Su aspecto no deja indiferente a nadie. Quien lo ve por primera vez, no lo olvida. El shar pei es el can del que presumen sus flamantes propietarios, un animal que es “todo arrugas” y que pasa por ser uno de los perros más raros del mundo. Quienes no estén familiarizados con él, quedarán gratamente sorprendidos.
Esta raza de perros levanta pasiones entre mayores y pequeños, sobre todo cuando son cachorros, si bien cuando crecen adquieren el porte majestuoso que los caracteriza. No en vano, sus ejemplares se consideran elegantes a la par que soberbios.
Todo lo que deberías saber sobre el Shar Pei
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El que muchos consideran una mezcla entre chow chow y pastor tibetano, al compartir múltiples características con ellos, se considera un animal afectuoso, juguetón y leal. De cachorro, apenas podrás resistir la tentación de “achucharlo”.
De entre todas sus arrugas, destacan las de su frente. Un símbolo de longevidad para los chinos que hace especiales a estos canes cuyo comportamiento es similar al de los gatos, incluso por los “zarpazos” que dan al jugar con los objetos.
Origen
Como curiosidad os diremos que su nombre, en chino, significa “piel de arena”, que es el resultado de unir “shar” que significa arena y “pei” que significa piel. Una denominación muy apropiada dada la forma y la movilidad de sus arruguitas.
La que nos ocupa es una raza originaria de China, cuya existencia se remonta al año 206 a.C. Por aquel tiempo, se trataba de una raza de perros cuyos ejemplares eran muy robustos y contaban con una piel absolutamente firme, a diferencia de lo que sucede con el shar pei de hoy en día.
Icono de la dinastía Han, en los comienzos era conocido como “Guardián de los Templos”. También ha servido para el cuidado de rebaños y como perro de pelea y defensa, para terminar siendo una mascota.
En los combates de perros, se utilizaron unos shar pei medianos, de potentes mandíbulas y piel suelta, de modo que las mordeduras vieran reducida su gravedad. Por desgracia, hacia el año 1947 la raza se consideró prácticamente exterminada, pues la tenencia de perros de esta especie pasó a verse como un lujo por un régimen comunista que primero se dedicó a multar a sus dueños y, posteriormente, masacró a los ejemplares que encontraba.
Otros argumentos esgrimidos para tan cruel actuación fueron los de que esta raza era representante de sus enemigos y que el dar se comer a una mascota se consideraba un auténtico desperdicio.
La suerte quiso que algunos de estos animales pudieran ser salvados en Hong Kong, ciudad desde la que fueron exportados a Estados Unidos, lo que propició el nacimiento del shar pei americano, un animal que difiere un poco de su predecesor chino. Gracias a ello, y a la proliferación de criaderos de estos perros, la raza fue rescatada y en la actualidad podemos seguir disfrutando de tan originales exponentes caninos.
Características y rasgos físicos
Ni que decir tiene que el rasgo físico que más diferencia a un shar pei del resto de las razas perrunas es el de sus llamativas arrugas. Con una altura a la cruz de entre 44 y 51 centímetros y un peso que oscila entre los 17 y los 25 kilos, su construcción es fuerte, sólida y cuadrada.
El que también se denomina Chinesischer Kampfhund cuenta con un cuerpo cubierto de arrugas y pliegues, que de adulto únicamente debieran quedar a la altura de la cruz, en su cabeza y en el nacimiento de la cola, donde han de ser moderadas.
Su cráneo es ancho y plano. Sus ojos son almendrados y oscuros y a, la hora de mirar, parece que frunciera el ceño. Pueden ser más claros en aquellos ejemplares que presentan un pelaje diluido. Hay que prestar atención a que ni la piel que rodea sus ojos, ni el pelo, ni los pliegues, impidan el normal funcionamiento del párpado o del globo ocular. No debe apreciarse entropión.
Sus orejas son gruesas y pequeñas así como triangulares. Nunca deben apuntar hacia abajo, sino en dirección a sus ojos. Su implantación es alta y sus puntas algo redondeadas.
Su trufa es grande y ancha, preferiblemente de color negro, si bien se permiten otros tonos siempre que vayan en consonancia con el color del pelaje. Tiene unas ventanas de la nariz muy abiertas.
