Gran Danés: Alimentación, Salud, Higiene, Adiestramiento y todo sobre este perro

El Gran Danés, que también se conoce como Dogo Alemán, Alano Alemán o Mastín Alemán, es tan grande en tamaño como delicado en personalidad. Carismático y elegante, desciende del grupo Bullenbeisser.

Unos perros muy amistosos que algunos definen como “gigantes amables”, y que se caracterizan por su inteligencia,  por mostrarse extremadamente afables y por no ser apenas tímidos, siendo los machos más fuertes que las hembras.

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Todo lo que deberías saber sobre el Gran Danés

El Dogo Alemán es un perro gigante que recibe el sobrenombre de “El Apolo de las razas caninas”, por lo proporcionado de su cuerpo, virtud a la que hay que sumar su compañerismo y su dulzura, rasgos que lo convierten en la mascota ideal para hogares con niños.

Fiel con su familia y reservado con los extraños, se diferencia de otras razas grandes en que no es nada torpe en sus movimientos. Como curiosidad te diremos que tanto el popular Scooby-Doo, como Astro de los Supersónicos, son perros Dogos Alemanes.

Origen

A pesar de que su nombre pueda inducir a pensar justo lo contrario, el Gran Danés no es un can que se considere originario de Dinamarca, sino de Alemania, aunque también es cierto que en el Reino Unido se llevó a cabo el desarrollo de un perro bastante similar que podría haber influido en el Alano Alemán tal y como hoy lo conocemos.

El “Grand Danois”, como es denominado en Francia, fue bautizado así por el naturalista Buffon, que aludió a la conversión del Greyhound en el Gran Danés, “bajo la influencia del clima de Dinamarca”.

El linaje de este perro es antiquísimo. De hecho, existen gravados de canes muy parecidos que cuentan con cuatro o cinco mil años. Con anterioridad al siglo XIX, el afán de los criadores alemanes de generar un perro perfecto para la caza, hizo que se le mezclara con otras razas, como el ya extinguido Bullenbeisser alemán y algunos otros perros de la misma nacionalidad utilizados para la caza del jabalí.

Ya en el siglo XV se cruzó con perros cazadores ingleses, tras lo que llegó la influencia del Greyhound y del Mastín. En el siglo XVII se convirtieron en los perros predilectos de las cortes europeas, si bien existían diferencias de clases en el seno de la misma raza. Posteriormente, en el siglo XIX, algunos de estos perros presumían de pedigríes de catorce generaciones y más.

En 1882, en el Reino Unido se fundó una federación canina exclusivamente para el Gran Danés, después de la cual se fundó la siguiente en la ciudad estadounidense de Chicago, en el año 1985. La aceptación por parte del American Kennel Club (AKC) llegó en 1987. Por último, en 1991 se creó el estándar de la raza, logando con ello su reconocimiento mundial.

En sus orígenes, este can cuya creación se habría desarrollado concretamente en Berlín, era un perro de pelea y uno de los perros cazadores más agresivos que se conocían, cuya conducta se consideraba muy áspera, lo que nada tiene que ver con el Gran Danés que ha llegado hasta nuestros días.

Características y rasgos físicos

Con una altura a la cruz de entre 80 y 90 centímetros y un peso que ronda entre 75 y 100 kilos, este es un perro gigante con una estructura cuadrada…

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No en vano, es uno de los perros más grandes del mundo, que cuando se coloca sobre sus dos patas traseras puede llegar a alcanzar los 2,10 metros de altura.

Su aspecto es realmente imponente, con una impresión majestuosa y noble (definida como aristocrática por el estándar), que coloca a este extraordinario perro guardián entre los predilectos de aquellos que tienen la guarda como prioridad. Si es tu caso, te recomendamos que escojas un macho, que será más fuerte y musculoso que una hembra, por lo que su sola presencia disuadirá a los intrusos.

Su cabeza es alargada y estrecha., nunca en forma de cuña. Su cráneo está perfectamente acorde a su cuerpo. Sus ojos son grandes y almendrados, con una mirada expresiva. Su trufa, más ancha que redonda, es negra, aunque algunos la muestran con pigmentación en mariposa (pigmentada en parte), o bien de color carne, salvo los azules y arlequines. Su hocico es oscuro, profundo y rectangular.

