Tu querida mascota va a proporcionarte compañía y afecto a raudales, pero también puede que algún susto, en el caso de que descuides su salud. Nos estamos refiriendo a la posibilidad de que te contagie alguna enfermedad, si bien son niños pequeños y personas inmunodeprimidas las más propensas al contagio.
No en vano ese pequeño consentido de la casa, que te da la mejor bienvenida y que se ha convertido desde su llegada en centro de tu atención, puede provocar preocupaciones que incluyen problemas de salud.
Consejos para evitar posibles contagios
Un factor que a menudo induce a engaños es que una mascota puede parecer sana aunque en realidad esté infectada de microbios, por lo que si convives con una de ellas es imprescindible que adoptes los siguientes hábitos:
- Lávate las manos con agua y jabón inmediatamente después de tocar a tu mascota.
- Hazlo también cuando toques sus enseres, como su cama, su casa o su comida.
- Presta especial atención a esta medida cuando a continuación vayas a manipular tus propios alimentos y bebidas.
- Ayuda a los pequeños de la casa a lavarse adecuadamente las manos.
- Si no cuentas con agua y jabón, utiliza un desinfectante de manos.
- Comunica al veterinario cualquier variación que observes en el estado de salud de tu mascota.
Cómo mantener saludable a tu mascota
Con independencia de que tengas un perro, un periquito, un conejo o un caballo, la atención veterinaria periódica es clave durante toda la vida de tu mascota, para mantenerla sana tanto a ella como tu familia.
Cumplir con su calendario de vacunaciones también resulta determinante, así como el correcto control de parásitos, garrapatas o pulgas, para lo que puedes valerte de las pipetas o collares antiparasitarios existentes en el mercado.
Su alimentación ha de ser lo más sana posible y en todo momento deberá contar con agua fresca a su alcance. El lugar donde duerma deberá permanecer limpio y sus sesiones de ejercicio habrán de ser diarias o, como mínimo, muy frecuentes.
Enfermedades que pueden transmitir gatos y perros
Por mucho que sea uno más de la familia, tu noble amigo puede convertirse en una fuente de enfermedades, sobre todo si no llevas el control conveniente. No en vano, la OMS afirma que tres de cada cuatro nuevas infecciones tienen su origen en los animales.
Los gatos son portadores del peligroso toxoplasma, un popular parásito que puede llegar al feto, por lo que las embarazadas han de manipular su mascota gatuna con cuidado. En cuanto a sus zarpazos, pueden hacer que desarrolles bartonelosis, una infección que también puede llegarte vía mordedura y saliva del animal.
Los perros pueden transmitirte borreliosis o mal de Lyme, pues las garrapatas se aprovechan de estos fieles peludos para llegar hasta el hombre. La tenia del perro, un parásito que se aloja en el intestino delgado de los canes adultos, puede pasar a tu cuerpo causándote una hidatidosis o quiste hidatídico. La sarna, principalmente en una de sus variedades, denominada escabiosis, puede convertirse en otro quebradero de cabeza para los abnegados propietarios de perros.
Antes de irte…
¡Recuerda la importancia de utilizar collares antiparásitos!
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