En su boca destacan el paladar, las encías, los belfos y la lengua en color negro azulado, un rasgo que comparte únicamente con el chow-chow y que es posible que indique la existencia de un ancestro común. Una lengua con manchas rosadas está permitida, pero no así una de color rosa sólido. En los shar pei de color diluido, se admite una lengua color lavanda sólido.
Su hocico distingue a esta raza, al ser ancho de su raíz a la punta de la nariz, sin apreciarse disminución. La parte superior del mismo es bastante carnosa, como sucede también con los labios. Es posible un abombamiento en el nacimiento de la nariz.
Sus mandíbulas son fuertes y en forma de tijera. El labio inferior ha de ser carnoso pero no hasta el punto de llegar a interferir con la función de las mandíbulas.
Su cuello cuenta con una longitud mediana y está bien implantado sobre sus hombros. La piel floja que cuelga de él no puede ser excesiva.
Su espalda es fuerte y corta. Su lomo es ancho, corto y un poco arqueado. Su grupa es más bien plana. Su pecho es profundo y amplio, llegando hasta el codo la zona del esternón.
Su cola es gruesa y redonda en la base. Su implantación es alta. Se puede presentar encorvada y alta, llevándola en un rizo cerrado, cayendo hacia un lado u otro de la espalada o encorvada sobre la misma. La cola cortada o la ausencia de este miembro son totalmente indeseables. Sus miembros son fuertes y musculosos. Sus pies tienen un tamaño moderado y no son aplastados.
Color y pelaje
El shar-pei puede ser de diferentes colores. Entre los colores sólidos que se admiten están el negro (que no puede ser un negro óxido del estilo del chocolate), el sable (parecido al fawn pero con mayor grado de pigmentación negra), el silver sable (negro y con unos reflejos color plata en los costados), el cervato, leonado o fawn, el rojo, el crema ártico (cuya pigmentación es negra), el crema (similar al crema ártico pero con mayor pigmentación roja en su pelaje y que se asemeja mucho al fawn).
Entre los colores diluidos, que no deben tener la más mínima pigmentación en negro, destacan el azul, el chocolate, el albaricoque o apricot (como el cinco puntos rojo pero cuya genética es chocolate), el lilac, el Isabella (similar al fawn pero con una pigmentación azul en lugar de negra), el crema ártico diluido, el rojo diluido o cinco puntos rojo (rojo con pigmentación negra y que se distingue del apricot ya que no lleva chocolate en su genealogía) y el Isabella diluido o Gabriela (parecido al lilac pero con genética roja).
Su pelaje es corto y áspero, no pudiendo sobrepasar los 2,5 centímetros de largo, pues no sería aceptado. Su pelo no tiene subcapa, sobresale del cuerpo y es recto. En las extremidades es más aplastado.
Si eliges adoptar un perro de esta raza, deberás decantarte por una de sus dos variedades:
- El chino o tradicional. Es más delgado y normalmente más alto. Su pelo es más corto y sus piernas son rectas.
- Es más pequeño y más grueso. Sus arrugas están bastante más marcadas. Su pelo es más largo que el del chino y su hocico más grueso.
Temperamento
Con la llegada del shar pei a tu hogar vas a darte la oportunidad de compartir tu vida con un can de carácter tranquilo que destaca por su extraordinaria capacidad de adaptación al tipo de vida que vayas a proporcionarle.
Este can inteligente requiere, como cualquier otra raza, de una temprana socialización. Su terquedad y el hecho de que suele mostrarse bastante distante con los extraños hace que este proceso sea fundamental para suavizar su carácter y no convertirse en un animal tímido ni asustadizo. Además, así conseguirás un perro muy obediente que te ponga las cosas fáciles en el día a día.
Apacible, respetuoso y limpio, este can “concentra” muchas virtudes entre las que sobresalen el que sea cariñoso hasta la saciedad y apenas ladre. De cachorro puede ser revoltoso y “hacer de las suyas” con la madera, por lo que es muy importante que sepas canalizar esa molesta tendencia a morder a través de determinados juguetes o mordedores que desvíen su atención y, al mismo tiempo, salven tus muebles.
