El pachón navarro, también conocido como perdiguero navarro, viejo pointer español (old spanish pointer) o pachón de Vitoria, es una raza de perros muy particular que destaca por su nariz doble, por lo que se dice de él que es “el perro con dos narices”.
Aunque antaño se pensaba que esta peculiar característica física le hacía mejor olfateador, no hay evidencia alguna que avale tal teoría. Así su nariz bifurcada o nariz partida no deja de ser un rasgo que, por otra parte, no heredan todos los ejemplares de esta raza sino solo algunos de ellos.
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Si te fijas en el hocico y en la nariz de cualquier perro, observarás que existe un pequeño surco entre sus dos fosas nasales. En el caso del pachón navarro, verás una clara división entre sus dos orificios nasales, lo que le confiere su original aspecto, que le ha valido para entrar a formar parte del listado de las razas de perro más raras del mundo.
Este excelente perro de caza, desea por encima de todas las cosas estar ocupado y derrochar actividad física por doquier, que regule su quema de energía. En la medida que solía cazar junto a otros congéneres, no suele ser agresivo ni territorial.
Origen
El origen del pachón navarro es incierto a día de hoy, ya que no se sabe con exactitud la forma en la que surgió este perro de nariz doble. Se tiene constancia de que la raza surge como perro de caza en Navarra. Su nombre en euskera era Nafar Eper Txakurra (perro navarro de perdiz), al ser empleado en la caza de pluma, o sea para aves como codornices o perdices.
Las primeras noticias que tenemos de estos perros de caza tipo sabueso se remontan al siglo XII y, ya en el siglo XVIII, son puestas por escrito las distintas razas de la península. El reconocimiento oficial del pachón navarro como raza llega en 1922, año en el que se fijan sus estándares.
La raza se dio prácticamente por extinguida en la década de los 50 del siglo pasado, como consecuencia de una enfermedad vírica mortal llamada mixomatosis. Los pocos ejemplares que pudieron sobrevivir quedaron aislados y fueron descubiertos en los años 70, comenzándose una ingente labor de recuperación de la especie que lograra salvarla de la extinción.
Concretamente en octubre de 1979 el viejo pointer español experimenta un renacimiento para la historia cinológica española. En esa fecha se produjo la que se ha llamado “Recuperación Pachón”, que contó con más de 2.000 kilómetros de búsqueda hasta dar con la primitiva raza española de muestra.
Fue una investigación de campo en torno a la raza que se desarrolló en sus zonas de origen, como el País Vasco, Navarra y la Cuenca del Ebro. El recorrido llegó a abarcar diversas comarcas de Álava, Navarra, Burgos, Zaragoza y Logroño.
La mayoría de los ejemplares típicos encontrados, se hallaban en una situación de abandono total, por lo que el número de ejemplares recuperables se reducían a la mínima expresión.
El riguroso criterio aplicado en la aceptación de los típicos logró sacar adelante a la raza, encontrándose en el antiguo reino de Navarra a aquellos perros que, dentro de un proceso de recría racional, pudieron garantizar tanto el que se conservara como el que se mejorara la variedad de pachón de pelo corto. Más complicada fue la situación del pachón navarro de pelo largo o pachón sedeño, denominación que responde a su tacto sedoso.
Esta variedad que cuenta con un pelo suave y largo que le cubre la totalidad del cuerpo, tiene un penacho en la cola y flecos en las orejas, en el pecho y en la parte posterior de las extremidades, pareciéndose mucho a los picards y a los epagneul franceses, lo que dificulta más aún su recuperación.
En la actualidad el pachón navarro está fuera de peligro, si bien se continúa con los trabajos en pos de su total recuperación. Por esta razón, no es una raza demasiado usual, por lo que es probable que no recuerdes haberte cruzado con uno de estos perros.
Características y rasgos físicos
Con una altura a la cruz de entre 48 y 60 centímetros y un peso que ronda entre los 21 y los 30 kilos, estamos ante un perro mediano, cuyo aspecto puede catalogarse de rústico, sólido y compacto…
Cuidados básicos
Todo dueño que piense en la adopción de un perro, ha de tener presente que esta es una decisión que sin duda le aportará innumerables beneficios pero que, por otra parte, entraña una serie de obligaciones que no pueden dejar de valorarse.
Alimentación
Mientras son cachorros, los pachones navarros han de alimentarse correctamente, ya que tienden a descalcificarse. Un perro que presente este problema va a ver limitado su crecimiento y desviados sus radios óseos.
En cuanto a su mantenimiento en la etapa adulta, su alimentación es moderada, no causando excesivos gastos. En lo que tienes que centrarte es en encontrar para él un pienso seco de calidad que cubra todas sus necesidades nutricionales y en no caer en ningún momento en la tentación de compartir con tu fiel amigo tu propia comida.
Una nutrición equilibrada pasa por ofrecerle al animal un pienso rico en vitaminas y minerales. No debe faltarle tampoco el agua fresca en todo momento. Evita el sobrepeso de tu perro con ejercicio diario, tratando de que corra libremente, ejercitando así sus músculos y quemando calorías extras.
Recuerda que un perro bien alimentado tiene muchas más garantías de vivir un mayor número de años y además con una calidad de vida mejor. En el caso del pachón de Vitoria, su longevidad suele situarse entre los 12 y 14 años.
Higiene
Un buen dueño sabe que mantener a su perro en una situación higiénica óptima es una condición sine qua non para que goce de un mejor estado de salud (al librarle de posibles infecciones) y de una apariencia impecable.
Higiene dental
Pensar que por el hecho de que el perdiguero navarro sea un perro de caza has de prestarle menos atención a aspectos tales como su limpieza bucal, es un error que tu querido amigo podría pagar muy caro.
