El pastor ovejero australiano, que también se conoce como aussie, es un perro trabajador donde los haya, fuerte y muy inteligente. Aunque a día de hoy muchos sirven como perros de compañía, son capaces de desempeñar con un rotundo éxito labores de perro guardián y de pastor ovejero.
Un perro ovejero australiano o australian shepherd, que es su denominación en inglés, es un animal muy versátil que también destaca como perro guía. La disposición con la que cuentan los ejemplares de esta raza es digna de elogio y supone un ejemplo de esfuerzo y entrega canina.
Todo lo que deberías saber sobre el Pastor Ovejero Australiano
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El entorno más recomendable para este can es aquel que esté formado por personas activas a las que les guste salir a pasear con frecuencia a la montaña o ir a pescar, pasando largos ratos al aire libre y disfrutando de los verdes parajes.
Si tu estilo de vida es sedentario, no te recomendamos uno de estos activos animales, pues no son precisamente lo que se conoce como “perros falderos”. Evidentemente no se trata de que seas un deportista de élite para adoptar a este can, pero lo que sí has de tener presente es que este perro no va a aceptar de buen grado que te quedes en casa viendo televisión cuando llegues de trabajar.
Origen
Pese a que su nombre parezca indicar lo contrario, el ovejero al que nos estamos refiriendo no procede de Australia, sino que la historia de esta raza hunde sus raíces en las regiones españolas del País Vasco y de León, desde las que un grupo de pastores emigraron al continente australiano junto a sus perros. Años después, volvieron a emprender la marcha rumbo a Estados Unidos.
En este último país fue en el que se terminó de desarrollar esta raza que tantas satisfacciones proporcionó a los dueños de tan competentes perros, que recibieron el nombre de pastores ovejeros australianos. Hasta allí llegaron los pastores ovejeros junto con sus propietarios en barco.
En los ranchos estadounidenses se puso a prueba la tenacidad de estos concienzudos trabajadores caninos, alcanzando gran popularidad, en particular tras la Segunda Guerra Mundial, época en la que se dieron a conocer al gran público de la mano de la factoría Disney y de los espectáculos de caballos en los que también participaban.
El progresivo aumento del número de rebaños al que dio pie la creación de nuevos pueblos y ciudades en la costa americana junto con la llamada “fiebre del oro” fueron decisivos para la cría masiva de ganado en aras de alimentar y vestir a la creciente población, lo que hizo necesaria la presencia de los perros ovejeros.
Estos canes han venido siendo desde hace muchos años la mano derecha de gran número de ganaderos para los que su ayuda se convirtió en imprescindible gracias, entre otros factores, a la extraordinaria inteligencia que caracteriza a esta raza y a la impresionante habilidad de la que hacen gala sus ejemplares a la hora de desarrollar su trabajo.
Entre sus muchas virtudes son destacables igualmente su tremenda resistencia a las condiciones climatológicas adversas así como sus grandes dotes de obediencia y su lealtad.
Su expansión por el oeste americano no tardó en llegar, recibiendo diversas denominaciones como “Pastor de Nuevo Méjico”, “Pastor Español” o “Pastor de California”. En los rodeos, sus acrobacias eran de lo más aplaudidas.
A día de hoy, en los ensayos de pastoreo son cada vez más vistos y la gentileza de su carácter es uno de los aspectos que las familias más valoran a la hora de integrarle como un miembro canino en su hogar.
Características y rasgos físicos
Con una altura a la cruz de 51 a 58 centímetros y un peso que oscila entre los 20 y los 23 kilos, el ovejero australiano estándar es un perro mediano, cuyo cuerpo es más largo que alto y que cuenta con una musculatura poderosa. Sus líneas son bonitas y estilizadas.
Su cabeza es larga y ancha, quizás algo pequeña, pero bien proporcionada en relación a su cuerpo. Sus ojos son almendrados, pudiendo ser de distintas tonalidades como el marrón, el ámbar, el azul o las combinaciones de tales colores. Los ejemplares que tienen ojos de un color azul claro son conocidos como “perros fantasma”. También los hay que presentan heterocromía, es decir, que tienen un ojo de cada color, y por último están aquellos que tienen el mismo iris dividido en dos colores distintos.