Su cuello es largo, musculoso y seco, ni corto ni grueso. Sus orejas, de inserción alta, caen de forma natural y son medianas. Su cola es también de inserción alta, ligeramente curvada y ancha, afinándose hacia la punta.

En cuanto a sus movimientos, ya hemos hecho alusión a que no son torpes ni brutos, sino armoniosos, elásticos y ágiles. Las extremidades, si se observan de frente o desde detrás, han de moverse paralelamente.

Color y pelaje

El Alano Alemán cuenta con una piel pigmentada en todos los ejemplares con colores sólidos. Su pelo es tupido, liso, aplanado y brillante.

Las variedades cromáticas en las que se cría esta raza son el atigrado, el leonado, el azul, el negro y el arlequín:

  • El atigrado va del leonado dorado pálido al leonado dorado intenso, con rayas regulares y negras que se dibujan con claridad en dirección a las costillas. Es deseable una máscara negra pero no marcas blancas y pequeñas en dedos y pecho.
  • El leonado va igualmente del leonado dorado pálido al leonado dorado intenso, siendo deseable también una máscara negra pero no manchas blancas en dedos y pecho.
  • El azul se cría en un azul acero oscuro, que permite marcas blancas en pies y pecho.
  • El negro ser cría en un negro azabache, que permite marcas blancas. En él se incluye el “Manteltiger”, variedad en la que el color negro va cubriendo el cuerpo como si fuera un manto. Cuello, hocico, pecho, piernas, vientre y punta de la cola se permiten que sean blancos, igual que los ejemplares con base blanca y grandes manchas negras.
  • El arlequín, llamado “Tigerdoggen”, exhibe parches blancos y negros. Su color básico es el blanco puro, a poder ser careciendo de moteado. Sus parches son color negro azabache, rotos e irregulares, perfectamente distribuidos a lo largo de todo el cuerpo. Los parches parduscos o grises no son deseables.

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Temperamento

Orgulloso, fiel, fuerte y paciente, el Gran Danés esconde un inmenso corazón bajo su apariencia impactante. La sensibilidad y el enorme cariño que muestra hacia su dueño, al que quiere por encima de todo, son una constante en su vida.

A diferencia de otros perros de gran tamaño, le gusta compartir espacio dentro del hogar con todos los miembros de la familia, sintiéndose uno más del grupo, lo que no quiere decir que sea un perro para vivir en un piso.

Evidentemente una casa con jardín o terreno, es el tipo de hogar que requiere este impresionante can, lo que ocurre es que, una vez haya disfrutado del espacio exterior, ejercitándose a sus anchas, le encantará pasar a la casa a disfrutar de la rutina diaria.

Aparte de por su extrema sensibilidad y por su vinculación a su dueño, este perro se caracteriza por su lealtad, su equilibrio y su tranquilidad. Obediente y animado, tendrás que hacerte a la idea de que su presencia en casa va a precisar de tu atención, pues le encantará que le dediques tiempo para jugar con él y para que le permitas demostrarte todo el amor que lleva dentro.

En el interior de la casa es un perro bastante consecuente con su tamaño, lo que le hace procurar no romper nada, por no desagradar a su dueño. Pese a ello, tendrás que tener cuidado con su rabo, pues el movimiento fuerte y enérgico del mismo, actúa a veces como si de un verdadero látigo se tratara.

En la otra cara de la moneda, no podemos olvidarnos de que el can que traemos entre manos es un perro guardián y, que por tanto, va a ser reservado con los extraños. La seguridad en sí mismo es otra de sus virtudes.

En absoluto temeroso, es un compañero bueno y fácil de guiar, que no suele dar muestras de agresividad y al que no es sencillo descentrar con provocaciones. De todos modos, como ya estarás imaginando, este no es un perro para dueños primerizos.

Hay que partir de la base de que un cánido con semejante poderío físico necesita un dueño no solo lo suficientemente fuerte para poder controlarlo llegado el caso, sino capaz de encauzar su educación desde el mismo momento de su adopción. Un propietario responsable ha de tener siempre presente que las consecuencias de criar un perro gigante sin preocuparse porque el animal le obedezca, pueden ser muy peligrosas.

El gran danés es un perro que no va a dejar indiferente a nadie y que requiere de una temprana e intensa socialización para convertirse en el compañero que deseas. Recuerda que aunque a día de hoy su comportamiento apenas es agresivo, un dueño descuidado podría llegar a causar un grave perjuicio a un tercero, por falta de diligencia en la educación de un animal así de potente.