Si no le acostumbras desde cachorro a cepillados dentales periódicos que logren que no se deposite sarro en la superficie de sus dientes (a lo que te ayudará también una nutrición a base de pienso seco), los problemas de mal aliento o halitosis no tardarán en aparecer.
A partir de ahí, serán muchas las enfermedades a las que una incorrecta higiene dental le dejará expuesto, entre las que destaca la temida enfermedad periodontal. Esta patología llega a destruir el hueso alveolar, que es el sostén natural del diente, por lo que perdería la pieza dental y vería debilitada la mandíbula hasta llegar a provocarle fracturas.
Es más, son muchos los estudios que arrojan el dato de que una boca sucia es la casusa de graves enfermedades como patologías cardíacas, hepáticas y renales. Si además tenemos en cuenta que estas últimas, o sea las patologías del riñón, son de por sí frecuentes en esta raza, más aún deberás extremar las medidas higiénicas dentales de tu pachón navarro. Si pese a hacerlo notas que el sarro termina depositándose en sus dientes, no dudes en acudir a su centro veterinario de referencia.
Baño y secado
Tras una tediosa jornada de caza lo normal es que tu viejo pointer español llegue hecho un auténtico desastre. Aunque así sea, lo recomendable es que le asees en la medida de lo posible, no estableciendo una mayor frecuencia en el baño que la de una vez al mes, salvo que sea estrictamente necesario.
Una vez le hayas bañado con agua templada y un champú con un pH similar al de su piel, es decir un pH7, retira el agua que haya quedado en su cuerpo con una toalla y termina aplicando secador eléctrico a temperatura moderada. Sobre todo en invierno no permitas que salga al exterior aún mojado.
Cepillado
La del pachón navarro no es una de esas razas que exige un acicalamiento constante y que, por tanto, requiere unos propietarios con tiempo y a quienes les gusten este tipo de labores. Por el contrario, el que traemos entre manos es un perro al que le será suficiente con un par de cepillados a la semana que elimine el pelo muerto y mantenga su pelaje limpio y sano, con un aspecto brillante.
Vacunas y tratamientos antiparasitarios
El calendario de vacunaciones que establezca el veterinario para tu perdiguero navarro debe ser estrictamente cumplido, pues es la única forma de evitarle a tu perro futuras enfermedades infecciosas.
Por otra parte, los parásitos tantos externos, como garrapatas y pulgas (que acecharán a tu amigo cada vez que salga de caza), como internos, del estilo de los gusanos intestinales, podrán ser combatidos con un gesto tan simple como colocarle las pipetas o collares antiparasitarios que el mismo profesional te indique.
Enfermedades más comunes
Con anterioridad hemos hecho amplia referencia a la nariz partida o labio leporino que presentan algunos ejemplares de pachón navarro. Si partimos del dato de que la población de esta raza es tan escasa que apenas han sido unos mil perros los que se han criado en los últimos 30 años, este es un número suficiente para no pasar por alto el resto de las patologías que suelen aquejarles.
Gran parte de estos perros han nacido siendo del afijo Alajú o descendiendo del mismo, propiedad de Carlos Contera, un eminente veterinario volcado en la salud de esta bonita raza. A diferencia de otras, sus ejemplares no suelen estar aquejados de problemas de displasia de cadera ni de alteraciones en los párpados.
El pachón navarro sufre en ocasiones de una enfermedad que es más frecuente en los perros de pelo corto y que no es otra que la celulitis facial juvenil, que puede afectar a varios cachorros de una misma camada y que se da entre las 3 semanas de vida y los cuatro meses. Una patología para cuya cura han de administrarse antibióticos y corticoides.
Por lo demás, este perro rústico y fuerte no presenta problemas de salud especiales, sino simplemente los cuidados veterinarios comunes a los que han de someterse todos los perros. Concretamente, en las razas dedicadas a la caza es bueno realizar una inspección del estado general del perro tras una dura jornada de campo, en la que pueden detectarse desde espigas clavadas hasta parásitos en piel o pelos.
Adiestramiento
El pachón navarro es un perro dominable y relativamente fácil de entrenar, por lo que no deberás ser demasiado rígido ni excederte con la disciplina a la hora de entrenarle, pues es un perro que suele aprender por naturaleza.
Su inteligencia y su seriedad le confieren su característica apariencia sosegada y tranquila, hasta que llega al campo y se convierte en un can activo y repleto de actividad. Se trata de un perro de un solo dueño, es decir que habrá un miembro de la familia que sea el que le sirva de inspiración y de quien va a esperar recibir las órdenes, así como el alimento, entre otros factores fundamentales para su existencia.
La convivencia con él es muy fácil ya que es obediente y vital. Su pelo corto es otro punto a su favor pues hace que apenas ensucie. Es un animal rústico, que no pondrá dificultades para vivir en ningún sitio. Acusa poco el frío y no es quejica ni ladrador.
En el aprendizaje es bueno como pocos y te sorprenderá ver que unas cuantas lecciones le bastan para salir al campo desde cachorro, dando la impresión de que tuviera clarísimas cuáles son sus obligaciones.
Los entendidos dicen que el pachón navarro es un cobrador innato que no tiene parangón en esta labor, consiguiendo impresionantes cobros a pelo y pluma. El terreno abrupto es su especialidad y en cuanto a las variantes de caza, si bien se le presupone un excelente perro para la caza menor, aborda todo tipo de caza.
Este perro conserva intacta la valorada vocación de rastro de los perdigueros españoles. Ello viene avalado por su muestra firme y los vientos por alto. Trabajador y metódico, suele cazar cerca de la escopeta.