Una vez supera esa etapa y se convierte en adulto, el can travieso se transforma en un animal bastante más tranquilo y sedentario. Tal tendencia al sedentarismo hace que sea necesario que le saques a pasear como mínimo tres veces al día y le alimentes correctamente para que no adquiera sobrepeso. Además, el ejercicio físico le va a resultar fundamental también para alcanzar el equilibrio psicológico que le aporte disciplina y le ayude a gastar energía.
Ya mencionamos al principio que impresiona ver jugar a este can como si fuera un gato. Con los felinos comparte el rasgo de la independencia y es lo que se llama “un perro de un solo dueño”, es decir, que por mucho que se relacione bien con todos los miembros de la familia, será uno solo de ellos al que el shar pei identifique como su amo.
Pese a que derroche amor por los cuatro costados, siempre está alerta, lo que le convierte en un extraordinario perro guardián. Por lo demás, la amabilidad es una constante en su vida.
Relación con otras mascotas
Un shar pei bien socializado no tendrá demasiados problemas para relacionarse con otras mascotas que con él convivan en tu hogar. Por esta razón, si eres de esas personas a las que les encanta vivir rodeados de animales, este perro es una buena opción para ti.
Eso sí, debes saber que a los canes de esta raza les gusta sentirse los “líderes de la manada”, por lo que querrán ser los primeros en el orden de jerarquía respecto a otros congéneres. De este modo, un shar pei va a mostrar su cara más cortés con los animales que se dejan dominar y será algo más problemático con aquellos que no ceden a inclinarse ante él, pues su carácter es dominante.
Relación con los niños
El shar pei, cuando está adecuadamente educado, sentirá verdadera adoración por los más pequeños de la casa, con los que jugará hasta que a todos les flaqueen las fuerzas y a los que defenderá a cualquier precio. Por su parte, los niños deben estar también suficientemente concienciados de que una mascota no es un juguete que manejar a su antojo, sino un ser vivo merecedor de respeto y que cuenta con unas necesidades en cuanto a su espacio, tiempo para comer y descansar, etc.
Cuidados básicos
Toda mascota tiene derecho a ser tratada con dignidad y con cariño, así como a recibir una serie de cuidados básicos que garanticen que pueda cumplir el mayor número de años posible y con la mejor calidad de vida. Por ello, verás a tu shar pei alcanzar los 13 años que suponen su promedio de vida e incluso superarlos, siempre que le proporciones la existencia que merece.
Alimentación
Pilar fundamental que redunda en su salud y en su apariencia física, la nutrición equilibrada es un aspecto que tendrás que cuidar mucho. Procura ceñirte a las raciones de comida que te indique el veterinario y no compartas nunca tu propia dieta con tu fiel compañero, por mucho que su actitud sea zalamera y “te ponga ojitos”. Busca para tu shar pei un pienso seco de calidad que cubra todas sus necesidades nutricionales y olvídate de preocupaciones.
En el caso del shar pei y dada la sensibilidad de su piel, es aconsejable que le des una alimentación específica para canes de esa raza o para perros con alergias y pieles sensibles.
Higiene
El shar pei es un animal limpio por naturaleza que, sin embargo, a veces puede oler mal debido no solo a una posible falta de higiene, sino a ciertas enfermedades de la piel a las que es propenso. En este sentido, se ve afectado por demodicosis y alergias.
No caigas en la tentación de untar sus arrugas con aceites y productos caseros varios que no harían más que potenciar su mal olor y aplícale a tu noble amigo una cantidad justa de aceites naturales para que su exceso no se acumule entre las arrugas y produzca un desagradable olor por falta de ventilación.
En su limpieza diaria no debe faltar la de los ojos, en los que cada mañana aplicarás suero o agua de manzanilla (para limpiar sus legañas) y la de los oídos (conforme a las pautas que te daremos más adelante).
Higiene dental
No permitas que el sarro se adueñe de la superficie de los dientes de tu shar pei. Acostúmbrale desde cachorro a un cepillado dental periódico y evita así que sufra tanto de halitosis y enfermedad periodontal como de patologías cardíacas, renales y hepáticas.
Baño y secado
Será suficiente con bañar a tu shar pei una vez al mes salvo que sea necesario hacerlo antes, pero siempre con un champú especial para perros que en su caso debe tratarse de un champú dermoprotector.
Evita que tu perro quede húmedo tras el baño, pues eso podría conllevar la proliferación de hongos en su piel, junto al temido mal olor. Ayúdate de un secador eléctrico a temperatura moderada y quedará sencillamente deslumbrante.