Su stop está bien definido. Su nariz cuenta con un color que varía en función del de su pelo. Los pastores ovejeros negros y mirlo la tienen negra y los que son de color rojo, tienen una nariz color hígado. Sus orejas son de inserción alta, medianas y triangulares. Su cola puede ser corta o larga. En el caso de que sea larga algunos criadores, incomprensiblemente, optan aún por amputársela. Por suerte, esta cruel práctica está en la actualidad prohibida en muchos países.
Color y pelaje
El pelaje del aussie es de longitud media, pudiendo ser ondulado o lacio. En la cabeza, la parte delantera de las patas y las orejas es corto y suave, mientras que en el resto del cuerpo es más largo, sobre todo en el pecho y en la parte trasera de las patas.
Cuentan con una capa externa de pelo y con otra interna. Esta doble capa de pelo le sirve para resguardarse de las inclemencias meteorológicas, por lo que es posible que la capa interna varíe dependiendo del clima reinante en la zona en la que habite el animal.
Se aceptan cuatro colores: el negro, el azul mirlo, el rojo y el mirlo rojo y las combinaciones de los mismos sobre base blanca.
Mención aparte merece la cuestión de la existencia de pastores australianos blancos. Son el fruto del cruce de padre y madre de tonalidad azul merlé. Al contrario de lo que sucede en otras razas, ser un aussie blanco no es buena noticia pues estos perros suelen sufrir de taras genéticas tales como sordera, microftalmia, o lo que es lo mismo, ojos pequeños y deformados y otras patologías. De la coloración de estos perros se dice que es “blanco letal”, lo cual no es literal porque no llega a tales extremos, pero sí problemático, como estamos indicando.
Temperamento
Los dueños de pastores ovejeros australianos coinciden en destacar el carácter estable de estos perros, que siempre están preparados para el trabajo y la vigilancia. Asimismo, su curiosidad no tiene límites, como tampoco parece tenerlos su inteligencia.
El hecho de que sea un excelente guardián no es óbice para que su temperamento sea catalogado como de encantador por todos los que tienen la suerte de convivir con este animal. Su amabilidad, su cariño y su lealtad, son rasgos que le caracterizan.
Su comportamiento con los desconocidos es algo tímido y reservado, pero en ningún caso agresivo. Por ello y, como ocurre en cualquier otra raza, es conveniente una socialización temprana del aussie para que no se vuelvan perros miedosos o inseguros que sí puedan presentar ciertos rasgos de agresividad.
De este perro se dice que sus extremas ganas de derrochar energía hacen complejo el adiestrarle en actividades tranquilas pero que, por esta misma razón, sus resultados en deportes caninos suelen ser brillantes, pues le apasionan pruebas del estilo de las de Agility. Plantéate unirte a un grupo que se dedique a los deportes caninos y compartirás momentos inolvidables con tu querido amigo.
Si estás pensando adoptar uno de estos canes, has de tener presente que se trata de un animal muy noble que tenderá a ponerte las cosas fáciles, siempre que cuentes con un tiempo razonable para dedicarle, pues de lo contrario la situación se enrarecerá y te será más difícil hacerte con su control.
Siempre que tengas un rato, dedícate a estimular a tu ovejero física y mentalmente, gestos que le harán tremendamente feliz. Piensa que si le educas como tal y si eres capaz de proporcionarle la dosis de ejercicio que este perro precisa, tendrás a tu lado una mascota formidable.
Cuando juegues con él comprobarás que su energía es inagotable, pudiendo pasar largas horas jugando a atrapar una pelota o un frisbee, pues esta distracción le apasiona.
No en vano, el aussie es un can repleto de energía que, como todos los perros de trabajo, precisa estar ocupado en alguna tarea constantemente. Por ello, algunos de sus ejemplares son empleados también, aparte de en las labores que ya hemos mencionado, en la detección y búsqueda, así como en terapias diversas.
Con los suyos es todo un amor, agradecido, amable y cariñoso. Protegerá una propiedad con su vida si fuese necesario, sin necesidad de ladrar demasiado. Algunos de ellos tienen la capacidad de quedarse en alerta durante una noche y limitarse a gruñir cuando atisban el peligro.
