El Pastor Belga (chien de berger belge) también se conoce como Ovejero Belga y, bajo esta denominación, se agrupan las cuatro variedades caninas a las que pertenecen el Groenendael, el Lackenois, el Tervueren y el Malinois.
La mayoría de clubes caninos mundiales coinciden en considerar a estas cuatro variedades de Pastor Belga como una raza única, si bien el American Kennel Club los clasifica como cuatro razas distintas. Hay que señalar que pese a que todas las variedades aparezcan nombradas como “Pastor Belga”, los clubes caninos no permiten los cruces entre ellas.
Todo lo que deberías saber sobre el Pastor Belga
Tabla de contenidos
Los Pastores Belgas, con independencia de la variedad a la que pertenezcan, comparten entre sí rasgos anatómicos, morfológicos y de comportamiento (aunque estos últimos, con algunas particularidades). Es más, prácticamente el único elemento diferenciador ente ellos es el tipo y el color de su manto.
Esta raza cuenta con ejemplares dotados de gran inteligencia, que además son obedientes y trabajadores, lo que les hace aptos para vivir en familia. Ello no es óbice para que sean algo territoriales, por lo que defienden con firmeza a sus dueños y a cuantos les rodean, motivo por el que se les educa como perros guardianes.
Origen
La raza de Pastor Belga es el resultado del intento de unificación que se hace en Bélgica y Alemania respecto a la gran cantidad de perros que eran usados para el pastoreo, es decir, el Groenendael, el Lackenois, el Tervueren y el Malinois.
La mezcla de todos ellos posibilita que el Pastor Belga haya heredado la impresionante inteligencia típica en estos canes, que le ha valido para ser considerado como uno de los mejores perros de trabajo que existen, y concretamente, como un magnífico perro pastor.
Tales conductores de rebaños eran de tipo heterogéneo y pelaje diverso, por lo que determinados cinófilos decidieron constituir un único grupo, dirigidos por la experiencia del Profesor A. Reul, pertenecientes a la Escuela de Medicina Veterinaria de Cureghem, con el fin de generar una raza única con un estándar propio.
Una vez puestos manos a la obra, consiguen el reconocimiento oficial de la raza entre 1891 y 1897. A estos efectos, el 29 de septiembre de 1891, se funda el “Club del Perro de Pastor Belga” en Bruselas.
Tan solo unos días más tarde el Profesor A. Reul, selecciona un grupo con los mejores ejemplares, los reúne en Cureghem y elabora con ellos un censo. Los años siguientes los dedica al afianzamiento de la raza, seleccionándolos y criándolos, para lo que no dudó en recurrir a los cruces consanguíneos entre los más valorados sementales.
En el año 1892, el 3 de abril, el mencionado “Club del Perro de Pastor Belga”, redacta el primer estándar de la raza y admite una única raza con tres variedades de pelo. Por aquella época, el que nos ocupa era un can propio de la clase trabajadora y carecía de prestigio. Hubo que esperar a 1901 para que los primeros ejemplares de Pastores Belgas vieran registrar sus nombres en el Libro de los Orígenes de la Société Róyale Saint Hubert, cuyas siglas son L.O.S.H.
Durante los siguientes años los cinófilos se afanaron en las labores de unificación del tipo y de corrección de los defectos, lo que hizo que en 1910 se establecieran tanto el tipo como el carácter estándar de este perro.
El paso de los años no ha hecho que las diferentes variedades y los colores que se acepten hayan estado exentos de polémica. Sin embargo, ha existido unificación de criterios en lo relativo al carácter, aptitud para el trabajo y morfología de este noble animal.
Características y rasgos físicos
Con una altura a la cruz de 61 a 68 centímetros y un peso que oscila entre los 29 y los 45 kilos, destaca por su elegancia y por lo esbelto de su cuerpo, especialmente entre el cuello y el cráneo, lo que le ha valido una gran distinción entre el resto de perros pastores…
Temperamento
Esta raza, procedente de Bélgica, para más especificar del norte de Brabante y de la región Campine, es muy usada todavía a día de hoy para las labores de pastoreo, si bien otros ejemplares se han convertido en excelentes auxiliares de policía, siendo competidores natos en las disciplinas de defensa de los famosos Pastores Alemanes.
Su extremo dinamismo y su agilidad, que les hace derrochar energía por doquier, les convierte en aptos para todas aquellas actividades que precisen de un desempeño físico. No en vano, sus necesidades de ejercicio son elevadas, por lo que esta raza nada tiene que ver con un perrito faldero que disfruta pasando largas horas a los pies de su dueño.
Ya hemos indicado con anterioridad que la principal diferencia entre las cuatro variedades de Pastor Belga radica en la textura, en el color y en la longitud de su pelaje. Pese a ello, a nivel conductual, aunque comparten muchos rasgos comunes, cada variedad presenta sus propios matices.
El Groenendael se dice que es el más dulce de los Pastores Belgas, por lo que es muy popular como animal de compañía o mascota. Su presencia alegrará sin duda a su familia de adopción dado su espíritu juguetón, alegre, delicado y activo.
