se siente molesto puede ser morder, lo que puede comprometer la seguridad de los niños más pequeños que no sepan controlar su forma nerviosa de jugar.

En principio no es recomendable dejar solos jugando a el mini bull y a los niños de la casa, si bien con el tiempo y el nivel adecuado de adiestramiento, este perrito estará encantado de pasar tiempo con los niños, es más desarrollará bastante paciencia con ellos, pero todo forma parte de un proceso.

Cuidados básicos

De los cuidados que dispensemos a nuestro perro dependerá, en parte, la longevidad que alcance y, sobre todo, la calidad de vida de su existencia. Esta raza tiene una media de vida de 10 años que, en el caso de los ejemplares bien cuidados, pueden subir en torno a 12 años. Algunos incluso pueden llegar a alcanzar los 14 o 15 años, si bien no es lo habitual.

Alimentación

La alimentación de una mascota ha de basarse en unos criterios de nutrición saludables y equilibrados. La forma más simple de proporcionársela a tu pequeño bull será escogiendo un pienso seco de calidad.

Vigilar de primera mano las raciones es algo que deberían hacer todos los dueños, pues dejar que tu pequeño bull coma cuanto quiera sería hacerle un flaco favor, ya que engordaría con facilidad, lo que incidiría muy negativamente en su activa forma de vida.

Higiene

Ninguna duda cabe sobre el hecho de que una adecuada higiene redunda tanto en el aspecto como en el estado de salud de nuestra mascota y beneficia igualmente al resto de los miembros de la familia.

Higiene dental

Es frecuente que los dueños de perros no reconozcan dolencias del tipo de una periodontitis o una gingivitis que, de pasar desapercibidas, podrían acabar desembocando en pérdida de dientes o graves infecciones de las que afectan al corazón, al hígado o al riñón.

Nada como un cepillado dental diario para controlar la placa dental, gesto que es muy probable que no agrade en absoluto a tu bully y al que deberás acostumbrarle desde muy pequeño para que llegue a tolerarlo con normalidad.

También el establecimiento de un sistema de premios, consistente en galletitas o huesos de esos que se comercializan a estos efectos, podrá ayudarte a acabar con la temida placa y con el sarro dental. Procura, eso sí, que tal sistema no suponga un excesivo aporte calórico que produzca sobrepeso a tu perro.

Baño y secado

Aunque al mini bull no suele entusiasmarle la idea del baño, es algo más fácil de asear que otros amigos caninos, accediendo más pronto que tarde a convertir el baño en una rutina.

Una vez le saques del baño, retira el exceso de agua con una toalla y no permitas que salga al exterior, sobre todo si es invierno, aún mojado. Para secarlo puedes ayudarte de un secador eléctrico a temperatura moderada y que alejarás lo suficiente de su cuerpo para no producirle quemaduras.

Cepillado

El pelo denso pero corto del mini bull es de muy fácil mantenimiento. Lo breve de su capa de pelo le ayuda a lucir perfecto. En ocasiones podrás cepillarles, colocándote un guante de goma especial que te ayude a eliminar los pelos sueltos.

Será mejor si comienzas por la cabeza y vas bajando hacia la cola, siguiendo el recorrido normal de su cuerpo, lo que te permitirá también observar si hay algún parásito. Conviene recordar que existen aceites capaces de mejorar la capa del bull mini, posibilidad que deberás consultar con el veterinario.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

Cuando adoptes tu bull terrier miniatura asegúrate de que te entreguen su cartilla de vacunaciones al día, de modo que el veterinario pueda tener un control sobre las dosis que tiene administradas y sobre las que le faltan.

Del mismo modo, este mismo profesional te orientará sobre los tratamientos contra parásitos, consistentes en pipetas y collares antiparasitarios que debes colocarle para evitar la infestación de pulgas, garrapatas y gusanos intestinales.

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Enfermedades más comunes

Aunque el bull terrier miniatura es un perro que goza de un buen estado de salud en general, sus ejemplares, como los de cualquier otra raza, tienden a sufrir una serie de problemas de salud que son recurrentes y que en su caso se corresponden con problemas cardíacos, problemas de sobrepeso y problemas oculares.

En ellos son frecuentes igualmente las alergias cutáneas, por lo que debes prestar especial atención a los tratamientos antiparasitarios a los que acabamos de hacer alusión, pues una picadura de una pulga o de otros muchos insectos termina por irritar la piel de algunos de sus ejemplares.

Adiestramiento

Este enérgico perro demanda gran cantidad de ejercicio diario y regular. En época invernal, y dado que su corto pelaje apenas le protege del frío, es recomendable sacarlo abrigado para que no sufra molestias ni temblores.

Debido a su pequeño tamaño, se adapta a la perfección a la vida en pequeños apartamentos pero siempre y cuando no dejes de sacarle a diario a dar los largos paseos que necesita. Por muy bien socializado que se encuentre, labor en la que sus dueños deberán afanarse desde que es un cachorro, debe ir atado y con bozal.

Su adecuado adiestramiento precisa, ante todo, de altas dosis de paciencia, cariño y comprensión. Pese a que no se trata de una raza demasiado fácil de educar, cuenta a su favor con un gran potencial y con una inteligencia extraordinaria. Si a ello le unes tu constancia y tu esfuerzo, es bien probable que puedas hacerte con un ejemplar cuyo comportamiento sea impecable.

Piensa que un adecuado adiestramiento canino en positivo requiere de un óptimo control de los niveles de estrés por parte de los propios dueños. Un dueño demasiado ajetreado y que vaya siempre con prisas es probable que tienda a flaquear en ciertos momentos en su firmeza, e incluso que descargue sus propias frustraciones con sus mascotas con correcciones que no sirvan para nada.

Por ello, lo mejor a la hora de adiestrar a un mini bull es procurar partir de una situación de tranquilidad y comenzar con este efectivo método que se basa en el respeto hacia el perro, anteponiendo su bienestar incluso a los propios objetivos del entrenamiento.

Haz un esfuerzo por reducir las correcciones, llegando a ignorar los comportamientos que no desees al objeto de que se dejen de producir, siempre que no sean auto-reforzantes para tu mascota, y básate en encontrar sus motivaciones con el fin de premiarle, de modo que al reforzar los comportamientos que deseas, los mismos se repetirán.

De esta simple manera, lo normal es que mejores la calidad de vida de tu perro y, por ende, la tuya propia. Cuando te equivoques a la hora de reprenderle, no te sientas culpable. Puntualmente es algo que todos hacemos, pero no debes caer en el error de incorporar el castigo a la educación, pues solo conseguirás con ello una mascota demasiado miedosa, o con ansiedad y bloqueo.

Como es lógico, esto no quiere decir que no debas poner límites a tu bull terrier miniatura, que en ningún momento deberá hacer únicamente aquello que le venga en gana. Los adiestradores piensan que la clave está en utilizar unas pocas señales que alerten al perro de que no va por el camino correcto, dentro de un marco de esfuerzo y trabajo que propicie que cometa el menor número de errores posible.

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