Nunca vas a ver que un ovejero australiano esté sin hacer nada, pues precisa de continuas invenciones que le ayuden a pasar el tiempo. Aunque su capacidad de adaptación es elevada, le harás muy dichoso si le mantienes en un entorno amplio en el que pueda correr a sus anchas y mejor aún si puede ser rústico.
Una más de las virtudes del aussie es que este perro parece no envejecer nunca, por lo que hay quien señala que en su interior vive un pequeño cachorro “atrapado” de por vida. Por muchos años que pasen, su actitud activa se mantendrá.
Como venimos diciendo, la necesidad de ejercicio de este perro es alta y su tamaño no es demasiado pequeño por lo que, en el caso de que tengas que mantenerlo en un piso, te recomendamos que te decantes mejor por un ejemplar de ovejero australiano miniatura o toy, variedades más acordes con un espacio reducido.
Por sorprendente que te parezca, la raza de la que estamos hablando goza de tal energía que puede correr hasta 60 kilómetros diarios. Por este motivo, el interior de una casa no es el escenario ideal para que pase sus días. Cuando menos, lo idóneo es que pueda disfrutar de un amplio jardín y aun así tendrás que acompañarle a hacer más ejercicio.
Los largos paseos deben ser una constante en su día a día. Déjale que corra hasta que se canse e idea para él actividades que hagan que no se aburra. Si no sigues estas pautas, la falta de ejercicio físico y mental le llevará casi con toda seguridad a experimentar conductas destructivas.
Relación con otras mascotas
La forma en la que el aussie se relaciona con otras mascotas que tengas en casa te pondrá las cosas muy fáciles si eres de esas personas a las que le encanta gozar de la compañía de varios animales a la vez. Si tanto el ovejero como el resto de los animales están convenientemente socializados, la convivencia podrá ser estupenda.
Respecto de los animales con los que se cruce por la calle pasará pero lo mismo, pero debes prestar especial atención a no dejar correr libremente a tu aussie por zonas en las que aves o conejos puedan llamar su atención. Te garantizamos que es muy posible que no resista la tentación de perseguirlos y de iniciar una larga carrera en la que puedes perderle de vista.
Relación con los niños
Tus hijos no querrán separarse en ningún momento del aussie, un perro tan afectuoso con ellos que se ha ganado el título de “nanny perruna”. Nunca habrás estado más tranquilo que cuando veas la forma en la que niños y can disfrutan de su muta compañía. Las jornadas de juego se alargarán hasta que todos caigan rendidos.
Además, si tu ovejero australiano es estándar, no tendrás que preocuparte de la posibilidad de que la rudeza de los juegos de los niños más pequeños pueda hacerle daño a tu mascota, como en el caso del ovejero miniatura o toy, cuyo organismo es más frágil y propenso a sufrir indeseados accidentes.
Cuidados básicos
Un dueño responsable sabe que la decisión de adoptar un perro lleva aparejada una serie de obligaciones que son ineludibles para mantener al animal en unas condiciones dignas. Lo aconsejable es meditar bien una decisión que traerá consigo enormes satisfacciones pero también un esfuerzo que debes estar dispuesto a realizar.
Alimentación
El de la nutrición es un factor fundamental para que el ovejero australiano alcance su promedio de vida y además lo haga con calidad. En el caso de esta raza, su longevidad se sitúa en 14 años o más. En tu mano está que los cumpla con la mayor de las felicidades.
Su aspecto también se verá notablemente afectado por el tipo de dieta que le dispenses. Así, poder presumir de un perro con una apariencia espectacular, cuyo pelo brille e irradie salud, pasa por alimentarle de un modo equilibrado cumpliendo con todos los requisitos a nivel nutricional.
En alimentación no debes escatimar, por lo que has de buscar un pienso seco de calidad que además sea el idóneo para mantener su boca en el mejor estado posible. No olvides tampoco que su derroche de energía le hará tener que beber agua muchas veces en el día, por lo que deberás tener siempre a su alcance un cuenco lleno con agua fresca que rellenarás con frecuencia.
Higiene
Una mascota ha de estar siempre lo más limpia y aseada posible, lo que redundará positivamente en ella y en el resto de los miembros de la familia.
Higiene dental
La salud bucal de un perro es una condición sine qua non para que el mismo goce de buena salud. Acostumbra a tu aussie al cepillado dental periódico desde cachorro y evita así el temido depósito de sarro sobre la superficie de sus dientes.