Relación con otras mascotas

El mastín alemán suele mostrar gran respeto hacia el resto de los perros, con los que podrá convivir a la perfección, siempre que le hayas educado para ello. Por esta razón constituye una excelente opción siempre que quieras compartir tu hogar con varias mascotas, entre las que se incluyan uno o varios perros grandes.

Relación con los niños

La relación del mastín alemán con los niños es perfecta, pues uno de estos ejemplares, bien socializado, será encantador con tus hijos. Su inteligencia le llevará también a mostrar su innata cortesía, marchándose durante un rato cuando los pequeños de la casa pongan demasiado a prueba su paciencia.

De lo que no cabe duda es de que el tamaño de este perro, comparado con un niño pequeño, resulta desmesurado, por lo que siempre aconsejamos la supervisión de los juegos entre ambos, dada la posibilidad de que los niños acaben por accidente en el suelo.

Cuidados básicos

Nadie niega que pasear por la calle con tu Gran Danés supone un auténtico lujo, pues ver los andares sublimes de este animal constituye un auténtico espectáculo. Esto puede llevar a determinadas personas a decidirse por adoptar un ejemplar de esta raza como un capricho más.

Jamás cedas a semejante impulso y procura que tu decisión de compartir hogar con este perro sea el fruto de una decisión meditada, que lleva aparejada un serio y duradero compromiso, equivalente al de la esperanza de vida del Mastín Alemán, que se sitúa entre los 8 y los 10 años.

Alimentación

La alimentación de un mastín alemán, con independencia de que se trate de un cachorro o de un adulto, deberá ser la específica para razas de perros de tamaño gigante, pensada para cubrir sus concretas necesidades nutricionales. Ahora bien, en función de su edad escogerás entre un pienso seco de alta calidad de la gama junior o de la gama adult.

Al margen del pienso, que constituye la base de su dieta alimenticia, podrás proporcionar a tu querido amigo suplementos extra de los que se sabe que son beneficiosos para la raza, pues al ser un can que ha de alcanzar un considerable peso en poco tiempo, sus huesos y articulaciones soportan un notable trabajo adicional que ha de ser compensado.

Higiene

La tenencia de un dogo alemán no va a suponerte un gran sacrificio en lo que al cuidado de su aspecto físico se refiere, porque este no es un coqueto perro faldero que necesite de tus continuos arreglos. Esta raza lo único que va a demandar es un mantenimiento higiénico básico que haga más agradable la vida del animal y de los que le rodean.

Higiene dental

La limpieza bucal de los perros es tan esencial como la de los humanos, por lo que aquellos dueños que se quejan de problemas de halitosis y otros inconvenientes similares en sus canes, deberían reflexionar sobre si están atendiendo convenientemente la boca de sus grandullones amigos.

Aparte del regular cepillado de dientes, existen otros productos como los snacks dentales para perros con los que podrás contrarrestar el sarro, la placa y el mal aliento de tu dogo alemán, a los que podrás sumar alguno más como las láminas para morder de piel de vacuno, con alto contenido en minerales y vitaminas que, además de limpiar sus dientes, ayudan a que se fortifique la musculatura del maxilar.

Baño y secado

Bañar y secar a un perro gigante supone un auténtico derroche de destreza y paciencia al que no todos los dueños están dispuestos a enfrentarse en casa. Algunos de ellos optan por ir a centros de lavado canino que en muchas ocasiones ofrecen también servicio de autolavado.

Cepillado

El pelo corto, denso y lustroso de este perro va a lucir precioso simplemente con dos o tres buenos cepillados semanales que lo mantengan en perfecto estado, libre de pelos muertos y de suciedad. Esta labor también la facilita el que su pelaje sea de una sola capa, por lo que no tendrás que afanarte demasiado en una tarea que sí te valdrá para afianzar más aún la bonita relación que seguro que ya mantienes con tu mascota.

Vacunas y tratamientos antiparasitarios

Consulta con tu veterinario el calendario de vacunaciones que más favorece a tu Alano alemán y presta especial atención a que reciba todas las dosis que este profesional te indique, con el objeto de reforzar el sistema inmunitario de tu perro. Colócale igualmente una pipeta o collar antiparasitario que le permita mantener a raya los parásitos que, de otro modo, podrían afectar muy negativamente a su salud.