El Tervueren cuenta con un carácter que le hace destacar en las pruebas de obediencia y de Agility, pero no suele ser utilizado como perro policía, al ser menos activo que el Malinois. Tampoco cuenta con una especial predisposición para perseguir a un objetivo o presa. Dentro de esta variedad, encontramos significativas diferencias a nivel de carácter entre sus ejemplares, pues mientras unos parecen muy felices, activos y alegres, otros son más tímidos e inseguros.
El Lackenois se caracteriza por su fuerte carácter, tendiendo muchos de ellos a ser dominantes. Por esta razón precisan una socialización temprana y el que se les marquen ciertas reglas claras. Esto no quiere decir que, bien socializados, no sean unos canes equilibrados, dulces y juguetones.
El Malinois es el predilecto como perro de utilidad. Se trata de un impresionante perro policía, de guarda y de rescate. Un can comedido y equilibrado que cuenta con un temperamento protector, fuerte, vigilante y alerta, que se orienta mucho al objetivo. Constituye un perfecto ejemplo de lo que se llama un perro “de doble propósito” que deberás mantener ocupado con diversas labores, pero que a su vez serán sensacionales perros de compañía, dóciles y nada agresivos ni tímidos.
No hay duda que, preferencias aparte, el Ovejero Belga es un perro muy especial de esos que hacen que cuando una persona tiene uno, se mantenga fiel a la raza, pues es un animal que deja honda huella entre los que deciden compartir su vida con él.
En esta raza sobresale también su gran sensibilidad, al ser una mascota muy receptiva, a la que le encanta aprender cosas nuevas. De él gusta también su buen talante para la convivencia familiar, que lo convierte en el protector de todos los miembros de su familia de adopción y, en especial, de aquellos que considera más vulnerables, como ancianos y niños.
Su enseñanza no va a revestir, conforme a lo dicho, especiales complicaciones, pues este animal es inteligente y obediente, a lo que hay que sumar su predisposición para aprender y su buena memoria para recordar perfectamente las órdenes que le dé su amo.
Por otra parte, el aspecto delicado al que hemos aludido, nada tiene que ver con la realidad. Lo cierto es que es un perro rústico que necesita pocos cuidados y soporta con estoicidad las temperaturas extremas (tanto altas como bajas).
Relación con otras mascotas
Como sucede con la mayoría de las razas, una pronta socialización es clave para que tu Pastor Belga conviva sin generar ningún tipo de problema con otras mascotas. Si además pueden crecer juntas, todavía tendrás más terreno ganado.
Relación con los niños
Si tienes hijos, vas a estar encantado de haberte decido por el Perro de Pastor Belga porque su comportamiento con ellos será formidable, al mostrarse siempre paciente y vigilante. Como es lógico, en tus manos está el poner los límites por ambas partes para que la relación fluya como debe, pues el respeto y la consideración por ambas partes es fundamental en estos casos.
Cuidados básicos
Adoptar un perro supone un profundo y largo compromiso, no exento de multitud de obligaciones, así como, por supuesto, plagado de satisfacciones. No obstante, es una decisión que debes valorar tomándote para ello tu tiempo, pues piensa que se trata de un ser vivo, dotado de sentimientos, que no puedes “descambiar” a posteriori como si de una prenda de ropa se tratara.
Alimentación
La nutrición es uno de los aspectos que más va a incidir en la calidad de vida de un perro, haciendo que llegue a alcanzar e incluso a superar la media de longevidad prevista para su raza, que en el caso del Ovejero Belga se sitúa en torno a los doce años de edad.
No escatimes en la comida de tu fiel amigo y elige siempre para él un pienso seco de alta gama que cumpla todas sus necesidades nutricionales, siendo este uno de los mejores obsequios que puedes hacerle.
Higiene
La convivencia con un perro, para que sea plácida, debe incluir el adecuado aseo del animal. Un hábito que, una vez dominado, no te dará excesivos quebraderos de cabeza y, sin embargo, repercutirá muy positivamente en su salud y en el bienestar de toda la familia en general.
Higiene dental
Un perro sano va a tener siempre un adecuado nivel de limpieza en su boca. De ahí la importancia de evitar que el sarro se deposite en la superficie de las piezas dentales de tu mejor amigo, provocando halitosis o mal aliento, enfermedad periodontal y otras dolencias hepáticas, cardíacas y renales.
Una cuestión para tomar en serio y que abordarás con buenos resultados si le acostumbras desde cachorro al cepillado dental, para lo que podrás ayudarte de la multitud de productos que para ello encontrarás en las tiendas especializadas.
Baño y secado
Cada mes o cada dos meses, dependiendo del estado de suciedad de tu Pastor Belga, deberás sumergirle en el agua y, valiéndote de un champú específico para su tipo de pelo, darle un buen baño que culmine, sobre todo en invierno, en un conveniente secado, para lo que deberás seleccionar una temperatura intermedia en tu secador eléctrico y armarte de paciencia hasta que no queden restos de humedad en su maravilloso manto.