Ten presente que una deficiente higiene bucodental es causa de enfermedades renales, cardíacas y hepáticas por lo que, si a pesar de limpiar con regularidad los dientes de tu mascota, ves que el sarro termina apareciendo, llévale a la consulta veterinaria.
Baño y secado
Será suficiente con bañar a tu pastor ovejero una vez al mes, con agua templada y con productos específicos para la higiene canina, no cayendo en el error de utilizar nuestros propios artículos de aseo.
Conviene que retires el exceso de agua con una toalla tan pronto salga del baño. Aunque este perro aguanta muy bien las temperaturas extremas, procura ayudarte de un secador eléctrico para que no salga al exterior mojado en los meses más gélidos.
Cepillado
La mediana longitud de su pelo requiere de un cepillado varias veces por semana para que no termine enmarañándose. Con esta medida eliminarás también el pelo muerto y retirarás restos de suciedad de su pelaje.
Vacunas y tratamientos antiparasitarios
Observa rigurosamente el calendario de vacunaciones que para tu aussie establezca el veterinario y no olvides tampoco colocarle las pipetas y collares antiparasitarios que este profesional te indique.
Enfermedades más comunes
Los ejemplares de esta raza no tienen tendencia a enfermar, pero como es lógico debes estar prevenido de cuál es su predisposición genética al padecimiento de ciertas dolencias. Solo así podrás prestar atención a sus posibles síntomas y detectarlas precozmente, acudiendo a tu centro veterinario de referencia si sospechas que algo no va bien en el estado de salud de tu mascota.
El aussie puede padecer enfermedades oculares del estilo de la atrofia progresiva de retina (PRA), las cataratas, la anomalía del ojo de Collie o la distichiasis. Tampoco es ajeno a la posibilidad de sufrir displasia de cadera y la enfermedad de Von Willebrand (VWD).
Adiestramiento
Si lo que estás buscando para tu vida activa es un perro que la comparta, acompañándote, este can va a venirte “como anillo al dedo”. Abandona esa búsqueda que creías un reto y ponte manos a la obra para adiestrar a este perro, orientando a la familia, al que te valdrá la pena escoger.
Ya hemos hablado de la importancia de socializar a tu ovejero australiano desde pequeño, con el objetivo de que se acostumbre a estar con otras personas y animales. Desde el mismo momento que está en la camada debe comenzar la socialización con las personas, de modo que evites que en el futuro se muestre distante y no sea proclive a relacionarse con ellas.
Es interesante que interactúe con personas de todas las edades para que el proceso de socialización sea el más adecuado posible. Puedes comenzar acariciando y cepillando a tu mascota e iniciándole en juegos como el de buscar. Cualquier interacción ha de ser positiva para que sea parte de una correcta socialización. Asegúrate de ello. Permite que los extraños entren en el entorno de tu aussie y sé paciente, dándole un tiempo para que se acostumbre a su presencia.
Una vez que su esquema de vacunaciones esté completo, puedes inscribir al cachorro en clases de obediencia u ocuparte tú mismo de esa labor. Ha de aprender órdenes básicas como “siéntate” o “quédate quieto”. Si finalmente optas porque asista a clases, además estarás contribuyendo a su mejor socialización.
Estos perros fueron criados para ser pastores y no están dispuestos a quedarse tumbados en casa. Organízate para que pueda desarrollar toda la actividad física que le haga falta y la convivencia será perfecta. Su necesidad de canalizar la energía es tal, que muchos dueños con poca experiencia o poco tiempo no lo consiguen y terminan entregándolos en adopción a los grupos de rescate, por lo que te recomendamos que pongas en una balanza todos los pros y los contras de querer que un aussie sea tu mejor amigo y que no actúes impulsivamente.
Si has decidido que eres el dueño ideal, su adiestramiento puede ser una experiencia muy gratificante porque este perro te va a dejar ver en todo instante sus enormes ganas de complacerte, por lo que el triunfo de su educación y adiestramiento quedarán garantizados.
El refuerzo positivo es una magnífica manera de conseguir los mejores resultados y de estrechar el vínculo con tu mascota. Sea cual sea la meta que quieras alcanzar como adiestrador, has de llevar una relación sana con tu pastor ovejero australiano, trabajando siempre desde el respeto hacia el animal.