Cepillado
Dar un buen cepillado a tu shar pei un par de veces por semana es una excelente manera de retirar el pelo muerto y los restos de suciedad, de modo que su precioso manto quede resplandeciente.
Vacunas y tratamientos antiparasitarios
Reforzar el sistema defensivo o inmunitario de tu shar pei es tan simple como encargarte de que el veterinario le administre las dosis de vacunas que considere pertinentes. Con la colocación de las pipetas y collares antiparasitarios logrará igualmente mantener su precioso manto a salvo de pulgas y garrapatas.
Enfermedades más comunes
La fama de mala salud que precede a estos perros tiene su origen en el hecho de que, a Estados Unidos, tan solo llegaron una docena de ejemplares con los que se inició el programa de cría. La poca fortuna quiso que algunos de estos jóvenes perros contaran con problemas de salud que se fueron transmitiendo mediante los cruces.
Dicho esto, lo cierto es que ha pasado un número suficiente de años para que el esmero de los criadores haya surtido efecto, de modo que a día de hoy se han eliminado muchos de estos problemas a través de la meticulosa selección de reproductores que consiguen perros sanos.
En la otra cara de la moneda, también siguen existiendo personas sin escrúpulos que se dedican a la cría indiscriminada de lucrativas razas como la que traemos entre manos y que con su actitud entorpecen esta labor.
Entre sus principales problemas de salud se encuentran el entropión (que a menudo acaba en cirugía) y los problemas hereditarios de la piel. Al no tener subpelo, el shar pei sufre a veces de pequeñas calvitas cuando lleva a cabo sus espectaculares mudas, sobre todo la de cachorro a adulto.
En estos casos, los tratamientos no suelen ser efectivos y la mejor medicina para tu perro será que tengas paciencia. Un buen cepillado que le ayude a deshacerse del pelo viejo será tu aliado para que en pocas semanas su pelaje vuelva a ser de impresión.
Los oídos del shar pei son también bastante delicados, dado que el diámetro de sus conductos es muy pequeño y sus orejas están poco ventiladas. Para evitar infecciones de oído, lo mejor será que le limpies regularmente las orejas con unas gotas limpiadoras. Con posterioridad, dale un suave masaje y sécalas con un sencillo trapo limpio o con una toallita de bebé sin alcohol. Nunca uses bastoncillos para las orejas, que los hará más proclives a las infecciones.
Otras patologías que suelen afectar a estos perros de impresionante apariencia son la de los ojos de cereza, la displasia de cadera y el hipertiroidismo. La conocida como “fiebre del shar pei” es otra enfermedad hereditaria que debes detectar a tiempo, pues de no ser así puede ser letal para tu cachorro.
Un comportamiento de estos perros que llama la atención de quienes se acercan a ellos es que a menudo huyan cuando les intentan acariciar la cabeza. Si te has fijado, los ojos de los ejemplares de esta raza se hallan encapuchados por la piel, lo que hace que su visión periférica esté limitada.
Por este motivo, estos canes tienen dificultades de visión que se traducen en que apenas ven a las personas que se les acercan de lado hasta que no las tiene casi totalmente de frente. Con esta aparición repentina, los perros se asustan y tienden a huir.
Adiestramiento
Su carácter obstinado hace que el refuerzo positivo sea la técnica de adiestramiento que mejores resultados arroje para el shar pei. De utilizarse medios más estrictos, voces altas y castigos, no solo no lograrás tu objetivo sino que estarás fomentando la agresividad de este sensible animal.
Los cachorros, en particular, han de ser tratados con sumo cariño para no volverlos perros inseguros. Idea para ellos un sistema de recompensas que los haga felices mientras los educas. Piensa que el concepto de “recompensar” no tiene que ir necesariamente aparejado al de entregar golosinas a tu shar pei, pues los mimos y alabanzas son también una estupenda forma de afianzar el vínculo emocional con tu mejor amigo.
El shar pei va a ser un buen alumno siempre que su dueño se sepa imponer. Si atisba un ápice de incoherencia en tu comportamiento, lo interpretará como un filón para poder desobedecerte. De seguir estos pasos, tu mascota será tan cariñosa y buena compañera de viaje como tú quieras.