El gato es un animal limpio hasta la saciedad que dedica varias horas al día a su propio acicalamiento. Al mismo tiempo, esta excelente mascota, conserva innato su instinto de cazador y explorador, haciendo alarde de la independencia que la caracteriza.
Estas son algunas de las razones por las que tendemos a pensar que un gato precisa bastantes menos cuidados que un perro, cuando lo cierto es que no es así. De hecho, de los cuidados que prodigues a tu amigo felino va a depender en gran medida su calidad de vida, ya que son muchas las enfermedades que le acechan.
En lo relativo a su limpieza, has de tener presente que estos cariñosos animales no tienen acceso a todas las partes de su cuerpo, al objeto de mantenerlas escrupulosamente aseadas, de forma que existen zonas delicadas, como las orejas, en las que va a necesitar tu ayuda para mantenerlas pulcras.
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¿Cómo limpiar las orejas de mi gato?
No pierdas de vista que la sensibilidad de esta zona hace conveniente que tengas claro cómo limpiar las orejas de tu gato manteniéndolas libres de ácaros, sin causarle ningún daño:
1. Observa si se rasca frecuentemente con las uñas. Esta actitud puede ser un indicativo de que los ácaros están haciendo estragos en su canal auditivo, infestando sus orejas. No en vano, estos parásitos se alimentan de restos de piel, encontrando su nido ideal en el interior de los pabellones auditivos de los felinos. En la medida que provocan irritación y quemazón, lo normal es que se rasque, se le hinchen las orejas y se le irrite la piel.
2. Haz caso a las “señales de alerta”. Algunas de ellas son el que segregue bastante cera oscura y maloliente, el que agite mucho la cabeza o se la rasque con la parte trasera como si estuviese molesto, lo que a veces supondrá que llegue a provocarse ampollas que sangran y, por último, el que incline a menudo la cabeza hacia un lado, como si le doliese el oído.
3. Límpiale las orejas. Con anterioridad, lo normal es que tengas que limpiarle los oídos a tu gato, ya que el exceso de cera puede obstaculizar el contacto de los ácaros con las gotas. Estos limpiadores suelen ser de uso muy simple y contribuirán en todo momento a que sus orejas permanezcan en perfecto estado.
4. Recuerda que “prevenir es mejor que curar”. En el mercado encontrarás eficaces tratamientos para prevenir la infestación de tu gato por todo tipo de parásitos y, en particular, por los ácaros. Aplicados en la parte posterior de su cuello, evitarán la proliferación de nuevos parásitos.
5. Mantén un ambiente limpio y proporciona a tu gato una alimentación de calidad. Por último, tampoco estaría de más que mantuvieras un ambiente limpio gracias a los insecticidas naturales que combaten pulgas y otros parásitos. Una medida que has de conjugar con la de dar de comer a tu gato únicamente alimentos de alta gama que fortalezcan su sistema inmunitario.
Además, para evitar este tipo de problemas en sus hermosas orejas, lo ideal es que su pelaje no impida la mejor higiene posible.
6. Acude a la consulta del veterinario. Si observas otros síntomas más graves, o todos ellos a la vez, te aconsejamos que acudas rápidamente con tu gato a la consulta del veterinario, que será quien pueda prescribirte el tratamiento adecuado para tu mascota. Siempre que el tímpano esté bien, le aplicarás las gotas recetadas para acabar con los ácaros.
En ocasiones, se trata de gotas muy específicas con
Antes de irte. No olvides…
Es simplemente GENIAL. Limpia y desinfecta con unas pocas gotas sobre su oído.