Cepillado
Dependiendo de la longitud del pelaje de cada variedad de Perro de Pastor Belga así tendrá un mantenimiento mayor o menor, siendo siempre más sencillo el de aquellos animales con el pelo corto. De este modo, deberás cepillarles como mínimo una vez por semana (dos o tres en el caso de que tengan el pelo largo), aprovechando esos momentos de intimidad para afianzar la relación afectiva con tu mascota.
Vacunas y tratamientos antiparasitarios
Adoptes la raza que adoptes, el primer paso es acudir al veterinario para que le coloque a tu perro un chip, le haga un chequeo de salud a fondo y establezca su calendario de vacunaciones.
Cúmplelo de manera rigurosa para reforzar el sistema inmunitario o defensivo de tu mascota, haciéndolo más fuerte ante eventuales invasiones por microorganismos. Con este sencillo gesto, lo estarás preparando para dar una respuesta protectora ante unos ataques que, de otro modo, podrían llegar a ser hasta mortales.
Los parásitos, tanto internos como externos, también deben ser mantenidos a raya, para lo que deberás colocarle a tu perro las pipetas o collares antiparasitarios que le mantengan alejado de pulgas, garrapatas y gusanos intestinales.
Enfermedades más comunes
El Ovejero Belga es un can esencialmente sano, con escasa predisposición genética a sufrir enfermedades hereditarias. No obstante, como ocurre con cualquier otra raza, existen una serie de patologías que son más proclives a padecer y que en su caso se concretan en la displasia de cadera (característica de los perros grandes), la epilepsia y las dolencias oculares del tipo de la atrofia progresiva de retina o las cataratas.
Adiestramiento
El Pastor Belga es a día de hoy uno de los perros menos problemáticos que existen, perteneciente al grupo primero, el de los perros de pastor, por lo que ha realizado labores de acompañamiento del ser humano desde tiempo inmemorial.
Fiel como él solo a sus orígenes, es un perro cien por cien noble con su amo, que gusta de guardar sus propiedades y se muestra algo desconfiado con los extraños, lo que en absoluto significa que sea agresivo con ellos.
Al ser un perfecto perro de pastor no es extraño que rehúya inicialmente el contacto con otras personas, pues esta es una de las principales características de este tipo de perros. Siempre alerta, no vacilará en advertirte de la presencia de intrusos y su instinto le hará seguir tus acciones como dueño.
Su extremo apego con su propietario es el que dificulta que confraternice a primera vista con otras personas, por lo que con él se hace especialmente necesaria la temprana socialización.
Tan pronto como su calendario de vacunaciones te permita sacarlo a la calle, procura llevarle a lugares que frecuenten otras personas con sus mascotas. A partir de ese momento, es probable que te sorprenda descubrir su otra cara, la de un animal simpático y paciente con su entorno, que enseguida te hará saber cuáles son las personas que le gustan y las que no.
Esta temprana socialización también te ayudará a que este animal, que suele ser bastante territorial, no se convierta en un can agresivo por la falta de exposición al resto de elementos, animales y personas que están a su alrededor.
Con todo, el Pastor Belga no es un perro para dueños primerizos, poco experimentados o para aquellos otros que, teniendo experiencia en el cuidado de perros, les suponga un auténtico conflicto mantener una postura autoritaria con sus mascotas.
Por el contrario, este perro requiere un dueño que sepa defender su postura como el líder alfa de la manada que para el Ovejero Belga supone su familia de adopción. Ese dueño coherente, firme, constante y abnegado, cuyo comportamiento no presente fisuras.
Piensa que si tu mascota no reconoce en ti a esa figura, en cierta medida va a considerar que la manada de la que él se siente protector, queda desamparada y tenderá a pensar que él tiene que convertirse en ese líder capaz de tomar las decisiones que considere oportunas en cada momento, lo que puede llegar a dificultar enormemente la convivencia.
Si te estás planteando la adopción de uno de estos perros, un factor que tienes que tener muy en cuenta es que la raza que estás barajando es la de un perro deportivo con unas necesidades de ejercicio físico elevadas.
El que tienes en mente no es un perro al que complazca un simple paseo diario. Este can es muy activo, necesita de bastante espacio y no está hecho para dueños con hábitos sedentarios, pues ambos seriáis bastante infelices.
La actividad física le mantendrá animoso y feliz. Comienza su entrenamiento dándole largos paseos, sigue añadiendo juegos de búsqueda con recompensa y continúa con juegos de persecución y otros en los que le lances una pelota o similar juguete que le llame la atención. Es importante que no le agotes, sino que sepas repartir la actividad en una sesión por la mañana y otra por la tarde.
Cuando ya tenga dominadas todas estas técnicas, haz que te acompañe cuando salgas a hacer ejercicio. Correr contigo o acompañarte en tus recorridos en bici serán actividades que le fascinen.
Por último recuerda apoyarte en el refuerzo positivo a la hora de adiestrar a tu Pastor Belga, pues está demostrado que este tipo de educación es la que mejor funciona con todas las razas caninas, frente a los rigurosos métodos de adiestramiento tradicionales.