Enfermedades más comunes

Todo dueño quiere criar un perro sano y feliz. Los que escojan un Gran Danés como compañero de vida se encuentran con la ventaja de que este can goza de muy buena salud padeciendo, como norma general, pocas enfermedades.

Entre las patologías que se asocian a esta raza se encuentran la torsión gástrica o torsión de estómago (muy típica en los perros grandes), los problemas cardíacos, la displasia de cadera, el síndrome del tambaleo y las manchas juveniles.

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Adiestramiento

El que antaño fuera un poderoso perro de combate es un hoy un estupendo animal de compañía al que es muy fácil querer, pero que puede convertirse en un auténtico desafío si no sabes cómo educarlo.

Es importante que le suministres juguetes grandes y atractivos para él, sobre todo durante su primer año de vida, a fin de que se encuentre entretenido. Mientras sea un cachorro, mantenle alejado de pertenencias valiosas y de los juguetes de los niños, pues puede tener fijación con ellos y acabar por hacerlos trizas.

Prepárale una cama firme y grande en la que pueda descansar a sus anchas, permitiendo que sus sensibles articulaciones no sufran daños. En la medida que este perro va a prosperar mejor cuanto más cerca sienta a su dueño, lo ideal sería que colocaras su cama no demasiado lejos de la tuya, lo que le dará al animal tranquilidad y confort.

Deberás protegerle de posibles resbalones y caídas, que igualmente pudieran dañar sus articulaciones, para lo que será fundamental que coloques tapetes antideslizantes y alfombras en toda la casa.

Sus labores de guardián, al no ser un perro agresivo, suelen limitarse a ladrar ante la presencia de un extraño, lo que no le resta un ápice del buen instinto que posee para el desarrollo de esta labor.

Su adecuada socialización ha de comenzar porque el alano alemán reconozca en ti al líder alfa de la manada que ahora constituye su familia de adopción. No le permitas que lleve a cabo un mínimo de dominancia, pues ese podría ser el principio del fin de la correcta jerarquización entre vosotros.

Si piensas que no sabrías llevar las riendas de la situación, por tu falta de experiencia con canes o por que tengas problemas para ejercer la autoridad, desde luego este perro no está hecho para ti. Su colosal tamaño, unido a una posible conducta dominante y a problemas de socialización, le convertirían en un verdadero peligro para su familia y entorno tan pronto alcanzara la etapa de adulto.

Un líder carismático y digno de ser respetado por este grandioso perro será aquel que no se muestre débil ante el animal, haciendo valer un carácter seguro, coherente y fuerte, que el perro interprete como una extraordinaria guía para el grupo.

Si, por el contrario, el dogo alemán va ganándote terreno en el día a día, hasta lograr que sus decisiones pesen más que las tuyas, el animal irá asumiendo poco a poco el rol de líder, al punto de que pueda enfrentarse a ti, dado el surrealista conflicto de intereses que tal situación llevaría aparejado.

Desde el principio pon tú las reglas y déjaselas muy claras a tu noble amigo, pues no hay nada que confunda más a un perro que no saber exactamente lo que le está permitido y no hacer. Un perro equilibrado es el que sabe a ciencia cierta dónde están sus límites.

A la hora de adiestrarle, no pretendas ser demasiado riguroso y mucho menos utilizar los malos modos o los castigos físicos. Conseguirás mucho más de este fortachón si utilizas con él las técnicas de refuerzo positivo que tan bien le harán sentir. Obviamente, deberás tener un poco de paciencia para “hacer la vista gorda” ante las conductas que no deseas, pero a la larga los resultados van a ser espectaculares.

Premia siempre a tu mastín alemán, bien sea con golosinas caninas, bien con mimos y alabanzas, pues nada le hará más feliz que notar tu aprobación, lo que le llevará a querer repetir esa actitud que saca tu sonrisa.

Por último, y si te estás preguntando si serías el dueño ideal de un Gran Danés, deberás reflexionar sobre si puedes y quieres asumir el elevado coste económico que supone vivir con uno de estos perros gigantes.

El de la alimentación será probablemente el mayor de los gastos que habrás de afrontar pero no el único, pues cama, juguetes para perros gigantes, snacks antisarro, productos para la higiene canina y facturas de veterinario serán otros de los que formen parte de vuestra devenir diario.

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